Tardaste.

493 24 0
                                    

Narrador omnisciente:

Después de la visita de sus padres, Samantha esperaba una vez más con ansias la siguiente visita, aún con la esperanza de que sea Tristan.

-Hola -sonrió un poco decepcionada.

-Hola, ¿cómo estas? -preguntó Cárter.

-Bien, supongo -dijo jugando con su anillo.

-Vinimos para saber como estabas y también para hacerte una pregunta -asintió Samantha.

-¿Tiene que ver con Tristan? -al parecer no podía sacarlo de sus pensamientos.

-Sí -dijo Ariana- Emh... ¿Sabes cuál es su lugar favorito?

Asintió: -Parece que planean ir para toparse con la persona de la nota...

-Sólo queremos ayudar, Sam -se sentó junto a Sam en la cama- Todo saldrá bien.

-La playa -dijo con la mirada perdida, Ariana la miro confundida- Su lugar favorito es la playa.

-¿En serio? -dijo Carter a punto de reír, Samantha lo miró seria- Lo siento, no soporto tanta seriedad.

Sonrió: -Lo sé, yo tampoco -soltó un pequeña risa que pronto desapareció.

Samantha le dio los detalles sobre la zona a la que Tristan prefería ir. Ella tenía miedo de que a sus amigos les pasara algo, pero tuvieron que arriesgarse.

Es verdad, todo esto no asunto de Samantha y sus amigos, pero Tristan necesita ayuda, alguien en quien confiar y amor, mucho amor. En sus ojos se nota lo vacío que esta de amor, sin embargo, mostró algo de afecto por Samantha. Así que, ¿por qué no ayudarlo? No podrá con todo si está solo.

***

Ariana y Carter, prefirieron ir en un taxi, Samantha insistió en que vayan en su auto, pero no lo hicieron.

-Carter -la miró- creo que llegaremos tarde, la nota dice a las 5:00 pm, no llegaremos a tiempo, además...

-Llegaremos -le sonrió, ese momento fue cuando Ariana y Carter no podían dejar de mirarse. Al parecer Ariana no mintió la otra vez cuando dijo que le gustaba Carter, ¿y qué hay de Carter? ¿Gustará de Ariana? Es una lástima que Samantha no estuviera aquí para ayudarlos.

-Claro -sonrió y dirigió su vista hacia la ventana del taxi, estaba algo sonrojada por el largo tiempo en el que se quedaron viendo.

***

La fila para visitas en el hospital le parecía muy larga, ¿desde cuándo los familiares se preocupaban tanto por los enfermos? Nadie se había preocupado por su abuela de esa forma en la que las otras personas visitaban a sus parientes en el hospital, sólo él fue el que la acompañó hasta el final.

-¡Hey! -gritó la nueva asistente algo mayor que estaba de turno- ¿A dónde crees que vas? -se levantó de su silla, se disculpó y fue tras el irrespetuoso muchacho- ¡No tienes autorización para pasar así nomás! ¡Ven aquí!

Al localizar la puerta número 18, no lo dudó, abrió la puerta, entró y la cerró con seguro. Su respiración estaba agitada, se quedó de pie mirando la puerta mientras trataba de descansar un poco luego de haber sido perseguido por la asistente. Aún siendo mayor, esa señora sí que corría rápido, pero al parecer había perdido el rastro del insolente chico.

-¿Tristan? -dijo confundida, pero algo segura de que sus ojos la engañaban y que estaba teniendo alucinaciones.

Luego de escuchar su nombre, volteó y sonrió al verla finalmente. Su sonrisa era tan hermosa que hasta Samantha sintió que se había curado: -Sam -se acercó a sus cama, se sentó sobre ella y la abrazó con el cuidado suficiente de no romperla o algo- Te extrañé tanto -dejó muchos besitos en su rostro y finalmente se detuvo unos centímetros antes de besar sus labios.

Dulce Lado Oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora