—resulta que tenemos una hermana pequeña.
— ¿Una?— pregunte con sarcasmo interrumpiendo su historia.
—Calla que el que está hablando soy yo—dijo Marcos con una sonrisa—como decía, tenemos una hermana pequeña que es muy necia y sensible, tú la conoces se llama Amelia, ella rompió un celular y este celular era de mi hermano.
—claro como solo tienes un hermano se cual es—dije con sarcasmo.
—Calla— dijo haciendo una mueca— se lo rompió a mi hermano James y este le quito el celular a mi otro hermano, pero mi hermano necesitaba llamar a nuestra abuela.
—y claro cómo eres tan buena persona le pasaste el tuyo —dije.
—Exacto— dijo con una sonrisa antes de llegar al armario, de donde salió Oliver el conserje.
—Hola— lo salude dándole los baldes y escobas.
—hola, ¿por fin terminaron?— pregunto mientras guardaba todo.
—Casi que no pero sí, terminamos, la verdad no sé cómo haces esto todo los días— dije apiadándome de su trabajo.
—Tampoco es que me guste mucho— dijo Oliver rascándose la cabeza con una sonrisa.
Oliver es un señor mayor, pero tampoco tanto como para no poder trabajar y aunque su trabajo no es lo mejor siempre está con una sonrisa.
Me despedí de él y con Marcos detrás de mí nos alejamos de la escuela.
— ¿Cómo lo conoces? —pregunto Marcos después de unos segundos.
—Me gusta ser amable con las personas a mi alrededor, además una vez estaba limpiando mi casillero y Oliver me ayudo, no es lo que abarca su trabajo pero me ayudo con una sonrisa, aunque estaba asqueroso— hice una mueca recordando mi casillero.
— ¿Cómo va estar asqueroso tu casillero si no lo usas?—pregunto mirándome de lado.
—no lo uso por algo— dije con media sonrisa.
—Eres tan rara— dijo negando con su cabeza.
—Gracias— me encogí de hombros.
— ¿Qué? —pregunto confundido.
—Dices que soy diferente, creo que ser diferente es algo que me hace especial, algo que pocos pueden decir de sí mismo— lo mire y él estaba sonriendo, también sonreí un poco.
Después de esa pequeña charla el camino fue en silencio, uno de esos silencios donde te sientes cómoda con la persona que está a tu lado.
—Adiós— dijo entrando a su casa.
—Adiós— dije despidiéndome de él.
Entre a mi casa y mi mamá me esperaba con una sonrisa, trate de ignorarla mientras ella hablaba por teléfono y me dirigí a mi habitación para cambiarme he ir a entrenar.
—No te cambies— dijo ella entrando a mi habitación.
— ¿Por qué?— pregunte extrañada.
—No vas a ir a entrenar esta semana— no, no, no y no yo no puedo estar una semana sin hacer nada, ¿esto es un castigo?
—si hice algo malo lo lamento—dije.
—No es eso— dijo ella recostándose en el marco de la puerta— tu entrenador se va a ir de vacaciones con su familia— suspire con resignación soltando la camisa que tenía en la mano— pero organízate bien, ponte un vestido un pantalón, lo que quieras con tal de que no sea ese uniforme— me señalo de pies a cabeza.
— ¿Por qué?— pregunte confundida.
—Vamos a una cena muy importante con mi jefe y unos compañeros de trabajo—Dijo mi mamá con una sonrisa.
—trabajas en una banco no puede ser muy importante—me queje tirándome a mi cama.
—es el cumpleaños del jefe—dijo.
— ¿le compro una engrapadora de regalo? —pregunte con una sonrisa.
—compórtate que es mi jefe, además ya rifamos y la engrapadora se lo lleva Andrea— dijo entre dientes, reí un poco y busque una ropa decente como para una cena con personas que no conozco.
Miro mi armario para tomar un vestido azul rey y unos zapatos blancos, después de vestirme me acerque al espejo para maquillarme un poco, deje mi cabello suelto y pase mis manos por mi cuello notando que no tenía el collar, desesperada empecé a buscarlo por todos lados sin resultado alguno, vamos Valery recuerda la última vez que lo tenías estaba en el baño.
—El baño— dije con entusiasmo corriendo en dirección al baño y vi el collar al lado de la toalla, suspire aliviada.
—Hija ¿estás lista?— se escuchó la voz de mi mamá desde el pasillo, me mire nuevamente en el espejo y sonreí al ver el collar en mi cuello.
—Sí, ya estoy lista— dije antes de salir de mi pieza encontrándome a mi mamá en las escaleras.
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La ventana de al lado
Novela JuvenilValery y Marcos han sido vecinos durante seis años sin ninguna interacción por ninguna de las partes pero un pequeño accidente y una ventana abierta hacen que las cosas cambien de un momento a otro haciendo que la vida de Valery jamás vuelva a ser...