Cap. 51

193 24 5
                                    

Antes de emñezar el capítulo me gustaría mencionar el mensaje que anuncié en mi tablón.
Para aquellos que hayan leído mi primera historia "Un Vínculo con un Vampiro" les quería mencionar que estoy pensando en volverla a publicar pero editada, con una mejora ortográfica y más detalles.
¿ Que os parecería ? Comenten vuestra opinión y espero que les guste el cap.

Narradora

El baño se llenó del vao que el agua caliente del jacuzzi soltaba, ocultando levemente ambos cuerpos que se movían con gracia en la bañera mientras el agua chapoteaba por los alrededores salpicando todo.

- Leo... Ah, más rápido... - pidió Anel entre jadeos y gemidos que inundaban los oídos de Leo el cual estaba bastante excitado.

Leo de un movimiento lo puso en cuatro, dejando las rodilla de Anel en el banco y su pecho tocando el bordillo. La boca de Leo empezó a marcar la espalda de Anel con pequeños mordiscos y chupones que se quedarían allí por un día o así, estas marcas iban del cuello hasta la cadera, pasando por los hombros y toda la columna que obligaba al cuerpo de Anel a estremecerse ante el tacto lujurioso de Alpha. Sus manos apretaban las caderas de Anel, hincando las uñas en sus finas caderas pero bien formadas y dejando la huella de sus dedos en forma de marca roja por la presión.
Anel gimió de dolor pero cuando Leo lo penetró con fuerza gritó de placer ya que había dado en su punto dulce de lleno.
Una sola estocada fuerte en ese punto hizo para que se viniera sobre el bordillo.
Leo gruñó y mientras una mano se mantenía en la cadera del Omega otra agarraba su hombro. No le gustaba esta posición, se estaba perdiendo las caras eróticas de Anel y el bordillo le impedía meter sus manos por debajo del cuerpo del Omega.
Leo gruñó mientras le daba una última estocada y salía de él mientras veía como Anel estaba exhausto por volverse a correr.

- Leo... Ya... Si seguimos así... Entraré en celo -

Leo encajó su cara en el cuello de Anel para aspirar su olor y abrazarlo con fuerza por la cintura mordiendo la marca otra vez, su nariz pasaba por la piel blanca del Omega aspirando el aroma del jabón y su olor dulce que indicaba que el celo se acercaba... Pero él no quería parar, no ahora.

Le dio la vuelta y estaba por penetrarlo con tal precisión que no se dió cuenta cuando Anel alzó la mano para golpear su mejilla. Se quedó estático y con sus manos aún en los muslos de Anel, apretando su carne con fuerza dejando sus dedos ahí marcados pero sin ejercer la suficiente como para hacerle daño a su preciado Omega.
Pareció volver en si cuando la cara roja de Anel mostraba miedo, no por seguir haciéndolo sino porque acababa de pegar a su Alpha en un arranque de ira y creía que este le castigaría con dolor.

- Perdón, vamos a ducharnos y a cambiarnos - dijo Leo algo arrepentido y sin mostrar la ira que Anel pensó que desataría.

Ambos salieron, y aunque quién se disculpó fue Leo por su comportamiento, Anel también lo hizo por la cachetada que le dió, aunque Leo no le dio mayor importancia, pero a lo que si le dio importancia fue a cuando Anel fue a tomarse un supresor.

- Ni se te ocurra tomarlo - dijo Leo serio.

- Entraré en celo dentro de un rato, no puedo ir al comedor y pasearme con mi olor a celo y más cenar con mi otro destinado en estas condiciones -

- Si te lo tomas luego no podremos disfrutar de él -

- Tampoco hace falta entrar en celo para disfrutar - replicó Anel llevándose la pastilla a la boca.

- Deja la pastilla en su sitio y no se te ocurra tomarla - hablo Leo con su voz.

Era la primera vez que Leo utilizaba la voz con él, y si no era la primera la segunda.
Anel tembló y sus manos soltaron la pastilla haciendo que está cayera al suelo, al igual que el bote que por suerte estaba cerrado y no se salió ninguna pastilla desperdigada.

Un Omega PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora