¡Aléjate!

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Al medio día fui por los niños al kinder, Tristan me había pedido que cuide de Mary. Nos dirigimos al lugar de siempre a almorzar junto con Ariana.

Cuando regresamos a casa vi que el auto de Camile estaba estacionado a fuera de su casa, esto aún me seguía pareciendo algo extraño, en fin.

Para entretener a los niños, Ariana y yo buscamos unos juegos de mesa en la sala de juegos y jugamos con los niños por un largo rato. Pronto la tarde se fue oscureciendo, la noche llegó.

Decidimos mirar alguna película en la sala. A la mitad de la película, sentí que mi celular vibró, tenía un mensaje, pulsé el icono de mensaje, era de Tristan: ''Faltan pocos minutos para que la competencia inicie, Sam. Deséame suerte, te quiero'', una sonrisa tonta se formó en mis labios, Ariana me miró y meneó su cabeza. Le respondí a Tristan deseándole suerte y diciendo que también lo quiero... Dejé mi celular a un lado y continué mirando la película y comiendo palomitas.

Tristan:

Al llegar al club, me sorprendí al observar la gran cantidad de personas que habían a fuera. Cuando logré entrar, me dirigí a los vestidores y me puse mi uniforme.

Quise enviarle un mensaje a Samantha, a lo que ella respondió después de unos dos minutos. Me puse el casco y dejé mi celular entre mis cosas, luego salí hacia la pista de carreras.

Me senté sobre mi moto al igual que los demás competidores... La voz de Brave anunció la partida, la carrera se dio por iniciada; yo llevaba la delantera, detrás mío habían 4 competidores más. Íbamos por la segunda vuelta y oí un disparo, giré levemente mi cabeza y vi que los otros competidores se habían detenido así que hice lo mismo.

-¡Nadie se mueva! -se escuchó una voz masculina por los parlantes- ¡Habla la policía, estas carreras son ilegales! -todos se sorprendieron y empezaron a dispersarse. No podía dejar que me atraparan.

Corrí hacia los vestidores y tomé mis cosas. Lo sé, es tonto, pero en mi chaqueta estaba mi identificación y mi celular.. Salí caminando junto con mi motocicleta por la salida de emergencia ya que los policías aun no estabas por esa zona. Una vez a fuera, me quite el casco y el uniforme, me cambie y continué mi recorrido. Aun podía oír los disparos.

-¡Hey, tú! -me detuve, giré y me topé con un policía que tenía la vista en mi y en mi motocicleta.

-¿Si? -dije nervioso.

-¿Tú estabas a dentro, verdad? -dijo serio.

-¡No, señor! Pasaba por aquí en busca de... ¡De una gasolinera! -mi corazón latía muy rápido, no quería ir a prisión.

-Está bien –dijo aun con los ojos fijos en mí. Iba a seguir caminando pero tenía algo de curiosidad, quería saber quién había sido la persona que informó a la policía sobre lo de las carreras, sea quien sea, se las vería conmigo, correr es lo que más me gusta y nadie acabaría con eso- Disculpe, oficial..

-¿Si? –gruñó.

-¿Usted sabe quién fue la persona que informó a los policías sobre las carreras?

Enarcó una ceja: -Fue una chica, pero no te preocupes, todo esto saldrá en las noticias mañana.

-Claro, pero ¿me podría decir el nombre de esa chica?

-Fue una jovencita llamada... -hizo una pausa- Samantha Green Parker –dijo finalmente. A decir verdad, no me lo esperaba. Jamás pensé que Sam me haría eso. Le di mi confianza, pero me ha decepcionado.

-¿E-Está seguro? –dije titubeando. El policía no me respondió, me lanzó una mirada amenazante y yo asentí- Bueno, gracias –seguí caminando unas calles más,  luego subía a mi moto y aceleré hasta que llegué a casa.

No pude dormir ni un minuto recordando las palabras que dijo el policía. Sam es mi amiga, la quiero, pero ahora no estoy tan seguro de eso. Yo confiaba en ella... Pero, ¿si no fue ella? ¡Dios, claro que si fue ella! ¡Ninguna chica más sabe mi secreto!

El despertador sonó a las 5:30 am, fue innecesario, pues ya estaba despierto.

Sam vendría a dejar a Mary, la verdad no tenía ganas de ver ni hablar con nadie, me sentía triste y solo.

Escuché el timbre, no quería bajar, me veía terrible porque no dormí, pero eso es lo de menos, en realidad no quería ver a la chica que me traicionó... Sin embargo bajé y abrí la puerta, allí estaba ella, tan hermosa como siempre.

Mis ojeras se hicieron muy notorias, a lo que Sam hizo un comentario. Solo la ignoré.

-¿Pasa algo? –Tiré del brazo de Mary e hice que entrara a la casa- ¡Tristan, por favor! ¡Responde! –dio un leve golpe en mi hombro, yo aparté su mano.

-¡Suéltame! –Hice una cara de disgusto- Me fallaste, ya no quiero verte...

-¿De qué rayos hablas?

-¡Aléjate! –bajé la mirada y cerré la puerta, se lo merecía...

Dulce Lado Oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora