La nota.

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Narrador omnisciente:

Cinco semanas en un hospital. Tristan no visitó a Samantha durante dos semanas, no recibió ni una llamada de su parte y mucho menos un mensaje. ¿Qué le pasaba?

-Tranquila, Sam -dijo Ariana- De seguro estuvo ocupado -dijo nerviosa.
-Seguro -se tapó el rostro con su mano- Al menos te tengo a ti, gracias por venir -ambas intercambiaron sonrisas, pero Ariana mostraba algo de preocupación y nerviosismo de vez en cuando.

Hace una hora

-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarla - preguntó la asistente del hospital.

-Quisiera pasar a ver a Samantha Green.

-Seguro, pero tendrá que esperar 10 minutos, ya tiene una visita en este momento.

-Esta bien -Ariana pensó que esa visita se trataba de Tristan, pero de todas formas quiso comprobarlo- ¿Es un chico el que la vista?

La asistente quitó los ojos de su computadora: -Creo que son sus padres -dijo regresando la vista a la pantalla de su computadora.

-Oh... Una pregunta más -la asistente la miró- ¿No vino un chico de cabello castaño claro y ojos color avellana?

-Bueno yo estuve aquí desde las 10:00 pm anoche y sólo un chico vino a esa hora aproximadamente...

-¿Cómo era él? -dijo interrumpiéndola.
-Tenía cabello negro al igual que sus cejas, ojos marrones y algunos moretones en el rostro. Por un momento pensé que nos robarían, el chico vestía bien, sin duda, hasta creo que era guapo, pero aún así me dio algo de miedo -dijo la joven asistente.

-¿Eso es todo? ¿No te dijo su nombre o algo? -dijo ansiosa.

-Oh, cierto, dejó una carta o nota, iba dirigida para alguien llamado Tristan -Ariana estaba realmente confundida, si fuera Tristan quien vino anoche, ¿por qué se mandaría una carta a sí mismo?- No se la di a nadie, porque ninguna persona del hospital tenía por nombre Tristan -se encogió de hombros.

-Tristan es mi amigo, dame la carta a mi, yo se la entrego.

-Claro -dijo sin el más mínimo interés, sacó la hoja doblada y se la entregó a Ariana.

-Gracias.

-¡Ariana! -volteó a ver a la persona quien la llamó- No sabes cuanto nos alegra verte -sonrió la madre de Samantha quien venía acompañada con su novio Mathew y Carter.

Arrugó el papel y lo guardó en su bolsillo sin que lo notaran: -A mi también me alegra verla señora, a usted también señor, hola Carter -sonrió.

-Samantha te ha echado de menos.

-Sí, vine lo más pronto posible -Ariana había regresado a casa, su madre necesitaba verla en San Francisco, al parecer su abuelo había fallecido, se sentía fatal, aún se podían ver lo hinchados que estaban los ojos de Ariana por haber llorado, de todas formas ella cubrió su rostro con una capa de maquillaje.

-Espero que tu familia se sienta bien, lamentó mucho la pérdida -Ariana se puso triste.

-Gracias, eso espero. Bueno ahora pasaré a visitar a Samantha, más tarde iré a su casa para conversar y si me permite poder quedarme en su casa.

-¡Por su puesto! Sabes que siempre serás bienvenida -sonrió- bueno nos vemos después, trata de alegrar a Samantha, ella no sabía que vendrías -Ariana sólo asintió, se despidió y caminó hacia la habitación de Samantha.

La curiosidad la mataba, tenía que leer ese papel. Por un momento pensó en entregárselo a Samantha ya que ella era la más cercana a Tristan, pero, ¿qué tal si el contenido del papel era algo fuerte? Samantha está mal aún, así que podría sentirse peor con lo que leyera.
Ariana decidió esperar y leerlo luego de visitar a Samantha, guardó el papel en el bolsillo trasero de su pantalón y entro a la habitación para darle una linda y agradable sorpresa a su amiga.

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-¡Holaaaa! -Samantha alzó la vista y se topó con los ojos grandes y marrones de su queridísima amiga- hey, ¿estás llorando? -cerró la puerta de la habitación y corrió hacia la cama de Sam para consolarla.

-No sabes cuanto me hiciste falta -dijo con la voz entrecortada- siento que estoy muriendo -Ariana frunció en ceño- No por mis heridas, si no por como me siento, tal vez sea algo parecido... Extraño a Tristan, te extrañé a ti, Carter es el único que me ha consolado todo este tiempo -comenzó a llorar al recordar.

-Bueno ya estoy aquí para ti, amiga, ¿y por qué dices que extrañas a Tristan? ¿No vino a visitarte hoy o ayer?

Samantha negó con la cabeza: -No viene desde hace dos semanas, no me ha llamado, ni un sólo mensaje en todo este tiempo.

-Pero, pero, tu mamá pudo hablar con él, llamarlo o algo.

-Ya lo hice, una vez me atrapó llorando y tratando de llamarlo, me gritó a pesar de estar mal, me dijo que lo olvide, si no viene que más da, que es mucho mejor así, entre otras cosas -se limpió las lágrimas.

-Wow -Ariana recordó el papel, por poco y lo saca para mostrárselo a Samantha, pero supo que no debería hacerlo.

-¿Y tú porque te fuiste? Te extrañé demasiado -levantó su brazo sano para acercarlo a su amiga, ella la abrazó.

-Mi abuelo falleció -dijo firme. Ella no tenía ganas de arruinar su perfecto maquillaje- pensé que tu madre te lo había comentado,pero bueno, no hablemos sobre eso.

-Lo siento... ¿Y si le pasó algo a Tristan? -miró a Ariana con tristeza.

-Tranquila, Sam -dijo Ariana- De seguro estuvo ocupado -dijo nerviosa.

-Seguro -se tapó el rostro con su mano- Al menos te tengo a ti, gracias por venir -ambas intercambiaron sonrisas que poco a poco se fueron borrando.

Alguien llamó a la puerta, el corazón de Samantha se aceleró con sólo pensar en que podría ser Tristan, pero en cuando la puerta se abrió y vio a una enfermera, supo que su amiga debía irse.

-Disculpen, su tiempo de visita acabó, tengo que cambiarle la gasa a la señorita.

-Esta bien, déme un momento, ahora salgo -la enfermera asintió y salió de la habitación.

-Debes irte -dijo a punto de llorar nuevamente.

-Volveré en la tarde, lo prometo -sonrió- te quiero mucho amiga -la abrazó con cuidado.

-Te quiero, vuelve por favor -Ariana asintió y se levantó de la cama.

-Adiós, nos vemos -salió de la habitación y cerró la puerta.

La enfermera estaba conversando con un doctor, pensó en que debió haberse tomado su tiempo, de todas formas se fue, debía ir a la casa de la madre de Samantha como ya lo había dicho.

Samantha permanecía con los ojos cerrados hasta que la enfermera entrara. De un momento a otro ella abrió los ojos y miró el espacio vacío que dejó su amiga, por un momento le pareció ver un trozo de papel algo arrugado y doblado sobre las sábanas, ella lo ignoró completamente. Pero luego, le tomó interés y lo cogió con su mano sana.

La puerta se abrió, Samantha, nerviosa arrugó aún más el papel y lo ocultó debajo de su almohada para leerlo luego, quien sabe, la enfermera podría quitárselo por tener microbios o algo.

Ella debía leer la nota cuanto antes, la enfermera al parecer se tomaría su tiempo. A veces es bueno esperar, Samantha.
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Dulce Lado Oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora