Un Omega Peculiar

Cap. 1

Anel

Despertarme a las 5a.m por los golpes de mi borracho padre contra los muebles ya es tradición.
Siempre cuando sale de trabajar se va a tomar, jugar y fumar, para después volver a casa de madrugada y montar un escándalo. Hay días en los que mi madre lo espera hasta las tantas de la mañana para solo recibir golpes. Es un ser tan repugnante...

Un estruendo me dice que se ha caído por las escaleras abajo. Una sonrisa se forma en mis labios.
Me siento en la cama y veo como la luz del pasillo se cuela por debajo de mi puerta cerrada con seguro.
3...
2...
1...

- ¡ Sal de ahí maldito mocoso ! ¿¡ Donde está tú madre !? - me grita desde el otro lado.

Lo típico.
Mi cama es muy grande, por lo que mi madre y yo siempre dormimos juntos.
Ahora mismo mi madre está temblando del miedo que le tiene a ese hombre.

- Tranquila... Ya me ocupo yo - la susurro al oído mientras acaricio su largo y castaño cabello.

Me levantó de la cama y cojo el bate que está al lado de mi puerta.
Abro la puerta y ahí está.
No se puede mantener ni en pie, así que en cuanto me ve unte ya erguirse para parecer amenazante sin resultado.

- ¿ Que quieres ? -

- Quiero a tu... Hip, madre en la... Hip, cama -

- Ni lo sueñes, vete a darte una ducha y te duermes -

El parece no pillar el concepto de que se pire, por lo que lo empujo hacia su cuarto.

Él en realidad no es mi padre, es una copia barata que solo quiso a mi madre por su cuerpo. Vuelvo a mí cuarto y mi madre está sentada en la orilla de la cama mirando a la nada.

- Pronto irás a la universidad y no me podrás defender más, hijo, deja que las cosas pasen como tienen que pasar, ¿ si ? Tú padre no quiere hacerme daño... -

- No es mi padre, y además, siempre quiere hacerte daño - la replicó.

Ella se levanta y cuando pasa a mi lado la detengo con un abrazo protector. Ella es lo único que en realidad me queda.

- Por eso mismo mamá, pronto iré a la universidad, y quiero dejarle claro a ese hombre que no eres un juguete con el que se puede entretener.
Quiero que te alejes de él... -

- Sabes que no puedo... -

- ¡ Siempre se puede ! Te pagaré la operación para quitarte la marca -

Ella sonrió de forma melancólica. Lleva en su cuello la horrorosa marca de ese asqueroso hombre, ni siquiera es circular, es vulgar y fea, y siempre se están hinchando, sangrando e infectando. Y eso es por qué el la engaña a su real gana.

- Gracias hijo, pero no lo necesito, ahora descansa, dentro de 1 hora tienes que estar en el aeropuerto -

Comienzo a prepararme en silencio con la ayuda de mi madre, la cual me va a llevar al aeropuerto.

- ¿ Lista ? - pregunto.

- Claro vamos - responde ella con un sonrisa

- ¡!Alto ahí ! -

La voz de mi padrastro nos detiene.

- ¡ María, tú no vas a ningún lado ! -

Ahora está más sobrio pero todavía se le puede ver la resaca en sus pasos torpes y su visible dolor de cabeza.

- Tengo que llevar a Anel al aeropuerto -

- Ya he llamado a un amigo mío para que lo lleve -

Apreté el mango de mi maleta y tensé mi mandíbula.