Con él.

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No tenía otra opción. Debo salir por mi cuenta, si no, él puede herirme intentando abrir la puerta. Y vaya que ya lo hizo.

Quité el seguro y con toda la fuerza que podía tener en el brazo izquierdo, empujé la puerta del baño contra Tristan haciéndolo a un lado. Me quedé inmóvil al verlo en el suelo. Estaba muy borracho, ni si quiera traía camiseta. De seguro "señorita cabello teñido" se la guardó para su colección.

-Qué fuerte, Sam, pensé que tenías roto el brazo -rió.

Mi respiración no estaba para nada calmada. Mi cerebro le ordenaba a mis piernas salir corriendo y llorar por todas partes, debía aprovechar que él estaba en el suelo, pero no me moví.

-Ahora, dime que hacías espiándome -miró a su derecha aún en el suelo y se encontró con una botella de cerveza por la mitad, creí que lo tomaría, pero en cambio, la lanzó fuera de su vista rompiéndola en muchos pedazos al igual que mi corazón, lo que quedaba de el.

Me limpié los ojos, al ver mis manos vi que tenían el rímel que llevaba puesto.

-Responde, maldita -Tristan se levantó, a penas podía caminar.

Comencé a retroceder. Recordé lo que había visto y mis ojos se humedecieron al instante.

-Que llorona eres -se burló.

Una vez que mi espalda chocó con la puerta general del baño, me asusté, quería girar, abrirla y salir corriendo. Una vez más, no me moví.

-No saldrás, ¿verdad? -sonrió a medias y puso sus manos sobre la puerta.

Podía oler su aliento, cerveza. Odio la cerveza. ¿Vomitarle en la cara será una opción?- Estás hermosa -acercó sus labios a los míos e hice una mueca de asco.

Lo empujé, pero no funcionó. Dejé de llorar por un momento, me armé de valor y le tiré una patada con la esperanza de que le diera justo "allí".
Se retorció de dolor y se tiró al piso una vez más.

-¡Perra! -gritó, lo ignoré y salí corriendo.

La fiesta estaba en la cima. Busqué a Ariana por todas partes y no la encontré. Tristan podía venir en cualquier momento.

-¡Sí! Se llama Samantha ¿No la han visto? -escuché entre la gente. Esa era la voz de Ariana ¡Me estaba buscando!

-¡Ariana! ¡Ariana! -grité inútilmente, no me escucharía. Algunos volteaban a verme y la verdad me daba igual.

Al verla, corrí y la abracé muy fuerte. No pude evitar llorar en su hombro.

-Samantha ¿Qué te ha pasado? -dijo triste. Me miró a los ojos y sentí que lo sabía todo- Lo encontraste ¿verdad? -asentí mientras me quitaba el cabello que caía por mi rostro. Me sentía horrible, todo un desastre, por dentro y por fuera.

-Vámonos -supliqué.

-Por su puesto -comenzamos a caminar pero lento, yo quería irme lo más rápido posible.

Caminamos con dificultad a la salida por la gran cantidad de personas, pero ella me detuvo.

-Espera, ¿dónde está Tristan? Dime que no está ebrio... -si supieras.

-Está más que ebrio -grité.

-¡Pero dónde está! No podemos dejarlo allí tirado e inconsciente.

-Sí, claro -dije sarcástica y a punto de lloriquear de nuevo- si supieras lo que hizo, ¡hasta lo dejarías en un basurero o algo peor! -tiré de su brazo para salir de allí, no funcionó.

Dulce Lado Oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora