Cap. 22

460 58 1
                                    

María

Me encontraba en mi cómodo apartamento con la nerviosa e incomodada compañía de Ryan y la neutral y tranquila compañía de Alan, la cual era intimidante para Ryan.

- ¿ No vas a decir nada ? -

Mi voz sonaba dura, quebrada y dolida, pero en todo momento molesta.
Ryan brincó en el sitio cuando el tema de conversación fue sacado para atacar al otro. Y aunque intentará mantener mi compostura esto iba a ser duro.

- No tengo nada que decir -

Su postura era tranquila y formible, p mejor dicho, insoportable.
Me recuerda cuando nos conocimos, pero lo que más me molesta es que no admita que tiene la culpa de esta situación.

- ¿ Un "lo siento" tal vez ? -

El ya molesto tono en mi voz rebotó en las paredes del salon y me obligó a relajarme para no montar un numerito de feromonas.

- Sabes porque me fui. No tengo que explicarte nada -

- Estas en perfecto estado.
Una llamada, un mensaje... ¿!Sabes lo mal que lo ha pasado ? -

Ahora ya no hablaba de mí, sino de Abel, mi pobre hijo el cual tuvo que soportar a ese Alpha imbécil como padrastro.

- ¿ Y tu ? -

- ¡;Aquí lo que importa es el ! -

- ¡ Pero por lo que veo tu estas peor ! -

- ¡ Ya no ! -

- ¡ Llevas sus cachorros ! ¡¿ Crees que no los siento ?! -

Eso me rompió por dentro.
Ryan se levanto, se fue a la cocina y cuando volvió traía una taza de té dulce.

- Gracias Ryan -

El salon se volvió a hundir en un silencio abismal. Me sentía mal, después de todos estos años y así me encontraba ahora, delante del hombre al que amé y que pudo estar todo este tiempo con nosotros y aún así se escondió.

- Lo siento... - dijo él despacio y con la voz muy baja.

Levante la mirada y lo vi arrepentido.
Su olor era tranquilo.
Se levantó y se acercó a mí.
Se arrodilló y apartó la taza de mis manos.
Me resistí un poco pero como siempre él tenía mas fuerza.

- Perdoname.
Dejame estar ahora contigo para siempre y aunque no de sangre... Ser un verdadero padre desde el principio y hasta el final -

Esas ultimas palabras las dijo con sus manos en mi vientre. Su contacto me estremeció hasta los huesos y esto hizo sonrojarme. Su cara se acercó a la mía pero lo rechacé.

- Desde 0.
Nuestra relación va a empezar desde una amistad, no creas que después de todo lo que he pasado te perdonaré tan rápido -

Mi cuerpo estaba tenso pero me logré mantener firme ante su presencia tan cercana y tentadora.

- ¿ Entonces eso significa que sigo durmiendo en los apartamentos de la academia ? - preguntó riendo.

Asentí con la cabeza.
Mire de reojo a Ryan y lo vi mas tranquilo, y es que ya no había ese ambiente tenso.

- ¿ Has tenido que soportar mucho el secreto ? - pregunte curiosa.

El asintió.
Solté una pequeña carcajada y los acompañé a la puerta. Pero antes de cerrar, la mano de Alan en mi cintura y el roce de sus labios en mi mejilla me hizo sonrojar.

- Hasta mañana... - dijo con su añorada voz ronca en mi oído.

Esa voz ronca y seductora con la que me habló en nuestro primer encuentro, esa misma voz que me hacía derretir sin necesidad de nada.

Un Omega PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora