Cap. 28

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Anel

En cuanto terminamos la llamada caí rendido en la cama.

Haber podido hablar todo con tranquilidad y haberlo solucionado me había dejado una tranquilidad enorme en el cuerpo.

Cerré los ojos y volví a caer en el sueño que antes me habían quitado.

Pero de repente un ruido proveniente del salón me obliga a volver abrirlos.

Me levanto de la cama y camino con lentitud hasta el salón.

- ¿ Leo ? -

No hayo respuesta.

Camino hasta quedarme estático en el marco de la puerta y veo 3 figuras.

Frunzo el ceño y me acerco dando pasos grandes pero aun mas lentos que antes.

- ¡ Mami ! - grita un niño pequeño que corre hasta mi.

Lo alejo de mi y miro al frente.

Las otras dos figuras me miran extrañadas por mi comportamiento.

- ¿ Que ocurre Anel ? Estás... ¿ bien ? -

Uno de ellos es Leo, y el otro... Es Tomás.

Tomás coge al niño que ha empezado a llorar por mi rechazo y lo arrulla en su pecho.

Mi cuello empieza a quemar.

Lo toco con mi mano y duele, me miro la mano y tengo sangre.

- ¿ Qué haces aquí ? - le pregunto a Tomás - ¿ Y de dónde ha salido ese niño ? -

Ambos Alphas se miran entre si y se ríen con gran naturalidad.

- Me parece que la siesta te ha afectado Anel.
Somos tus Alphas, y este niño es nuestro.
Ahora vuélvete a dormir que la ansiedad para el niño no es buena -

Abro los ojos monumentalmente y veo mi barriga.

Esta abultada de al parecer tener 7 meses.

Camino hacia atrás mientras ellos caminan hacia mi.

- ¡No, no, no ! -

Tropiezo con el sillón y caigo al suelo.

Mi vista se nubla un poco pero de pronto.

Ya no estoy en el salón del apartamento.

Ahora estoy en la academia.

- ¿ Qué mierdas hago aquí ? -

- ¡ Anel ! Ven, te mostrare cual es tu trabajo aquí -

Era Mario, estaba muy feliz.

Me arrastro por los pasillos hasta llegar a los vestuarios.

Allí había mucho bao, demasiado para mi gusto.

El agua de las duchas sonaba, pero no solo eso.

- ¡ Pero miren si ya vinieron los Omegas ! -

Empiezo a retroceder, corro hasta la puerta pero esta trancada.

Veo como alguien coge mi cintura y al darme la vuelta veo que es Alonso, el coronel.

Empiezo a gritar y a llorar.

Veo como me empiezan a desnudar y de un momento a otro noto como alguien me zarandea de un lado a otro.

- ¡ Anel ! ¡ Anel ! -

Despierto de inmediato.

Tomo una bocanada de aire, había sido un sueño, un mal sueño.

Un Omega PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora