Dulce Lado Oscuro.

Nadie debe enterarse.|Tercera parte.

Llegamos a Motorside, el lugar donde Sam trabaja y además el lugar donde yo iba a comprar cosas y repara mi moto... Entramos por la puerta trasera la cual nos conducía directo hacia el taller.

-Sam, por aquí -la llamé e hice que me siguiera- ¡Hola Jack!- le di un apretón de manos a mi viejo amigo, él siempre reparaba mi moto- Jack, te presento a Samantha -él la saludó con un apretón de manos también.

-Hola, un gusto - sonrió, Samantha- Yo trabajo aquí, pero del otro lado -rió; rayos se veía jodidamente hermosa.

-¡Claro! ¡Tú eres la chica nueva! -exclamó Jack; él no era muy viejo, tan solo me llevaba dos años más, él tiene 24.

-Sí -sonrió.

-Bueno amigo -interrumpí- Necesito que repares mi moto -la señalé- algo anda mal con los frenos.

-¡Oh, claro! Déjame verla en unos segundos... Voy por mis herramientas -se fué.

-Seguro... -voltee a ver a Samantha y la llamé- ¡Sam! -ella estaba mirando a los compañeros de Jack arreglar una cuatrimoto. Luego que la llamé ella vino hacia mi.

-Si, dime -sonrió inocente.

-¿Podrías decirme que hora es? Olvidé mi celular en casa -viré mis ojos.

Ella rió: -Son las 5:15 pm.

-Perfecto, gracias -le sonreí. Debía ir donde Brave a las 7:30 pm.

Samantha:

No sabía que planeaba Tristan, pero para tener una motocicleta negra y algo diferente a las demás. Ya me imaginaba cual era su secreto.

-Listo, Tristan. Veamos que sucede -Jack se agachó y vió que era lo que sucedía y se lo comunicó a Tristan. La verdad yo no se mucho sobre reparar motos así que solo observaba... Dieron las 6:00 pm, y creo que la moto de Tristan ya estaba lista. Nosotros nos encontrábamos sentados al borde de la asera de la calle, pues dentro del taller todos estaban muy ocupados y no queríamos molestar.

-¡Hey, Tristan! ¡Ya esta lista! -gritó desde el interior del taller.

-¡Grandioso, ahora vamos! -seguí a Tristan, él revisó y salió a probarla dando una vuelta al rededor de Motorside... Volvió -Gracias, Jack -se bajó de la moto y se acercó para pagarle.

-De nada -sonrió recibiendo el dinero- ¡Suerte! -Tristan sólo asintió.

-Bueno, ahora sí... Sam -gire sobre mis tobillos para poder verlo a los ojos. Aun estábamos a fuera de Motorside- Vayamos a dar una vuelta, aun no es momento de decirte mi secreto -rió- ¿Que dices?

-Esta bien, vayamos -subí en su moto justo detrás de él- Por cierto ¿A dónde vamos?

Tristan se colocó su casco: -Creo que será una sorpresa -rió- Y disculpa solo tengo un casco, debo usarlo yo o sino la policía me pondrá una multa si me ve.

-No te preocupes -sonreí, a los pocos segundos, Tristan aceleró.

No sabia a donde íbamos. Me sujeté del abdomen de Tristan... ¡Dios! Podía sentir lo formado que estaba... Creo que ya estábamos cerca de nuestro destino, pues empecé a ver arena y un bello mar, la playa. Era la primera vez que iba después de haber venido a San Diego.

Tristan fue por una parte algo desolada y detuvo su moto...

-Llegamos -se quitó el casco y me dedicó una sonrisa- Lo sé, esta algo apartado este lugar, no hay mucha gente por aquí... Lo cual hace a este lugar algo perfecto -me bajé de la moto luego de que Tristan lo hiciera.