—Desde hace 6 años— dijo Marcos.
—Define conocer— pedí al mismo tiempo que él, Jack y Samantha rieron viendo como Marcos me retaba con la mirada.
— ¿Desde cuándo saben la existencia del otro?— reformulo la pregunta Jack.
—Desde hace 6 años— dijimos Marcos y yo a la vez.
—¿desde cuándo conocen el nombre del otro?— pregunto Samantha haciendo que Marcos y yo nos quedamos callados, sabía su nombre después de preguntárselo a su mamá cuando era pequeña, pero desde hace tiempo deje de darla tanta importancia a su nombre y se me olvido poco a poco.
—Desde hace 6 años— respondimos los dos a la vez, con sorpresa lo mire y el a mí de la misma manera, creo que no fui la única con curiosidad.
—Que divertido ahora yo— dijo Jack con emoción— ¿desde hace cuánto se hablan?
—Unos días— dijo el, solo unos días, y ya estamos aquí.
—Marcos gana— dijo Samantha con voz de presentador de concursos, Marcos hizo un pequeño baile de festejo sonreí un poco y antes de poder hablar vi detrás de Marcos a lo lejos unos chicos con unos libros de la biblioteca.
—Tengo que ir a la biblioteca— recordé que le dije a la profesora de artes que iba ayudar en la biblioteca por puntos extra, puse mi bolso en mis hombros y corrí en dirección a la biblioteca.
Corrí como si mi vida dependiera de ello hasta llegar a la biblioteca, la profesora estaba dándoles órdenes a todos sobre lo que tenían que hacer al terminar la escuela.
—Valery— dijo al verme en la puerta— por llegar tarde— miro su libreta— tendrás que ayudar en la sala de artes, debes limpiar y organizar la sala, los cuadros que vamos a poner en la presentación de curso los guardas en el fondo con el nombre respectivo de la persona que los creo— asentí con resignación, si no me fuera tan mal en artes no tendría que hacer nada por puntos extra.
El resto del día fue normal aunque no había podido comí nada por lo que saque una manzana de mi bolso para no tener el estómago vacío todo el día, a paso lento me dirigí a la sala de artes y espere a que llegara la profesora.
—Tienes suerte— dijo la profesora entrando por la puerta del salón de artes— Mike también llego tarde a la biblioteca— señalo a Mike detrás de ella.
—Por el amor de Dios— dijimos los dos al mismo tiempo.
—genial ya se llevan bien— festejo la profesora y salió del salón después de darnos unas pequeñas indicaciones.
—podemos hacer esto juntos es solo un salón— dije dándome fuerza— solo hay que tratar de llevarnos bien.
—Tienes razón, tenemos que ser como mejores amigos, por lo menos hasta que termine el proyecto— dijo el pasándome un trapo mojado.
— ¿ponemos música? —pregunte limpiando una mesa.
—Antonia, por fin hablas mi idioma— celebro Mike, sonreí y puse música en mi celular.
Dos horas, pasamos dos horas limpiando ese salón, aunque pasamos la mayor parte del tiempo bailando y cantando, resulta que Roberto y yo tenemos el mismo gusto de música y no es tan malhumorado como pensé, quizás solo nos conocimos en malas circunstancias.
—terminamos, Roberto por fin terminamos— dije con emoción viendo lo limpio que quedo el salón.
—Al fin— dijo Mike saltando la escoba— ¿cómo unos niños con pintura pueden ensuciar tanto?
—Son muy crueles con nosotros que no sabemos pintar—me queje sentándome en una silla.
—Deberían ser más considerados— dijo Mike soltando un suspiro.
Mike me miro y yo a él, tome mi celular y apague la música.
—tu llevas todo donde el conserje—dijo Mike — y mañana nos organizamos para hacer el proyecto, lo siento mi hermano me espera— y salió del salón dejándome con todo en las manos, por lo menos pidió perdón.
Tome todos los materiales de limpieza tratando de ponerlos todos de forma ordenada en los baldes para no tener que hacer dos viajes.
Cerré la puerta del salón he intente caminar con todo en las manos pero se cayeron las escobas y los baldes con todo lo que tenían adentro, solté unos cuantos insultos mientras trataba de recogerlos.
—Te ayudo— dijo una voz detrás de mí, asustada cogí la escoba del suelo y apunte a esa persona con ella.
—Tengo una escoba—dije apuntando al desconocido pero al darme cuenta que era Marcos la baje lentamente.
— ¿Qué se supone que vas a hacer con una escoba? —Pregunto riendo un poco.
—No quieres saberlo— dije suspirando con cansancio.
—Pero quiero saber — se quejó— soy muy curioso.
—No, no quieres— le pase un balde lleno de artículos de limpieza y una escoba — ¿Qué haces aquí?, ya es muy tarde como para que andes merodeando por los pasillos.
—Mi hermano— dijo por lo que lo mire confundida— mi hermano se quedó hasta tarde— explico mientras caminábamos en dirección al armario del conserje—pero no lo vi, quizás ya se fue, él tiene mi celular.
—Que buen hermano— dije sarcásticamente.
—Soy el mejor que existe— dijo sonriendo.
—yo soy mejor hermana que tu— dije con arrogancia.
—No, yo tengo más experiencia— Marcos tomo con cuidado la escoba que estaba en mis manos.
—Claro que si— alce un poco la voz y luego la baje— tienes demasiados hermanos.
—exacto, la experiencia me hace mejor que tu— me dijo con una sonrisa.
—Lo que tú digas— le reste importancia.
— ¿No me vas a preguntar por qué mi hermano tiene mi celular?— pregunto curioso.
—No pienso preguntar porque tiene tu celular—dije con seriedad.
—Okey— dijo en un cantito.
—enserio no quiero saber —asegure.
— Bueno ya que insiste te voy a contar la historia—dijo sonriendo.
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La ventana de al lado
Novela JuvenilValery y Marcos han sido vecinos durante seis años sin ninguna interacción por ninguna de las partes pero un pequeño accidente y una ventana abierta hacen que las cosas cambien de un momento a otro haciendo que la vida de Valery jamás vuelva a ser...