Dulce Lado Oscuro.

Estuve equivocado.

Ariana:

Samantha se fue como de costumbre a las 6:30 am para dejar a Milton al kinder y luego irse a trabajar. A veces me siento inútil en esta casa, pero la pereza lo puede todo.

Después de desayunar junto con Carter y su padre, Mathew me dijo que limpiara la casa. Pero no me daría todo ese trabajo a mi sola, así que obviamente protesté.

-Esta bien, limpiaré la casa, ¡Pero su hijo debe de ayudar también! -fruncí mis labios.

-Tienes razón, así será, Ariana.- sonrió amable- Bueno yo ya me tengo que ir al trabajo.

-¡Pero papá! Yo no soy una chica, sólo las chicas deben encargarse de limpiar y eso -se cruzó de brazos.

-¡Ay pero que machista! -dije alzando los brazos.

-Ya oíste, Carter. Ayudarás a la amiga de tu hermana, nos vemos. -tomó su maletín y salió de la casa.

-¡Esto es injusto! -protestó.

-¡Oh, vamos! Ya deja de quejarte y ayúdame a limpiar -asintió de mala gana.

Nos la pasamos limpiando toda la mañana, bueno hasta las 10:00 am, y sólo íbamos por el primer piso.

-Limpiaré las ventanas por fuera, ya vuelvo -tomé el limpiador y una franela para limpiar.

Al salir justo alguien salía de la casa de Camile. Iba a quedarme ahí a seguir limpiando, pero en cuanto escuché el nombre Tristan y luego Samantha. Supe que algo iba mal, algo deben de estar tramando. Camile no estaba sola. Me oculté entre unos arbustos y saqué mi celular, algo o alguien en mi mente me decía que debía grabar todo lo que dijeran.

-¡Amiga, se nota que estás muy desactualizada! -esa era Camile, sin duda alguna.

-¡Sólo cuéntame que paso con tu vecinita! -exclamó su amiga.

-Okey, okey. Bueno -dijo emocionada- hace una o dos semanas salió en las noticias algo sobre un club de motos, ese era uno de los tontos secretitos de Tristan, quien se lo había contado a Samantha. Pero a que no adivinas quien se enteró de ese secreto.

-¡Quién, quién!

-Obviamente yo, duh. Los escuché cuando hablaban allí, en su pórtico y como sabrás yo soy una persona algo resentida y envidiosa a veces.

-Ya, pero ¿qué fue lo que hiciste?

-¡Calma, querida! -río- Fui a la estación de policías y les di esa información.

-¡Wow! ¡Mis respetos! Pero si fuiste tú, ¿Por qué acusaron a Samantha?

-¿En serio? Ugh, ¡yo di su puto nombre! -Oh mi Dios... Eso no es ser envidiosa ni nada, eso es ser malvada y sí, bastante resentida. Tristan tiene que enterarse de esto y pronto.

-Eres una genio -escuché que se rieron después del comentario de su amiga. Detuve la grabación y espere a que se fueran. Esos minutos que esperé fueron casi eternos, pero al fin se fueron. Son unas perras sin vida propia. Sólo se dedican a herir y perjudicar a los demás, pero todo eso debe tener un motivo inicial, el cual desconozco.

-Carter, debo irme -entré a la casa y deje el limpiador sobre la mesa.

-¿Qué? No, no, tú debes ayudarme a limpiar.

-¡Tengo que hacer algo! Es sobre Samantha, luego te cuento. Adiós. -salí y cerré la puerta detrás de mi.

El auto de Sam obviamente no estaba así que tomé un taxi hacia la casa de Tristan, menos mal aun recordaba la dirección.

Le indiqué en qué esquina voltear y el taxista se detuvo una casa antes que la de Tristan. Pagué y bajé del auto.

Me dirigí hacia la entrada de su casa y antes de tocar ésta se abrió. Me quedé asustada y me hice a un lado, Tristan salió de adentro con otro tipo, al cual golpeaba con mucha fuerza y el otro también golpeaba a Tristan.

-¡¿Qué sucede aquí?! -exclamé espantada.

-¡Lárgate, puta! -dijo el tipo.

-¡Lárgate tú y no me insultes! -Tristan aun enfurecido, golpeó con más fuerza el rostro del otro tipo haciendo que cayera al piso.

-¡Tristan, detente! -grité, él me ignoró- por favor.

Giró y me miró: -¡¿Qué quieres?! -en eso yo miré al otro tipo y se dio cuenta de que Tristan estaba volteado y se fue corriendo- ¡Mira lo que hiciste! ¡El idiota escapó! -tiró de su cabello y luego lo soltó- ¡Dime de una puta vez! ¿Qué quieres? ¿Para qué viniste? -me  miró serio.

-Quiero que sepas algo -dije nerviosa.

-¡Dímelo ya! -exclamó furioso.

-Debes escuchar esto -busqué la grabación en mi celular hasta que lo encontré, me acerqué a Tristan y le puse reproducir.

-Pero... Qué mier...

-Shhs, sólo escucha.

Cuando la grabación finalizó, Tristan estaba... Bueno la verdad no lo sé, parecía asustado y triste a la vez.

-Me... Estuve equivocado todo este tiempo -golpeó con fuerza la puerta de su casa, pensé que iba a tirarla pero no sucedió.

-Debiste creerle, ella nunca dijo nada sobre tu secreto.

-¡Deja de recordarme mis errores! ¡Debo arreglar todo esto! Pero... -se quedó pensando.

-Pero, ¿Qué? ¡Sólo hazlo! -dije alzando los brazos.

-No puedo, no puedo hacerlo ahora -entró a su casa.

-¿Por qué?

-Se lo diré y me disculparé pronto. El sábado iré a verla pero no se lo digas, no le enseñes la grabación.

-El sábado es mi fiesta de graduación, suerte para la próxima -lo miré molesta y caminé por las calles en busca de un taxi disponible.

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