Capítulo 50. La fiesta de navidad.

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—Jade, ¿ya estás lista? —me preguntó Perrie por teléfono.

—No, ya casi, aún es muy temprano, ¿no? —le dije. Estábamos hablando de la fiesta de navidad que haría Zayn el día de hoy, que era sábado. Yo estaba arreglando mi cabello, lo estaba alaciando. Me veía fabulosa al verme al espejo, con esto si le gustaré a él.

Suspiré.

—Pues ya hay mucha gente—dijo ella.

— ¿En serio? —me impresioné, la fiesta era a las 8 y eran las 7:30—. Él… ¿está ahí? —le pregunté tímidamente hablando de Harry.

—Sí, ya llegó. ¡Y viene guapísimo!

Me mordí el labio.

—Entonces ya casi voy para allá—le dije.

—Ag, la rubia de Jessica lo está besando Jade, es mejor que te apresures—recordé que ella era su pareja y rodeé los ojos.

—Me tendrás en 5 minutos—le dije, ella rio y asintió, después colgamos.

Yo estaba vestida con la blusa de encaje blanca, el short a la cintura negro pegado, mis botines negros de tacón y mi chamarra negra de cuero.

Sí, me veía estupenda. Sonreí al espejo, tomé mi bolso y me senté en la cama, aún tenía que esperar a Nash… que por cierto, se veía muy emocionado, y la verdad es que yo lo estaba utilizando para darle celos a Harry, y me siento mal por eso…

Bajé la mirada.

Escuché el claxon del auto de Nash, y bajé rápidamente a la sala donde mi mamá me esperaba, por cierto, también mi hermano estaba invitado, él iría con su novia y tenía que ir por ella y se le había hecho tarde, él bajó después de mí. Lo miré y se veía demasiado bien, él tenía una playera de botones, era color azul gris y tenía unas delgadas líneas blancas, tenía un pantalón negro y unos zapatos. Olía mucho a perfume y se acababa de bañar, se había peinado bastante bien.

Mi madre nos miró a ambos.

— ¡Qué hermosos mis bebés! —nos dijo, ambos rodamos los ojos y después reímos.

Mi hermano me miró.

—Te vez hermosa—dijo y me sonrojé.

—Tú también te ves muy bien—le dije, pero en vez de que él hubiera actuado como yo, sólo dijo:

—Obvio, yo siempre—dijo sonriendo; mientras sacudía su cuello de la playera.

Reímos.

—Idiota—le di un empujón en el hombro.

—Bueno, yo me tengo que ir, mi novia me espera y ya es tarde—nos dijo.

— ¡No!, espera por favor hijo—lo detuvo mi madre—. Tengo que sacarles foto, se ven muy bien.

Ambos nos miramos y no pudimos hacer nada al respecto.

Ambos nos juntamos y sonreímos para la foto de un segundo. Después mi madre nos dio la penosa bendición y nos dijo que no tardáramos tanto.

Mi hermano salió apresurado, y después yo salí, vi a Nash sonriendo recargado en su auto. Me miró de pies a cabeza y se dirigió a mí.

—Te vez hermosa, azulita, oh no, ahora es “anaranjadita”—me saludó con un beso en la mejilla.

Reí.

—Tú también, te ves increíble—le dije, él venía vestido con una chaqueta de cuero café, una playera negra, un pantalón de mezclilla azul marino y unos zapatos negros, además tenía un peinado muy bien hecho.

Marcel... ¿Eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora