Un Omega Peculiar

Cap. 48

Narradora

Anel se despertó temprano cuando los rayos de sol se colaron por las cortinas del cuarto iluminando todo este.
Su mirada viajó hasta su izquierda, en donde Leo, dormía plácidamente con su mano en la cintura del Omega.
Anel se separó lentamente de él para de seguido sentarse en la orilla de la cama y sentir un dolor en su espalda baja.

- Anoche se pasó... - dijo sobando esa zona afectada.

Antes de levantarse miró el cuarto. Exceptuando de que su ropa y los condones usados estaban desperdigados por el suelo, la habitación era bonita e inmensa. Color rojo pasión con toques blancos y negros dándole un toque de elegancia y lujuria para hacer un ambiente deseoso y apasionado.
A los lados de la cama una mesita de noche decorada, a la derecha la puerta para salir de la habitación, a la izquierda un gran ventanal que daba a una terraza enorme en donde se podía ver un banco blancos para ver las vistas que daban al mar que los separaba de toda molestia de la ciudad. Frente a la cama, la puerta para ir al baño y a sus lados dos armarios grandes de ropa, aunque es curioso que haya dos, ¿ No ?

Anel se levantó de la cama en silencio, recogió la ropa y tiró los condones pero mientras hacía estas tareas, de su entrada algo viscoso se empezó a escurrir dándole escalofríos.
No era semen, ya que Leo uso condón, sino lubricante natural suyo del celo.
Alcanzó rápido su maleta y se tomó un supresor.

Después camino hasta la puerta del baño y allí, pudo ver el famoso jacuzzi del que había oído hablar el día anterior y un gran espacio para la ducha normal y el tocador.

- Guay... - dijo Anel viéndolo cada azulejo blanco en el que una figura abstracta azul estaba representada.

Se metió a la ducha y encendió el agua caliente, por lo que el vao no tardó mucho en aparecer.
Y con el vao, también apareció un Alpha travieso con ganas de más diversión.

- Leo... - jadeó Anel cuando esté se puso detrás suyo apretando sus glúteos con sus manos.

- Deberías haberme despertado... Así podríamos haber aprovechado el tiempo - dijo besando su cuello blanco.

Anel sonrió sin darle la cara todavía y puso el agua frío causando un brinco por parte de Leo, quién salió de la ducha corriendo. Minutos después salió Anel, ya limpio y con el olor a champú de coco en su pelo.

- Alpha calenturiento... - dijo Anel con una sonrisa pasando al lado de Leo con un paso de caderas movido.
Leo gruñó excitado pero se abstuvo de tocarlo y acabar desbocado por completo.

Tras una ducha larga y fría en la que pudo pensar mucho y hacer mucho para relajarse, salió del baño con una toalla en su cintura, encontrándose a Anel ya vestido y sentado en la cama esperándolo.

- ¿ Qué hora es ? -

- Las 10 - contestó Anel.

- ¿¡ Tan pronto !? -

- Tu fuiste quién se despertó después de mi, haber seguido durmiendo -

- Pero es que pensaba que íbamos hacer otras cosas... -

- Fallo tuyo entonces, ahora vístete, bajaremos a desayunar y empezaremos alguna actividad -

Dijo Anel lanzando la ropa de Leo a sus brazos y saliendo de la habitación.
Leo suspiró cansado pero en 5 minutos estuvo listo para bajar.

Bajaron a la recepción y allí caminaron hasta el comedor, bastante grande y luminoso, con vistas a la playa y ya bastantes parejas despiertas.

- Desde el mar la isla parece más pequeña -