Un Omega Peculiar

Cap. 24

Anel

El apartamento de Leo era espacioso.
Desde afuera parecía mas pequeño pero en realidad... ¡ Wow ! Era verdaderamente bonito. Era de una sola planta siendo la última del edificio pero con la gran ventaja de tener una pequeña azotea.

- ¿ Dónde dejo mis cosas ? -

- Por aquí -

Me mostró una habitación iluminada y bien cuidada de color blanco con muebles negros y una cama con sabanas negras y rojas.

- Esta será tu habitación, espero que estes cómodo y te guste. Es bastante elegante, si quieres cambiar algo... -

- No, no, es perfecta, gracias.
Lo único... ¿ Cuanto tendré que pagarte ? -

- Tranquilo, te lo dejo gratis. No necesito el dinero -

Sonreí tímidamente mientras ely me mostraba una sonrisa radiante.
Verdaderamente no era como Tomás.
Leo era rubio de ojos azules como el cielo, su piel era tan blanca como la mía. No tenía tatuajes o piercings a la vista, tan solo un collar de cadenas con una esposas como decorativo.

- ¿ A que te dedicas Leo ? -

- Trabajo en la academia de policía.
Está aquí al lado -

Con que una academia de policía ¿ eh ? Si no estuviera embarazado podría meterme, aunque siendo Omega... Bueno, en verdad no pierdo nada por intentarlo.

- ¿ En que piensas Anel ? -

- ¿ Sabes donde hay una farmacia ? -

Me dió las indicaciones y aunque insistió en acompañarme prefería ir solo por si acaso, si todo salía bien no haría falta contarle nada, pero si salía mal y mis sospechas eran correctas, tendría que contarle lo que me ocurría.
Compré tres pruebas de embarazo y al llegar al apartamento Leo me esperaba curioso y ansioso por saber que ocurría.

- ¿ Estas enfermo ? ¿ El vuelo te sintió mal ? -

- No, no, tranquilo, es otra cosa, ahora si me disculpas... ¿ El baño ? -

Me indicó que estaba a la derecha del pasillo. Entré y me encerré con pestillo por si le daba por sacar su lado curioso y husmear.
Cogí la primera prueba, esperé in momento y... Positivo, en el aparato claramente se marcaban las dos rayitas sin titubeos.
Se me cayó el alma al suelo.
Cogí la segunda prueba y positivo también.
La tercera... Positivo.
Miré las tres pruebas recién hechas y en todas las rayitas eran claras, ninguna estaba a medias ni difuminada por lo que el resultado era claro.

- ¡ Mierda ! ¡ Puta puntería que tiene el desgraciado ! - grité con desesperación y frustración, sentándome en el suelo con la espalda pegada a la pared y dejando que una lágrima resbalara por mi mejilla.

Limpié mi cara con agua fría, esperé a tranquilizarme pero aún así salí con una cara de enojo y tristeza.

- ¿ Que ocurre ? - preguntó un Leo preocupado recargado en la pared del pasillo, dándome un susto claramente por su repentina aparición.

Me quedé callado dudando sobre si al final contarle o no, pero al fin y al cabo viviríamos juntos y trabajaríamos juntos, pronto se daría cuenta u mejor una convivencia tranquila y sin mentiras

- ¿ Y bien ? ¿ Qué ocultas pequeño Omega ? -

Esa forma de hablarme era cariñosa, no posesiva y coqueta, y eso, me transmitía confianza.
Decidí contarle todo omitiendo alguna cosilla referida a mis padres. Sólo le conté lo sucedido con Tomás y él pareció sorprenderse.
Entonces también me dió por contarle mi idea de ingresar en al academia.