Maratón 1/4
Me marché, me marché enojada y decepcionada. No podía creerlo, pensé que ra cosa de acostumbrarme, pero creo que no resistiría. ¡Es que no soportaba mirarlo de esta manera! ¡Era un jodido mujeriego! Me daba asco… ¿Por qué le pasó eso a él? Era uno de los pocos hombres que quedaban así… y lo arruinó.
Y ahí estaba yo, sola en la fría mañana, me había salado prácticamente todas las clases, yo no soportaba estar ahí, donde él estuviera.
Caminé y caminé en la solitaria calle hasta llegar a mi puerta principal. Saqué mis llaves e introduje una en la puerta, tomé la perilla y la abrí. Entré a mi casa tibia, pero yo aún no dejaba de temblar… no era de frío que temblaba, era de tantas cosas que habían pasado hoy, como: ese extraño momento con Nash, darme un ataque de celos al ver a Harry con esas tipas, la invitación de Perrie, luego el examen estresante de matemáticas. Harry borracho, coqueteándome, me cancelan el examen gracias a eso, ¡Me mandan a detención a parte! Y luego el cerdo de Harry me toca y me dice cosas repugnantes…
En teoría, odio mi vida.
Me dejé caer en el sofá aventado mi mochila, me acosté para relajar mis nervios y todo lo que traía a dentro. Tomé mi iPhone, pero antes de encenderlo, me vino a la mente que no le había avisado a Nash que me fui, y tal vez tenga: 8.000 llamadas perdidas, 1.000 mensajes, 40 Whatsapp, 20 mensajes en Facebook, 30 señales de humo, 10 vines, un video en las noticias preguntando por mí, y un millón de cosas así, así que ya sabía que pasaría.
Finalmente, encendí la pantalla: 40 mensajes de texto y 12 llamadas perdidas.
Suspiré.
Con sólo ver eso supe que era de Nash. Decidí apagar mi pantalla y poner mi teléfono en el sofá junto a mí. Me estiré en todo el sofá acostada, y recordé que estaba sola en la casa, mi mamá trabajaba, y pues mi hermano estaba en la escuela.
Resoplé.
¿Ahora qué hacía?, estaba muy aburrida, y no, no quería recordar nada de lo que pasó anteriormente. Cerré los ojos y traté de dormirme, pero simplemente me venían pensamientos de Harry… en mi mente, claramente estaba la silueta de él, su rostro frente el mío, a punto de besarnos… sus manos en mi cuerpo, su cabello, sus ojos, su sonrisa, su mirada, su cuerpo, su estilo, sus tatuajes tan sexys… ¡es que todo él era perfecto! Excepto su forma de ser… es la única imperfección que él tiene.
Volví a suspirar, y por fin estuve a punto de dormir, cuando un espantoso ruido se escuchó que hizo despertarme. Abrí los ojos frunciendo el ceño espantada, y miré a donde provenía el ruido, que era en la puerta principal. Era mi hermano abriendo la puerta mientras me miraba confundido. Cerró la puerta cundo entró y se paró delante de mí. Me senté en el sofá y bostecé mirándolo.
— ¿Qué haces aquí? —dijimos al mismo tiempo.
Reímos divertidos y él contesto.
—Salí temprano de la escuela, ¿tú qué rayos haces aquí monstruo? —me preguntó sentándose a lado mío.
—Yo…—no sabía ni que decir—. Sólo quise volver a casa.
— ¿Te salaste las clases monstruo? Y luego porque reprueban…
Lo fulminé con la mirada.
—No es eso—dije y bajé la mirada.
— ¿Q-qué pasa? ¿Te sientes mal? —preguntó espantado.
Lo miré seria.
— ¿Qué pasó? —preguntó ya enterado que no era eso.
Negué con la cabeza.
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Marcel... ¿Eres tú?
ספרות חובביםMarcel, el chico nerd que se enamoró de la tierna Jade Thirlwall. Después de que le dijera sus sentimientos tubo que irse a E.U, dejando a Jade con el corazón vacío... Jade sin esperanzas, ya no esperaba volverlo a ver cuando de pronto llega un chic...