Capítulo 35. Un pretendiente.

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Me levanté como de costumbre un lunes por la mañana. Con esfuerzo pude abrir mis ojos plagados de lagañas, la luz del sol me segó un momento, me levanté y me dediqué a calentar el agua para tomar una ducha. Tomé mi celular que descanzaba en la mesita de noche, lo tomé y no vi nada importante, ni un mensaje, ni una llamada.

Resoplé.

Después de unos cuantos minutos al fin entré a la ducha. Cuando salí, me decidí a buscar ropa para ponerme. Del closet saqué: una playera color salmón de manga larga que tenía un pequeño ícono de la cara de Mickey Mouse color negro en la parte derecha del pecho, también saqué un pantalón color azul claro, casi gris de mezclilla entuvado. Saqué mis queridos Vans color igual que la playera, y me los puse. Me miré al espejo y sequé un poco mi cabello azul con la secadora, después me hice una coleta alta despeinada envuelta en un listón negro. Me puse rimel en las pestañas y un poco de brillo labial.

Tomé mi mochila ordenando que todo estuviera ordenado ahí dentro. Salí por la puerta de mi habitació y bajé las escaleras trotando, ya en el primer piso miré hacia la cocina vacía. Me dirigí hasta ahí y como siempre, tomé el paquete de mis galletas favoritas "Chips ahoy!".

Salí de mi casa al oír el claxon del autobús. Subí sonriéndo y mirándo hacia el lugar donde siempre me sentaba con Marcel, el recuerdo de Marcel sentado y sonriendome en frente apareció repentinamete, y después sólo desapareció tal cual. Bajé la mirada y me dirigí hasta aquél lugar. Me senté y me coloqué los audiculares en mis pequeñas orejas, tomé mi iPhone y dejé llevarme por la música de Calvin Harris, con la canción "Summer". Preparada para saber que me esperaba en el futuro el día de hoy, salí del autobús que estaba ya en frente de la escuela y me dirigí a ésta. 

Un chico con la mirada baja y concentrada hacia un libro de álgebra, llamó mi atención. 

Sonreí al darme cuenta de que ya me había visto, Nash.

Se acercó a mi con una sonrisa de lado. Venía vestido con una sudadera gris, unos pantalones mostaza y sus amados vans en color blancos.

-Azulita- Me abrazó y jaló mi coleta hacia abajo haciendo que me enojara.

-¡Au!- me quejé.

-Aún tienes el pelo aguoso- dijo él.

-¿Aguoso?- pregunté.

-Sí, deja de criticar mis palabras ¿si?

Reí mientras rodaba los ojos.

-Vamos- pasó bruscamente su brazo por mis hombros y me condujo hasta la escuela.

Cuando ya estabamos a dentro Nash se detubo mientras miraba con la boca abierta a una chica en short.

Rodeé los ojos.

Le di un sape para que despertara de su pervertido trance.

Me miró molesto.

-Oye, ¿qué te sucede?- se molestó con mirada divertida.- Eso me dolió.

Marcel... ¿Eres tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora