Cap. 50

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Leo

No sé en qué momento me quedé dormido por completo, pero sí que note cuando Anel empezó a moverme de un lado a otro.
Abrí los ojos levemente y vi como el ya estaba vestido y me miraba espectante.

- Arriba, Tomás y Teo ya están abajo, te espero allí -

Le cogí la muñeca y lo lancé a la cama quedando encima de él con mi cabeza apoyada en su pecho y mis manos abrazando su cintura con posesión.

- Un rato más... - me quejé.

- No, era solo un ratito, venga, no nos vamos a pasar los tres días durmiendo, si eso el último, pero el primer día no -

Puse un puchero y me quite de encima tras darle un beso en los labios.

- Me visto y bajo -

Anel salió por la puerta y me quedé un rato más en la cama, estirándome por completo y sintiendo mis músculos temblar un poco y volver a encojerse, siniendo mis huesos crujir al estirarme al límite y volviendo a mi posición normal.
Que satisfacción.
Abrí la maleta y saqué algo cómodo para ponerme pero cuando me dirigí a la puerta dela habitación para bajar choqué con la maleta de Anel viendo en su interior el regalo que Ryan le había dado especialmente a él.
Sonreí ladinamente y salí corriendo hacia el hall, donde en efecto, me esperaban de brazos de cruzados.

- ¿ Tanto tiempo te llevaba ponerte unos pantalones y una camisa ? - pregunto mi querido Omega.

- Y un bóxer también para tu información -

Anel rodó los ojos y ahora mi vista azulada se fijó en la oscura mirada de Tomás, ambos nos quedamos viendo el uno al otro.

- ¿ Y bien ? ¿ A dónde habéis pensado que podemos ir ? - pregunté

- Hemos dicho de ir andar en bici y después ir a hacer surf, al parecer tienen una zona especial con olas artificiales pero está diseñado para hacerlo directamente en el mar - explicó Anel.

- Y después queríamos ir un rato al gimnasio y al spa - habló Teo riendo con Anel - aunque eso igual lo dejamos para mañana... - después recapacitó.

- Claro, ¿ Algo más que deba saber ? -

- Cenaremos juntos - habló serio Tomás

- Ah, que maravilla - dije con sarcasmo.

- Espero que no te moleste, pero es que no podíamos rechazar la querida propuesta de tu esposo - dijo recalcando la última palabra.

Abrí los ojos y miré a Anel que seguía hablando con Teo. Al quedarnos dos Alphas en silencio mirándolo seriamente él se percató y se encogió de hombros.

- No está mal un poco de compañía -

- Pero es nuestro viaje de bodas, se supone que lo deberíamos pasar a solas, no acompañados - recalqué molesto.

- Ay... Que mas da... Y si tanto te importa haberme traído a una isla privada de verdad, no a una en la que hay docenas de parejas - dijo sin darle importancia.

De reojo vi como Tomás sonrió y caminaba hasta el lado de Teo, para cogerlo de la cintura e ir caminando hacia la ruta de bicis.
Suspiré y también me puse a la altura de Anel.

- ¿ Cuando se lo piensas decir ? -

- Cuando sea el momento -

- ¿ Y cuando va a ser ? -

- ¡ Como lo vea oportuno ! No me presiones, esto no es fácil y no lo quiero hacer de manera brusca y hacerle más daño de lo que ya le he hecho -

Un Omega PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora