Capitulo 41

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—me compadezco de tus padres— dije.

— ¿Por qué?— pregunto con curiosidad moviendo su cabeza a un lado como si fuera un perro.

—son demasiados hijos.

—Les gusta las familias grandes— se encogió de hombros.

—Te pareces mucho a Marcos— dije mirándolo bien— si muy parecido se nota que son hermanos, no sé cómo no me di cuenta antes.

—Eres medio lenta— dijo Mike dándome pequeños y suaves golpecitos en la cabeza.

—Quiero un helado de fresa— dijo Amelia jalándome de la mano para caminar más rápido.

—Amelia no corras— le dijo Mike haciendo que ella empezará a caminar un poco más lento.

—Camina más rápido— le dijo Amelia a Mike quien estaba a unos pasos atrás de nosotras, me gire para mirarlo pero en ese segundo Amelia y yo chocamos con alguien.

—Lo siento— dije levantando a Amelia del suelo.

— ¿Valery?— pregunto Alexander, al escuchar su voz levante mi mirada para verlo levantar a Samuel del suelo.

—Alex— sonreí un poco— hola.

—Hola— dijo el con una sonrisa.

—Valery— dijo con emoción Samuel antes de acercarse un poco más a mí así que me puse a su altura y lo abrace.

—Mike mira ese es el niño feo— dijo Amelia.

—Amelia— la regaño Mike— perdónala ella es muy celosa— le dijo a Samuel.

—No lo soy— se quejó ella haciendo un puchero y cruzándose de brazos.

—Tu eres más fea— dijo Samuel mostrándole la lengua cosa que ofendió a Amelia he hizo la misma acción.

—Samuel— dijo Alexander en forma de regaño— no le puedes decir eso a las personas.

—pero ella inicio— se defendió Samuel.

—No peleen— dije a los dos quienes me miraron— no pueden ser así de malos con las personas— les dije a los dos logrando que los dos se miraran sin hacer nada, sonreí satisfecha.

—Tienes un toque— dijo Mike a lo que sonreí.

—Mike te presento a Alexander, mi hermanastro.

—Hola— dijo Alexander.

—un gusto— dijo Mike con una sonrisa.

—Vamos por el helado— dijo Amelia tomándome nuevamente de la mano.

—Samu— lo llame y el me vio— nos vemos después ¿sí?— el asintió frenéticamente con la cabeza y sonrió— adiós— le dije a Alexander y el movió la cabeza en forma de despedida.

—un helado de fresa— pidió Amelia cuando llegamos a la heladería.

—ustedes busquen asientos y yo voy por los helados— dijo Mike.

—Seguro— murmure dejando que Amelia eligiera la mesa.

—El niño feo estudia conmigo en la escuela— dijo Amelia meneando sus pie.

—Amelia, no le digas así— le dije y ella hizo una mueca.

—Samuel estudia conmigo en la escuela, se sienta atrás.

— ¿están en el mismo salón?

—Sí, pero él y sus amigos siempre están en el fondo del salón— dijo mirando sus manos.

— ¿Tú no tienes amigos?— le pregunte y ella alzo la vista con una sonrisa.

—Tengo dos amigas— dijo feliz— siempre están conmigo hasta cuando Samuel me molesta.

— ¿Samuel te molesta?— le pregunte con el ceño fruncido.

—a veces, pero yo también lo molesto— sonrió un poco— cuando se enoja mucha se pone rojo.

—o cuando siente mucha vergüenza, si le dices que esta rojo se pone más rojo— dije guiñándole el ojo.

—no le digas eso— dijo Mike sentándose delante de nosotras para luego poner los helados encima de la mesa— luego le va decir eso al pobre chico.

—Yo no haría eso— dijo Amelia ofendida cogiendo el helado de fresa.

—te traje de chocolate— dijo Mike extendiéndome el helado— no sé si te guste, si quieres lo puedo cambiar.

—no te preocupes así está bien— dije tomando el helado.

—A James no le gusta el helado de chocolate— dijo Amelia antes de meterse una cucharada de helado en la boca.

—A Lucia tampoco— murmuro Mike haciendo que lo mire con curiosidad— Liam me lo conto— explico.

— ¿Liam? — pregunte.

—Si Liam, lo que pasa es que Liam me dio un helado de chocolate pero como es Liam tuve que preguntarle de donde salió— explico.

— ¿eso que tiene que ver con Lucia? — pregunte confundida.

—El helado era para Lucia pero a ella no le gusta el de chocolate así que Liam le compro otro y me dio ese a mí— dijo mirando su helado.

— ¿Ese fue el helado que le diste a Elenor?— pregunto Amelia.

—No— dijo Mike— Elenor me lo robo— lo mire sorprendida y él sonrió un poco— a ti no te roban nada porque tu solo vives con tu mamá.

— ¿Y si le ponen nombre a la comida?— pregunte pero Mike rio un poco.

—eso solo sirve para saber de quién es, no para que no lo tomen— dijo haciéndome reír.

Dos horas después ya estaba en mi cama viendo el techo sin nada que hacer, mi mamá trabaja hasta tarde los sábados así que estaba sola en la casa.

—Valery— escuche la voz de Marcos pero aunque sonreí no me moví— Valery sé que estás ahí— dijo pero me quede quieta mirando el techo sin ganas de moverme— Valery te estoy viendo— dijo y moví mi cabeza para ver la ventana abierta— está bien solo veo tus pies pero sé que estás ahí.

—No me quiero mover— dije después de unos segundos para luego escuchar como Marcos maldecía.

—Si no vienes paso de mi ventana a la tuya— dijo haciendo que abriera los ojos con sorpresa pero no me moví de la cama.

—Te vas a matar si haces eso, las ventanas no están tan cerca cómo crees— avise sin ánimos de moverme— además a mi mamá no le gusta la idea de chicos en mi cuarto— dije tratando de recordar cuando mi mamá dijo eso pero ella nunca lo dijo.

—Tú lo pediste— dijo haciendo que volviera a mover mi cabeza para ver la ventana.

—Te vas a matar— advertir mientras veía nuevamente el techo de mi habitación— la vida es muy bonita como para saltar de una ventana a otra, ¿no crees?

La ventana de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora