Capítulo 1. El chico extraño.

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Un ruido irritante irrumpieron en mis oídos haciéndome despertar de golpe.

—¡Agggh!, calla estúpido celoso de mi amor hacia mi almohada y cama —le dije a mi despertador.

Me senté sobre el borde de mi cama y miré hacia los lados. Un familiar aroma entraba en mi nariz, sólo podría ser..

— ¡GALLETAS! —dije emocionada mientras me levantaba de mi cama.

Bajé las escaleras los más rápido posible, pero caí rodando hasta el piso de abajo, ya que me había mareado de lo rápido que me levanté.
Me levante rápido antes de que alguien me viera y corrí hacia la cocina.

— ¿Galletas? —pregunté mirando mis alrededores.

—Ah, hija buenos días. Si, las preparé para ti, iba a gritarte desde aquí a tu habitación para que bajaras, pero llegaste antes. No me sorprende de ti —dijo mi madre dándome una bandeja con galletas hechas por ella.

Reí ante su expresión y tomé la bandeja.

—Gracias mamá, eres la mejor.
—Si Poppey, como digas, ahora desayuna rápido, antes de que venga el autobús por ti.

Me fui a sentar rápidamente y comí mis galletas y leche. Después de haber terminado de comer subí a mi habitación a cambiarme de ropa. Si aún traía la pijama, no me la quité por emoción a las galletas. Bajé las escaleras rápidamente pero sin caerme esta vez.

Sonó el claxon de el autobús y me despedí de mi madre.

—Adiós mamá, te amo.
—Adiós Jadey, yo a ti. Suerte en tu examen.

Mierda, me había olvidado de que hoy harían examen de matemáticas, mátenme.
Caminé hacia mi lugar en el autobús, era el último. Normalmente me sentaba ahí con mis amigas, lo raro era que hoy no estaban. Bien, me sentaré sola.
Miré hacia los alrededores y me percaté de que había un chico con gafas, y un aspecto muy nerd la verdad. Bueno que más da.

Bajé del autobús y me dirigí a la entrada de la escuela para después ir a mi casillero. Llegué a mi casillero y...

—¡POPPEY! —diji Perrie (una de mis mejores amigas) aventándose hacia mi, haciendo que cayera.

—¡QUE LINDA FORMA DE SALUDARME PEZZA! — le dije por su apodo gritando y empujándola a otro lado.

—Uy, perdón es que... ¡TENGO QUE CONTARTE! —dijo gritándome de nuevo.

—Pezz... ¿¡INTENTAS DEJARME SORDA!? —dije gritándole al oído.

—¡Está bien, está bien ya perdón, es que enserio es importante! —Dijo con un tono más bajo.

—Okey, dímelo.
—Pero no aquí- Dijo tomándome del brazo.
—¿A donde me llevas?

Llegamos al... si al cuarto de conserje.

—¿Por qué me trajiste aquí?, Si nos ve aquí el conserje nos meteremos en problemas.
—No importa, bueno ya... ¿¡QUÉ CREES QUE ME PASÓ!? —dijo gritando nuevamente.

— ¡Que no grites joder!, y no, no sé que te pasó. No estoy para adivinanzas, sólo dilo.
—Zayn...
—¿Zayn...?, espera, ¿por qué hoy no te fuiste en autobús?
—¡Por eso!
—¿Por qué?
—¡Zayn, Poppey!, Zayn se ofreció a traerme a la escuela —dijo saltando.

—¡Pezz!, sabía que ese chico iba a caer en tus brazos tarde o temprano —dije mientras las dos reíamos.

Sonó el timbre de la escuela y salimos del cuarto del conserje para ir a nuestro salón.

Marcel... ¿Eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora