Cap. 53

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Narradora

El segundo día pasó con naturalidad.
Fueron a montar a caballo quedando así sus traseros llenos de dolor y después fueron al gimnasio para rematar su cuerpo en un baile de corrientes cuando ya sus músculos no podían cargar ni un kilo más en pesas, por último decidieron ir al spa y allí relajarse de toda la mañana lleno de actividades porque claro, solo había sido la mañana de aquel duro día que les esperaba, aunque posiblemente la tarde se la pasarían en sus habitaciones durmiendo o intimidando.

- ¿ Y si vamos a comer al bosque ? - propuso Teo - podemos ir a pedir la comida a los cocineros y luego ir a por ella -

- Es una buena idea - comentó Leo mirando a Anel y esperando su respuesta, pero este estaba absorto en otra cosa - ¿ Anel ? -

- Oh, si, me parece una gran idea - dijo reaccionando al instante.

Leo lo miró extrañado y Tomás pareció entender, ya que el también tenía también ese run run de cabeza.

- ¡ Perfecto ! ¿ Me acompañas Leo ? Tu sabes que le gusta a Anel, además, tanto el como Tomás parecen algo distraídos hoy - comentó Teo.

Leo asintió. En el fondo sabía lo que Anel pensaba, podía sentir esa molestia y tristeza a través del lazo que atormentaba los interiores de Anel. Él era una buena persona y no quería el mal para nadie, claro, no lo quería si era inocente, y Tomás lo era, su pasado había sido cosa de instintos saludos a la luz en el peor momento, no era su culpa los hechos del pasado. Esos pensamientos llenaban la cabeza de Anel y la de Leo, eran co partidos a través de su unión, pero Leo sabía que si dejaba que Anel no lo rechazara en algún momento Anel volvería a sus brazos.

- Claro Teo, vamos - dijo salienado de la piscina detrás de Teo, quién empezó a entablar una conversación con él a medida que se alejaban de la piscina para no ir en silencio.

Tomás miró a Anel, este miraba el centro de la piscina como si fuera lo más interesante del mundo aunque en realidad sólo estuviera evitando un contacto directo con Tomás, quién parecía querer lo contrario ya que empezó a acercarse nadando hasta su lado.

- Tenemos que hablar - demandó él Alpha.

- Lo sé -

- Lo de la otra noche... -

- Se lo que piensas y es exactamente eso, pensaba rechazare, pero el celo me lo impidió -

- Entonces hazlo ahora.
Se que ha sido Leo quién te lo pidió -

- No es cierto - lo interrumpió Anel seriamente - no fue Leo quién dió la idea, sino yo - dijo al final mirándolo a los ojos.

La piscina en la que estaban, algo alejada del resto quedó en silencio, durante unos segundos solo se escuchaban sus respiraciones algo agitadas por el momento tenso y las burbujas de aire salir desde el suelo de la piscina burbujeando sin cesar.

- ¿ Tu ? - pregunto Tomás incrédulo.

- En efecto - Anel tomó aire - Leo duda de mis sentimientos por él, y que te vaya a dar el derecho de ver a tu hija lo hace desconfiar más, cree que acabaré pasando la línea y volviendo a tus brazos cuando... Cuando quiero pensar que no es así.
Tomás, ambos sabemos que esto es más complicado de lo que parece - las lágrimas se agolparon en los ojos de Anel, quién no quería ver a Tomás - tu y yo sabemos que esto de ser destinados es una mierda en esta situación y que si no te rechazo vamos a tener la tentación de caer una y otra vez en los brazos del otro -

- Entonces hazlo. Rechazame -

Anel negó.

- No puedo -

Un Omega PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora