Un Omega Peculiar

Cap. 23

Anel

Mi madre se agachó para ayudarlo a levantarse. Era increíble, después del dolor que provocó en nosotros durante estos años, y ahora va a ayudarlo.

- ¡ Anel ! Discúlpate ahora mismo - me ordenó.

- No tengo por que hacerlo -

- Es tu padre - se metió por medio Tomás.

- Tu no te metas... - dije con furia ardiente, quería sacar tantas palabras de mi garganta que hasta le ardía, mis manos se habían puesto en forma de puño y ahora mismo me estaba clavando mis propias uñas.

- Cuidado con el tono en el que le hablas a tu Alpha - me replicó molesto.

- Yo te hablo como quiero... -

- No señorito - hablo Alan - si es tu Alpha lo trataras con respeto -

¿ Quién se creía este para meterse ahora ?

- ¡ Tú no eres nadie para hablar aquí !, ¿ Entiendes ? -

Miré como abrazaba a mi madre por la cintura.

- ¿!Por que te dejas ? ¿ Por que después de todos estos años de dolor vuelves a él como un perro ? ¿ No era que ibas a vivir de forma independiente ? Mierda mamá, ¿¡ Es que no lo ves !? ¡ Nos dejó abandonados y cuando me ve ni me dice nada ! ¡ No pensaba mostrarse tampoco ! - dije enfadado.

Ella miro al suelo y Alan hacia otra dirección que no fuéramos ni María ni yo porque sabía que era verdad, porque sabía que de no haber sido por una casualidad no se habrían visto, claro, no sé cómo se habrán reencontrado, pero de seguro que por casualidad.

- Porque es mi destinado y lo amo... -

- ¡ Nos dejo tirados ! - repetí.

- Lo hice por una buena causa... -

- ¿ Cual causa ? ¿ Irte a la guerra y no volver en tu puta vida ? Para hacer lo que hiciste y lo que estás haciendo más valía que hubieras venido en una tumba ! Porque si pensabas hacerte el muerto... Lo conseguiste, estás muerto para mí -

Harto entré en casa y cogí mis maletas dejando a mi madre impactada por mis palabras al igual que a Alan. Tomás me siguió al interior.

- ¿ A donde crees que vas ? - preguntó Tomas.

- Lejos de aquí -

- ¿ Lejos a dónde hijo ? - pregunto mi madre preocupada por mis palabras

Sali de allí y esperé al ascensor.

- Muy lejos, si voy a estar aquí obligado a hacer cosas que no quiero empezaré de cero y nadie podrá pararme lejos de aquí -

- ¿ Con que dinero ? - pregunto pasota Tomas.

- Con mis ahorros los cuales... Son muchos -

Mi madre corrió a donde mí.

- ¡ Cariño no te vayas esto es muy precipitado ! Os acabo de juntar otra vez, no me hagas esto... Perdonáme, sabes que hago todo por tu bien pero no pensé que... por favor hijo no te vayas... -

Ella lloraba.
Se desbordaba en lágrimas y yo también estaba por hacerlo pero no lo mostré.
Tomas corrió también.
El ascensor se abrió y entré rápidamente.

- ¡ Alto ahi Omega ! ¡ He dicho que te detengas ! -

Me tapé los oídos y caí de rodillas al suelo, pero antes de Tomás llegar el ascensor se cerró y ahora solo se escuchaban murmullos y... Mis sollozos.