Capitulo 19

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—¿Cómo me veo?— pregunto mi mamá dando una vuelta en su sitio, llevaba un vestido negro ceñido con unos tacones del mismo color, tenía su pelo rubio suelto con unas pequeñas ondas y su maquillaje hacía que sus ojos azules resaltaran más.

—Te ves muy hermosa—le dije haciendo que sonriera.

—tú también te vez hermosa— dijo mirándome — ¿vamos?

—No hay otra opción—dije con resignación.

—no, no la hay vámonos— dijo con una sonrisa.

El viaje fue tranquilo hasta que paramos enfrente de un restaurante muy elegante, al bajarnos del carro pude ver como habían pocos carros estacionados.

Nos acercamos a la entrada del restaurante, me sorprendí al notar que la entrada está cerrada, ¿reservaron todo el restaurante para ellos?

—nombres— dijo un chico en la entrada.

—Olivia Smith y Valery Brown—dijo mi mamá con una sonrisa.

—Aquí están sus asientos— dijo guiándonos por una gran mesa al lado del jefe de mamá.

—Olivia— dijo el jefe de mi mamá antes de que ella se sentara dándole un abraso.

— Benjamín, te presento a mi hija Valery— dijo mi mamá pasando un brazo por mi espalda para acercarme más.

—que chica más hermosa— dijo Benjamín— ya sé a quién le saco el encanto— bromeo mientras me dedicaba una sonrisa a lo que yo se la respondí con algo de incomodidad— pero siéntense por favor— nos ofreció los asientos al lado de él y nos sentamos.

La cena paso lenta, es una de las más aburridas a las que he ido, solo mostraba una sonrisa falsa a todos los que me miraban y bajaba cabeza para ver mi plato vacío, mientras intentaba ignorar los coqueteos del chico que estaba delante de mí.

Llego el momento del postre y del pastel sonreí un poco y aplaudí cuando todos lo hicieron, el chico de delante de mi sonrió y paso su pie por el mío subiéndolo un poco tratando de pasarlo debajo de mi vestido, qué asco, baje su pie y lo pise con fuerza haciéndole soltar un pequeño gemido de dolor le dedique una sonrisa y me pare de la mesa.

—Ese chico me está acosando, voy por un poco de aire, no dejes que me siga— le susurre a mi mamá y ella asintió con la cabeza enojada, apuesto a que ese chico no sabe con quién se metió.

—oye puedo hablar contigo— escuche a mi mamá decir antes de llegar donde estaban los meseros.

—Oye disculpa— le dije a una chica de cabello oscuro amarrado en una moña.

— ¿Sí que necesitas?— se voltio a mi dirección regalándome una sonrisa.

— ¿ustedes tienen una ventana o un balcón? — Pregunte— algo donde pueda tomar algo de aire.

—Claro que sí, sígueme— dijo mientras me guiaba esquivando a los demás meseros hasta llegar a un pequeño balcón donde habían cuatro sillas y una pequeña mesa.

Inhale el aire y me tranquilice un poco, el asco y lo incomoda que sentía había hecho que me faltara un poco el aire, pero poco a poco me tranquilice.

— ¿Estás bien?— pregunto la chica algo preocupada.

—Sí, solo necesitaba respirar— respondí sentándome en una silla.

— ¿quieres algo de agua? — pregunto la chica.

—Si por favor— le di una mirada agradecida antes de que ella se fuera.

Mire el estacionamiento lleno de carros, con tanta gente y me toca delante de un tipo que no sabe qué no significa no.

—Mira— dijo la chica poniendo un vaso de agua en una mesita.

—Gracias— le dije mientras tomaba del baso, ella sonrió y se fue.

Tome del baso lentamente viendo como los cubos de hielo se derretían, me concentre en los cubos de hielo, tratando de no pensar, no es nada cómodo estar en una de esas situaciones.

— ¿Puedo sentarme?—pregunto una chica de cabello café oscuro el cual está algo alborotado, lleva una camisa de color rosado claro con unos chores negros, unas medias veladas negras y unas botas rosadas.

—Sí, no hay problema— señale el asiento a mi lado viendo como la chica trataba de regular su respiración.

—Soy Lucia— dijo al sentarse extendiendo su mano.

—soy Valery—dije sin expresión en mi cara aprontando levemente su mano.

—ACOSASTE A MI HIJA— escuche gritar a mi mamá.

—Lo va a matar— dijo Lucia viendo como un montón de adultos se acercaban a el chico.

—Es mi mamá— dije sonriendo un poco.

—Lo supuse— se encogió de hombros y sonrió dejándome algo confundida— tiene carácter me gusta.

—Sí, no soporta que cosas así pasen— mire nuevamente el estacionamiento.

—A nadie le gusta, no deberían pasar cosas así— dijo con seriedad tratando de alizar su cabello logrando solo que se despeinara más.

—Estos chicos me tienen cansada— solté un suspiro, pero Lucia soltó una risita a lo que la mire confundida.

—lo siento, me los imagine en una academia militar y allí sin intentaran algo parecido yo los mandaría a la guerra con la intención de que mueran, ya me los imagino bailando de un lado para otro sin saber usar una pistola— dijo riendo.

—se lo merecen— dije con una sonrisa.

—Claramente— dijo ella sonriendo.

Hablamos durante un rato y creo que un par de horas ya que al voltear a la mesa todos estaban nuevamente en sus asientos, mi mamá tenía una sonrisa, el chico y la señora a su lado no estaban y Benjamín estaba soplando sus velas con una sonrisa.

—parece que se están divirtiendo— dijo Lucia.

—parece que si— dije.

—Felicidades señor perdió una empleada pero gano de regalo de cumpleaños algo diferente a una engrapadora— dijo Lucia distraídamente haciéndome reír un poco.

—aquí estas— escuche la voz de un chico a nuestras espaldas y vi como la sonrisa de Lucia se cambiaba por una expresión de asombro.

La ventana de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora