capitulo 4

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Al cerrar la puerta salí corriendo a mi cuarto para cerrar la cortina con rapidez y me acerque para prender la luz pero cuando no prendió, recordé que el bombillo estaba dañado y volví a correr la cortina con un suspiro, busque una silla y la cajita con el bombillo, puse la silla en la mitad del cuarto justo debajo de la base del bobillo para quitar el viejo y poner el nuevo, luego me acerque a el interruptor, lo encendí y al ver que funcionaba cerré la cortina y empecé a organizar todo mi cuarto y el cuarto de abajo donde habíamos estado esta hora y media con Marcos.

—VALERY BAJA— grito mi mamá desde la sala, al bajar por las escaleras vi que ella estaba hablando con mi padre desde la puerta sin dejarlo pasar a la casa.

—Mamá— llame su atención y a paso lento me acerque a la puerta viendo la cabellera castaña de mi padre.

—Cariño, tu padre quiere hablar contigo— dijo sonriendo para después darme espacio para poder verlo a la cara sin dejarlo entrar a la casa.

—quiero que vengas este fin de semana a la casa, casi nunca vas a nuestra casa, Samuel te extraña— al escuchar ese nombre se me dibujo una leve sonrisa al recordar al pequeño pelirrojo de 6 años.

—Ya dije que no puedo— dije con calma saliendo un poco de la casa— tengo una pelea.

—la tienes el sábado, cuando ganes vienes a mi casa— dijo el con una sonrisa.

—No lo creo, voy a estar cansada, y dudo ganar— dije cruzándome de brazos.

—Está listo, te vienes a mi casa el sábado después de la pelea, todos vamos a ir – dijo con entusiasmo.

— ¿Por qué tanta intensidad en que vaya especialmente este fin de semana?— me acerque un poco a el— ¿tratas de demostrar tu poder sobre mí?

— no es eso solo quiero pasar tiempo con mi hija.

—Si así lo pones, está bien—dije y me volteé para entrar a mi casa pero mi vista paro en una cabellera castaña escondida en el carro de mi padre.

—Alexander sal del carro— dije y este alzo la cabeza y salió del carro.

—Segura que tiene 36— dijo Alexander antes de acercarse más a mí— ¿segura?

—Si—respondí firme pero vi vacilar sus ojos—no te gustaba tanto.

—si me gustaba, mucho, mucho, mucho—me miro serio.

—no te gusta— dije con seriedad.

—Que si—dijo como un niño pequeño.

—puedo apostar que no te acuerdas de su nombre y eso fue hace unos días— le dije con seguridad y él se quedó callado— ¿ves? lo superaras encontraras una chica— pare de hablar un segundo y alce un poco la vista para ver directamente a esos ojos azules – o un chico— él me miro mal— solo digo.

—Mejor no digas nada— dijo sonriendo un poco.

—Como quieras—me encogí de hombros.

—ALEX— grito mi padre desde el carro a lo que Alex lo vio y subió a este despidiéndose de mí con la mano y un leve sonrojo.

Al entrar a mi casa le conté a mi madre lo que hable con mi padre y ella solo asintió con la cabeza.

— ¿Quieres ayudarme?— me pregunto mi mamá viéndome con duda en sus ojos azules y señalándome con una cuchara en la mano.

—Si— dije caminando en su dirección cogiendo un delantal en el camino.

Después de haber hecho la comida con mi mamá, pusimos los platos en la mesa y nos preparamos para comer.

—El vecino— dijo mi mamá cuando nos sentamos a comer— es lindo.

—se llama Marcos.

—Es lindo— repitió mirándome muy concentrada.

—no es lindo y solo vino porque quería verme entrenar.

—pero entreno contigo.

—si.

— ¿y ya?

—si.

— ¿no hablaron?

—casi no.

—Si eres extraña, si es muy lindo— se quejó ella.

—No lo soy— dije mirando mi plato de comida.

—como digas.

Al terminar de comer lavamos los platos sucios y nos sentamos en el sillón para ver películas, a la hora me pare del sillón y me dirigí a las escaleras.

— ¿a dónde vas?

—por mis guantes voy a entrar una hora antes de ir a dormir.

—no te sobre esfuerces, recuerda lo que paso la última vez— dijo y asentí con la cabeza tratando de olvidar ese día.

Subí a mi cuarto y vi los guantes tirados en la cama al igual que las vendas, me acerque a la cama pero inconscientemente mis pies me llevaron a la ventana y sin pensar corrí un poco la cortina, me sorprendí mucho al ver la ventana de mi vecino sin cortina, mire durante unos segundos y negó con la cabeza alejándome de la ventana pero me detuve al notar como mi vecino entraba por la puerta de su habitación y miro hacia mi ventana al darme cuenta de eso me aleje rápidamente y en un movimiento tome las vendas y los guantes para salir corriendo de mi habitación. 

Después de dos horas salí del cuarto y pase por la cocina para tomar un vaso de agua, subí por las escaleras para llegar a mi habitación, me quite la ropa y la deje en el suelo quedando solo con mi ropa interior, me dirigí al baño de mi cuarto y m...

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Después de dos horas salí del cuarto y pase por la cocina para tomar un vaso de agua, subí por las escaleras para llegar a mi habitación, me quite la ropa y la deje en el suelo quedando solo con mi ropa interior, me dirigí al baño de mi cuarto y me amarre mi larga cabellera en un moño alto, tome mi celular y puse música mientras entraba a la ducha.

Salí del baño después de un rato con una pijama puesta, recogí la ropa que había dejado tirada antes y me solté la moña para dejar mi cabello suelto, me acerque a mi celular y lo puse a cargar mientras me acercaba a la cama y me sentaba en esta tapándome con la cobija hasta la cintura, cogí el libro que tenía en la mesita de noche y empecé a leer.

Eran las 11 de la noche cuando cerré el libro y desconecte mi celular, puse mi alarma ya que mañana tenía escuela, apague la luz y como hago todas las noches corrí un poquito la ventana y mire al frente, la venta y cortina estaban cerradas al igual que la luz pagada, retire completamente la cortina y abrí la venta para sentarme en el ancho marco de mi ventana con un pie fuera de mi casa y el otro doblado hacia mí. Descanse mi cabeza en mi rodilla y mire el cielo.

La ventana de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora