Especial Luisa y Sam

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En Toronto

Se habían acabado las clases para Luisa y está estaba esperando por su novio Sam a la salida de su academia para ir a comer unos tacos en el parque y después ir al cine a ver una película de acción y romance.

- ¿ Estás listo ? - pregunto Luisa al ver a salir a su pelirrojo Beta, quién cargaba una mochila de ropa sudada y una mochilla con libros.

- Si, ya podemos irnos, pero antes tengo que pasar por mi apartamento para dejar todo esto -

- Okay, vamos entonces -

Ambos caminaron hasta el apartamento que Sam seguía compartiendo con Ryan, quién todavía no se encontraba allí ya que se había quedando entrenando un poco más en el gimnasio de la academia.
Sam dejó las mochilas y salió al pasillo donde se encontraba Luisa esperándole mientras hablaba con algún amigo de Sam.

- Ya podemos irnos - dijo ofreciendo su brazo para que Luisa cogiera de él como una verdadera pareja.

Ambos habían tenido pensado casarse, y es más, Sam se lo propuso a Luisa posando la rodilla derecha en el suelo y abriendo una caja aterciopelada roja con un contenido brillante y hermoso de al menos 3 kilates. Un diamante en toda regla con su brillo y su resplandor que hicieron a Luisa derretirse en el momento en el que lo vio agacharse.
Ahora los dos solo esperaban al momento idóneo para casarse y todavía ambos tenían que conocer a sus suegros, los cuales no estaban en Toronto, sino en las afueras y el extranjero, además, la pareja a veces pasaba algunas rachas malas, y prefería seguir esperando.

- ¿ De que quieres el taco ? - preguntó Sam divisando en la distancia el camión que los preparaba y a la gente sentada en esos bancos desmontables que cargaba el camión.

- El de siempre -

Se acercaron y cogieron su pedido dispuestos a devorarlo antes de irse al cine una hora después.
Al terminarlo caminaron por las calles con tranquilidad hasta llegar al edificio rebosante de gente y esperaron hasta entrar en la sala número 5 con dos refrescos y un cubo pequeño de palomitas compradas allí y bastante ricas.
Cuando la película empezó ambos se sintieron... Raros.
Desde ya hacia un tiempo ambos no intimidaban por petición de Sam, y la última vez que estuvieron en un cine fue para ver una película de parejas, amor, sexo desenfrenado... Una película salvaje y excitante que les daría el pase perfecto para poder montarselo nada más terminase la película, pero en verdad, nunca llegó ese momento ya que la película fue suspendida repentinamente, y ahora, ambos se estaban mirando de reojo, con cada mano en el reposabrazos y una tensión en esta indescriptible.
Sam no se contuvo mucho más y paseó su mano por encima de la de Luisa para llegar hasta su rodilla y subir lentamente por debajo de la falda que está tenía y llegar hasta el muslo, mandándola un escalofrío y un huracán de cosquillas por toda la zona.
La sala estaba muy oscura, y encima era la parte en la que estaban en una cueva, solo con una linterna que apenas funcionaba a causa de la poca batería en las pilas, por lo que la sala seguía en completa oscuridad hasta dentro de un buen rato, además, la gente estaba muy atenta a la película, a la derecha de la pareja estaban los baños y a la izquierda se encontraba un pareja de señores mayores que achinaban los ojos para poder ver bien, por lo que no tendrían problemas por ellos.

La mano de Luisa también se deslizó hasta llegar al cinturón de Sam y desabrocharlo con destreza, para de seguido meter la mano en ellos y empezar a despertar a la bestia que se escondía bajo esas capas de tela.
Sam sonrió pícaramente y con su dedo empezó a trazar círculos sobre la braga de Luisa, rozando la tela con su intimidad pero sin ejercer mucha fuerza para hacerla sentir cosquillas.
Ambos se miraron, había mucha tensión sexual en el ambiente, empezaron a acercarse, sus labios estaban cada vez más cerca...

Un Omega PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora