Al sentir los rayos del sol chocar con mi rostro, abrí lentamente mis ojos. Estiré mi brazo para ver la hora en mi celular el cual estaba sobre una mesa de noche, 7:47 am. Tenía mucha hambre y miedo de bajar.
Necesitaba ir al baño para lavarme el rostro y los dientes, pero no sabía donde era el baño en el segundo piso. Tomé mi móvil y salí con cuidado de la habitación, giré un poco para ver la habitación de Tristan, la puerta estaba abierta hasta la mitad lo cual significaba que ya estaba despierto, ojalá lo esté.
Miré las demás puertas, eran cuatro, me acerqué a una semi abierta y gracias a Dios era el baño. Terminé de asearme y bajé con mucha vergüenza. No hallé a nadie en la sala, pero el supuesto Audi de Tristan aún permanecía fuera de su casa, tal vez está en otra parte de la casa.
Caminé hacia la cocina y tomé lo primero que fuera comida, una deliciosa manzana roja. La comí mientras salía de la cocina, iba a regresar a la habitación para tomar mi blusa, ropa sucia y poder irme aprovechando que Tristan no estaba cerca... Pero, escuché una hermosa melodía algo lejos de dónde estaba. La canción parecía ser original o tal vez de algún músico desconocido para mi, amaba ese suave sonido de la guitarra, decidí caminar hacia ese sonido.
Caminé por varios lugares de la casa, pero en dirección recta, pasé por habitaciones vacías y otras salas pequeñas hasta que llegué al patio trasero, me quede de pie ocultándome tras la puerta que dividía el interior de la casa con el patio. Allí estaba Tristan sentado en una silla amplia en la que también podías recostarte, justo frente a la piscina, las áreas verdes estaban al rededor de la piscina. Tristan se veía realmente perfecto y yo realmente tonta espiándolo, pero tampoco podía ignorar la forma en la que tocaba la guitarra, lo hacía tan bien... Él me gustaba aún más y no debería ser así. Esto se parece tanto a mi adolescencia con Russell.
Tristan mantenía la mirada en las cuerdas de la guitarra y en los acordes que formaba, finalmente la hermosa melodía llegó a su fin, él alzó la vista y me quedó viendo mientras me ocultaba tras la puerta, me asusté y sentí como mis mejillas se calentaban y de seguro enrojecían también. Me di la vuelta y caminé rápido hacia la cocina, tiré lo que quedaba de la manzana y me puse a prepararle algo a Tristan, creo que haré como sí nada hubiese pasado, la verdad no quiero hablar sobre lo sucedido anoche.
Luego de hacerle un sandwich a Tristan, me preparé uno a mi, giré para verlo pasar por la puerta de la cocina, se dirigió a la sala. Caminé despacio con su sandwich sobre un plato y se lo llevé a la sala, al girar por el pasadizo que me llevaba a la sala, me topé con Tristan, me hice para atrás tratando de no tirar el plato, él giró quedando frente a mi y arrugó el papel que tenía en las manos para luego tirarlo a un cesto de basura para papeles cerca de las escaleras. No sabía que hacer. Sólo le extendí el plato algo tímida, me miró serio y caminó rápido por mi lado haciendo que el plato se me cayera de las manos y se rompiera en muchos pedazos, el sandwich saltó intacto al suelo, pero al chocar con éste, se desmoronó. Disgustada y a la vez sorprendida, miré a Tristan.
-Mierda -dijo mirando el desastre en el suelo- Lo siento por eso.
Me quede allí parada. Quería llorar, eso fue algún tipo de desprecio hacia mi.
Tristan murmuraba cosas y como pude corrí hacia la cocina y ubiqué con facilidad las servilletas de papel y las llevé a la sala con la intención de ayudar a limpiar. Me agaché cerca de dónde estaba Tristan, estaba a punto de recoger el desastre y él se puso de pie, chocó con mi mandíbula produciéndome un fuerte dolor y caí hacia atrás golpeándome el trasero contra el suelo. Tristan soltó unas maldiciones y luego se me acercó para ayudarme, me tomó de la mano y me puse de pie.
-¿Estas bien? -aún con mucho dolor asentí.
-Sí -intenté agacharme para tomar las servilletas que se me habían caído, pero el me detuvo.
-Yo lo limpiaré -asentí sin mirarlo y regrese a la cocina. Sentí que Tristan me siguió, de seguro para traer más servilletas.
Efectivamente lo hizo, tomó las servilletas y antes de irse me miró preparar otro sandwich obviamente para él.
-Deja de hacer eso, yo me prepararé uno -lo miré triste y se fue.
Dejé el sandwich y subí por las escaleras hacia mi habitación temporal, no miré a Tristan, porque simplemente no quería hacerlo, además el hambre que tenía se había esfumado. Entré a la habitación y tomé mi blusa, revisé el bolsillo y sólo hallé cincuenta dólares, bueno de alguna forma servirán. Los volví a guardar y luego me miré en el espejo de la cómoda, a pesar de estar peinada y sin ojeras muy marcadas, me di cuenta que algo me hacía verme o sentirme incómoda, su ropa. Necesito la mía, pero estaba mojada. Busqué la bolsa en la habitación, pero no la encontré. Rendida, arreglé la cama y bajé decidida a irme, miré a los lados, Tristan otra vez se había ido de la sala. Miré uno de los sofás oscuros y encontré mi ropa ya limpia y sonreí. Al fin me quitaría su ropa. Caminé a paso acelerado con dirección al baño del primer piso y al hacer eso empujé casualmente el cesto de basura cerca a las escaleras, una hoja de papel arrugada saltó fuera del cesto y recordé que Tristan tenía ese papel en sus manos cuando me lo topé hace unos minutos. ¿Sería bueno leerlo? Pues, no. Aún así mis manos estiraron el papel y lo primero que vi en la hoja, fue la imagen de una niña llena de moretones en sus brazos y rostro, ella miraba hacia sus heridas mientras lloraba. La foto me destrozó mucho más al leer el contenido de la hoja. La niña era Mary. Había olvidado lo de su secuestro y el sufrimiento que Tristan tenía al recordar o recibir cosas como estas.
-¿Qué mierda haces? -preguntó Tristan.
Dejé de ver la hoja y lo miré, estaba frente a mi, no podía mentir: -Yo, yo lo siento tanto -miré la hoja otra vez y tapé mi boca dejando caer una lágrima.
-La están dañando, todo este tiempo lo han estado haciendo. -me arrebató la hoja arrugándola nuevamente, pero esta vez la guardó en su bolsillo delantero izquierdo.
-Pero podemos... -me quede callada.
-No puedes hacer nada, creo que deberías regresar a casa, a la tuya.
-Claro -asentí limpiándome las mejillas húmedas, gracias a Dios, no mencionó nada sobre lo que hizo anoche, pero noté que quería hacerlo- Déjame vestirme y regreso -asintió como respuesta y caminé al baño.
Dentro de éste, me quité su ropa y me puse la mía, al parecer también había lavado mi ropa interior, sólo espero que lo haya hecho con la lavadora.
Lista, salí y le entregué su ropa doblada la cual dejó sobre un sofá.Salimos de la casa y subí por mi cuenta al auto, que raro, ya no sentí ese olor que queda después de entrar a la playa. De seguro lo lavó o que se yo, no me interesa en lo absoluto.
-No iremos a mi casa -dije en cuanto encendió el motor de su auto.
-¿A dónde irás? -dijo sin apartar la vista del timón.
-Llev-llévame a algún hotel no muy costoso -apreté la blusa que llevaba en mis manos.
Me miró frunciendo el ceño: -Tienes que ir a casa y no a un puto hotel.
-Se - se fueron de viaje -tartamudeé nerviosa.
-Entonces debes... Quedarte.
-No, no voy a quedarme contigo no quiero molestar -miré hacia la ventana, no quería verlo a los ojos.
-Pues, tendrás que hacerlo -desabrochó su cinturón y apagó el motor de su auto- Serás mi molestia por... -creo que debía decir cuantos días me quedaré- ¿Por cuántos días? -dijo antes de salir.
-Cinco días. Seré tu molestia por cinco días.
-No hay problema para mi, regresa a la casa -abrió la puerta del piloto y salió del automóvil, segundos después, salí de allí también y regresé a su casa. Si no fuera porque se llevó las llaves del auto, hubiera conducido yo misma.
Esto es como una pesadilla, puedo aceptar una por un sueño, pero una pesadilla por cinco días, no. Lo malo no es tener que quedarme en su casa, lo malo es que esta pesadilla tendrá como protagonista principal a Tristan, yo sólo seré el personaje secundario.
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Voten 💔
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Dulce Lado Oscuro.
Mystery / Thriller«Misterios, un plan, ¿algo más que desees ocultar? Tristan, eres ingenioso, no lo niego, pero tus ojos muestran cómo eres por dentro. Sabes desechar tus sentimientos y herir sin sentir remordimiento. Convénceme que conocerte no fue parte de lo qu...