Un Omega Peculiar

Cap. 16

Anel

Desperté sobresaltado, eran las 6 de la mañana según mi reloj y mis sábanas estaban mojadas del sudor.
Miré mi pantalón y bóxer y estos estaban pegajosos y por desgracia ya sabía a qué se trataba.

Me levanté y miré la litera de Teo la cual estaba vacía.
Salí de la habitación y ahí me encontré a los dos tortolitos.
Teo dormía apoyado en el pecho de Ryan mientras este le rodeaba la cintura. Ambos estaban desnudos por lo que no me quedé mucho tiempo para contemplar la escena cariñosa y envidiable.

Cambié las sábanas de mi cama para echarlas a lavar antes de que Teo preguntara, me duché, me puse ropa limpia y preparé le desayuno pero no me lo comí ya que el sueño que había tenido esa noche me había dejado un mal sabor de boca.
Toqué mi cuello, era como si notara que estuviera marcado pero al pasar mis dedos o verme la espejo no hubiera nada , al igual que mi estómago, ningún resto de cualquier hematoma que ayer se veía claramente mientras Tomás me pegaba. El dolor en mi cuello era una sensación vacía que me hacía querer esconderme del mundo y no volver a salir, y aunque me gustara la idea no podía abandonar los estudios por un estúpido Alpha.

El día que llamé a mi madre intentado buscar consejo no pude decirle la verdad. Estaba tan emocionada por poder conocer algún dia a Tomás en persona que decirle que habíamos peleado y ya no nos hablamos hubieran sido una flecha en todo su corazón ya que verme sufrir por ese Alpha la haría sentirse culpable por haberme animado a declararme y no quería eso. Pero lo peor fue cuando me dijo que tenía tres sorpresas para mí.
Me esperé lo peor pero no me dió ningún detalle sobre estas, y eso me dió miedo.

Estaba por salir a dar una vuelta mañanera antes de ir a estudiar cuando al abrir la puerta un hombre que por el olor me dió a entender que era un Alpha me tapó la salida.

Nos quedamos mirando el uno al otro fijamente. Era el mismo hombre de la última vez. Ahora sus azules ojos se habían posado en mi colgante el cual guarde por dentro de mi camisa.

- ¿ Qué ocurre teniente ? - pregunté recordando la poca información que Ryan me había querido dar sobre él.

- Vengo a recoger al soldado Ryan - dijo serio

- Está dormido pero pase, ahora mismo lo llamo -

- Oh, no, no... Lo esperaré aquí -

Cerré la puerta sin decir nada y me acerque a Ryan.

Tiré un poco de su pelo y después del de Teo.

- Te espera tu teniente en la puerta niño pequeño -

Se levantó de golpe casi tirando a Teo por el camino.
Salí antes de él para ir a dar la vuelta que tenía pensada.

- Ahora sale -

El asintió con una sonrisa pero no dijo nada. Al pasar al lado suyo pude darme el lujo de oler su aroma. Era fuerte y autoritario, me recordaba a la guerra, y a la vez a mi padre. Sus rasgos eran muy parecidos a los de él, pero de haber sido mi padre pudiera haberme reconocido, ¿ No ? Yo ya no sabía cómo era salvo por pequeños recuerdos de la infancia.
Habían pasados tantos años y eso ocurrió cuando era tan pequeño que ni siquiera me acuerdo bien de siquiera su olor.

Frustrante hasta el punto de hacerme querer llorar.

Pasé por delante de mi antigua habitación y por ella salió el nuevo compañero de Tomás haciendo que chocáramos.

- Ten más cuidado Omega - dijo con molestia.

- Lo mismo digo imbécil - respondí sin miedo.

El se me quedó mirando con curiosidad.