Dulce Lado Oscuro.

Todo cambia.

Pestañeé un poco hasta que logré tolerar los rayos del sol que entraban por la ventana.

-Hoy es el día.

Abrí los ojos de una buena vez y me topé con el abdomen de Tristan. Genial, estoy en su habitación y él esta medio desnudo. Ja ja.

-¿Cómo...

-Todo está bien, no había suficiente espacio en el sofá -uff- tranquila.

Me sentía algo incómoda con él mirándome desde allí arriba. Al estar apoyado en su codo, podía verme mejor. Sonreí y me senté en la cama haciendo que él se apoyará sobre sus dos codos aún recostado.

-Hoy es el día -repitió mientras se le borraba la sonrisa del rostro- hoy es el día.

Giré un poco para verlo, él se dejó caer de golpe sobre el colchón.

-Mary, -hoy venían por ella- ¿a qué hora vendrán por ella?

-Media hora, creo que está abajo mirando televisión, -me miró- aunque no estoy muy seguro.

Dejé de verlo y miré su reloj que estaba sobre su mesa de noche, 9:33 am.

-¿Mary ya desayunó?

Negó con la cabeza: -No tengo ni la menor idea de lo que pasa abajo -soltó una risita y yo no pude evitar sonreír.

-Okey, debiste hacerlo -lo regañé.

-Tenía que esperar a que despertaras -bajé la mirada, de seguro me sonrojé.

-Iré a verla -giré rápidamente y antes de que pudiera levantarme, Tristan sostuvo mi mano izquierda.

-No vayas -se quejó, al parecer no le importaba que su hermana recién rescatada sufriera un ataque de hambre.

-¿Por qué no? -desvió su mirada de mis ojos al anillo en mi dedo anular.

-Pensé que te lo habías quitado ya -sonrió al igual que yo.

Desayunamos lo más rápido que pudimos. Luego de vestirme con mi único conjunto, fui por Mary y peiné su rubio cabello.

-Me gusta tu trenza -dijo jugando con sus manos mientras sonreía frente al espejo de la habitación.

-¿Quieres que te haga una? -sonreí y ella asintió.

Mientras trenzaba su cabello, noté algo de tristeza en su mirada, me sentí mal, pero al menos hice todo lo posible para que se sintiera algo mejor antes de que durmiera ayer.

-¡Ya está! -dije luego de ponerle uno de sus lazos de cabello al final de la trenza.

-Gracias, Sam -sonrió nuevamente y me abrazó las piernas ya que era pequeña, me agaché y la abracé.

-Todo estará bien, pequeña. Tu padre cuidara muy bien de ti -se separó de mi y me escuchó atenta- él te quiere, nunca más te dejara ir.

Asintió: -Eso lo sé -sonrió. Su sonrisa era tan sincera e inocente, esa niña era especial para mi aunque no la conociera desde hace años.

-Sam, ¿puedo hacerte dos preguntas? -dijo sonriente mientras jugaba con su vestido.

-Claro que sí -me senté en el suelo.

-¿Sabías que Tristan está espiando? -rió y yo volteé y vi a Tristan haciéndole señas a Mary para que hiciera silencio, pero ya era tarde.

-¡Hey! ¡Es malo espiar! -reí.

-Lo siento, se veían muy adorables frente el espejo y quise observarlas. -me crucé de brazos y fruncí el ceño con una sonrisa, estaba a punto de decir algo, pero él me ganó- Por cierto, Mary, ¡te falta una pregunta más! -entró a la habitación y apoyó su espalda en una de las paredes de la casi vacía habitación.

Me levanté y ambos miramos a Mary.

-Emh... -rió- Mejor no.

-Dilo, Mary -la animó Tristan.

-Okey, okey -hizo una pequeña pausa- ¿Besarías a Sam? -rió y tapó su boca con sus pequeñas manos.

Wow.

Ambas miramos a Tristan, sólo que yo lo hice luego de varios segundos.

-Sí.

Mi corazón se aceleró. Y mi sonrisa creció.

Mary corrió hacia Tristan y lo llamó para decirle algo al oído, el rió, me miró y asintió. Mary sí que hablaba bajito. Sólo escuché un: "Ya es hora, tú me dijiste que sería hoy" por parte de Mary. "Será mañana, lo prometo" dijo Tristan y Mary asintió.

Los nervios se apoderaron de mi así que miré a otro lado hasta que escuché mi nombre.

-Samantha, mi padre ya debe estar por llegar, ¿vamos?

-Vamos -dije en voz baja.

••

El timbre sonó, Tristan se levantó del sofá, tomó la mano de Mary, caminaron hacia la puerta y se detuvieron antes de abrirla. Pensaba acercarme a ellos, pero vi que era su momento de despedirse.

Tristan se agachó para estar a su altura: -Te amo, Mary, recuerda que estarás bien, yo volveré pronto e iré a verte, no te preocupes, ¿si? -Mary asintió triste y lo abrazó- Ella estará bien al igual que tú, haré todo lo posible para venir con ella.

-¿Ella sí me querrá? -dijo al borde de las lágrimas aún abrazando a Tristan.

-Claro que sí. Serás feliz como antes, amor -besó su mejilla y la miró, Mary lloraba al igual que su hermano- sonríe siempre, Mary. -sonrió con lágrimas en los ojos, Mary trató de imitarlo.

-Sam -me llamó con su cabeza.

No entendí mucho de lo que hablaron.

Nos abrazamos los tres. El segundo timbre nos hizo separarnos. Tristan abrió la puerta y un señor nos miró triste.

Su padre se veía muy arrepentido, pude notar sus ojos algo rojos por haber llorado.

-Hola, hijo.

-Hola -respondió Tristan. Se secó las lágrimas y dejo salir a Mary.

-Cariño -su padre se agachó y abrazó muy fuerte a Mary, besó sus mejillas y la soltó- Muchas gracias Tristan, yo... Lo siento tanto -lágrimas caían por el rostro de su padre- perdóname por todo lo que hice mal, no soy y no fui un buen ejemplo desde hace muchos años para ti. No sabes cuanto desearía poder arreglar todo lo que destruí en nuestras vidas. Si no fuera porque tú la salvaste, hubiera arruinado mucho más de lo que ya he hecho. Espero que me disculpes, hijo.

Miré a Tristan, sus mejillas estaban llenas de lágrimas. Yo estaba a punto de llorar.

-Te perdono, papá -se acercó y lo abrazó.

Esta mañana fue muy emotiva para todos.

Se pudo sentir la paz luego de el abrazo que nos dimos todos, pues Tristan le dijo que yo había ayudado a salvar a Mary, el me dio las gracias y me permitió formar parte de su abrazo. Me sentí muy bien.

La partida tuvo lágrimas y sonrisas, porque Jeremy decidió pasar toda la tarde y y unas horas más con nosotros. Hablamos de todo y tratamos de estar felices. Mary pidió jugar juegos de mesa y así lo hicimos. Hubo algunas pausas para comer, pues la pizza que ordenamos era difícil de terminar si estas muy concentrado jugando. se sentía genial estar a gusto con todos.

Verla sonreír me hacia ver que a pesar de todo, es buena esta vida. Ella sufrió, pero es feliz a pesar de que fue secuestrada. Todo cambia.

Todos pueden ser felices como ella.

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