Cap. 38

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Tomás

Verlo de nuevo había sido un lujo.
Ver como llevaba a mi cachorro en su vientre también era un alivio, aunque todavía no lo había sentido, y eso se me hacía morir por dentro.

Quería sentir ese calor...

Todo de él había evolucionado con el embarazo, pero más físicamente que emocionalmente. Su trasero se había hecho más redondo, sus caderas se habían ensanchado, y sus pechos habían crecido para guardar la leche.

La envidia me comía por dentro.
Los Alphas tenemos el impulso de ser más protectores en la época de lactancia que es cuando el Omega y la cría están más débiles, es por eso que me carcomía la idea de que Leo estaría con él y no yo.

En cuanto María dió a luz los primeros que pasaron fueron Leo y Anel, iban dados de la mano.
Después salieron y entramos el resto.

De reojo los vi murmurar cosas, pero sabía que eran sobre mí, y por mucho que me diera la curiosidad de quedarme ahí y escuchar, entré para ver a los mellizos.

Anel

¡ Eran hermosos ! Dos pequeños varones, ambos de pelo castaño pero uno de ojos amarillos como mi ex-padre y otro de ojos azules como los de mi madre.

- ¡ Que lindos son mis hermanos !- grité de emoción.

Mi madre estaba exhausta, y mientras mi padre besaba su cabeza con alegría yo admiraba la situación con felicidad, acariciando mi gran vientre con alegría y ansias de dar a luz.

Salimos del cuarto y entraron el resto, entonces aproveché para hablar seriamente con Leo.

- No quiero que te acerques a él - ordené

- Es tu otro destinado.
¿ Cómo sé que no intentará morderte en un ataque de celos o cualquier cosa ? -

- Básicamente no lo sabrás.
Solo te voy a pedir esto.
No quiero peleas territoriales durante estas dos semanas.
Pienso ponerme al día con todos mis antiguos compañeros sean Omegas, Betas o Alphas, entendiste ?? -

El me gruñó pero con resentimiento asintió.

- Perfecto - sonreí angelicalmente.

Todos incluido Alan salieron para dejar a mi madre descansar.

Pronto entró un doctor y una enfermera que llevaron a los mellizos a la incubadora por ser prematuros.

Mi madre se había quedado dormida, así que la vendríamos a visitar por la noche antes de ir a dormir.

Al llegar a casa nos dimos una ducha y deshicimos las maletas, pero algo en la maleta de Leo me sorprendió.

- ¿ Leo ? ¿ Y esta nota ? - dije agitándo el papel entre mis manos.

- ¡ No es nada amor ! Trae, es solo basura -

Leo

Estoy muerto.
La debí tirar antes de embarcar...
Se la intenté arrebatar de las manos pero su agilidad se comparaba con la mía por ser más pequeño y ágil.

- ¡¿ Por qué pone "Para mi querido Leo" ?! -

Su enojo era claro.

Maldito Mario, todo es su culpa... No, la suya no, la mía por no tirar la estúpida carta o no aceptarla.

Flash-back

Estábamos terminando de despedirnos de los chicos y cuando Anel estaba embarcando Mario gritó mi nombre.

- Toma, para que en tu estancia allí no te aburras -

Me guiñó un ojo, me dió un beso en la mejilla y salió corriendo. Abrí el sobre levemente y no me podía creer lo que estaba viendo. Eran fotos de Mario desnudos masturbándose y penetrándose con juguetes.

Un Omega PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora