Solo entiendo lo último que parece que mencionó Francés, ¡Ahg! Francés, estudié eso, en Frelighsburg nos enseñaron.
Ella empezó a reír y con un tono extraño intentó explicarme, antes de que pudiese decirle que también sé algo de Francés, solo que no tan fluido, hace tiempo no practicaba ese idioma.
—Estas escuchando detras de las puertas. —Levanto ambas cejas y niego rápidamente.
—No, no.. había una.. —Señalo a la puerta. —Un brillo algo curioso, la verdad.
—Hmm.. ¿Buscas a tu novio?
—¿Que?
—¿Kyl..?
—No, ni lo menciones. Yo odio... ¡Odio a ese..! —La puerta detrás de mí fue abierta, sentí una presencia.
Está detrás de mí, ¿Verdad?
La chica frente a mí, tiene los ojos puestos en la persona detrás de mí, se giró tan rápido como yo para ver de quién se trataba y se marchó.
Hago mis labios en una línea, evito mirarlo a los ojos, me giro e intento ir por el mismo camino por el que se fue la chica francesa.
—Detente. —Sigo sin obedecerle hasta que él toma mi muñeca obligándome a detenerme. —Creí haberte dicho sobre que debías... No sé... ¿Obedecerme?
Intento soltarme bruscamente pero es imposible.
—¡Sueltame! No tengo por qué obedecerte. —Una vez más, intento soltarme de su agarre, en vano. De un rápido movimiento suyo siento mi espalda chocar contra la pared, suelto un jadeé asombrada por su brusquedad.
Instintivamente cerré los ojos, siento su nariz contra mi mejilla, siento mi respiración acelerada. Intento moverme, pero su cuerpo me acorraló, a penas y pude hacerlo puesto a que me inmovilizó con su cuerpo.
—Kyler... —Susurro abriendo los ojos lentamente.
—Shhh.
—Kyler, sueltame. —Su mandíbula se tensó, tiene cada mano suya a cada lado de mi cabeza, estoy acorralada. —Kyler.
—Silencio. —Abrió los ojos y los fijó en los míos, pude ver la frialdad en ellos, el tono verde tan claro y llamativo.
—Basta de esto, sueltame. ¡Suelta..! —Capturó mis labios con los suyos, su mano hacía presión en mi nuca manteniéndome cerca. Llevo mis manos a su pecho, pero no puedo alejarlo.
Siento el frío de sus anillos erizar mi piel por completo.
Intento golpearlo, su otra mano pasa por mi cintura y me apega más a él. Llevo mis manos a su cabello y tiro no tan fuerte para separarlo de mi.
—No vuelvas a besarme.
—Ya entendí. —Sonríe pasando su pulgar por debajo de su labio inferior. —No vales la pena, eres igual a todas las que pasaron y salieron por la cama de..
Sabía lo que diría, no le doy tiempo a terminar, levanto mi mano dispuesta a estamparla en su mejilla, pero él la detiene en el aire.
—¿Que, vas a abofetearme? —Se acercó a mí. —¿Te gustó mi yo bueno y protector? Dime una cosa. —Se acercó más, retrocedí por instinto. —¿Ya me dejas follarte? Eh sido bueno como él.
Suelta mi brazo, tengo las manos hechas puños al oír sus palabras.
—Cállate. —Susurro apretando los dientes.
—¿Quieres abofetearme? Hazlo.
—Basta.
—Abofeteame. ¡Hazlo, maldita sea!
—¡No! —Grité, dejando escapar todo el aire que había retenido sin darme cuenta.
—Entonces... —Mueve su cabeza en un círculo y luego fija de nuevo sus ojos en los míos, como si pudiese leer a través de ellos. —Arrodillate.
—¿Qué?
—¡Arrodillate!
—No voy a hacerlo. —Niego con la cabeza, ya no quiero abofetearlo después de todo, no quiero hacerlo ahora que quiere y me ordena que lo haga.
—Dame una bofetada o arrodillate. ¡Ahora! —Alzó la voz, me sobresalto por eso, pero me niego, no voy a obedecerle.
—¿Que es lo que quieres de mí?
—¿Que quiero de ti? —Se alejó y se hizo el pensativo. —¿Que quiero de ti? Déjame pensar.
Bufó, estoy empezando a odiar su maldito comportamiento, cree que tiene poder sobre mi, pero no es así.
—Te voy a aclarar algo, Kyler. —Doy unos pasos hacia él, se gira para mirarme, apunto a su pecho con mi dedo índice. —Tú, no vas a decirme que hacer, ¡yo no tengo por qué estar aquí contigo!
Veo que contrae su mandíbula, —Parece que no entendiste.
Mira mi brazo que apunta hacia él, me toma de la muñeca con fuerza y tira hacia abajo sin perder su postura, siento su fuerza obligarme a inclinarme hacia él para que me arrodille.
—¿Sabes por qué me atreví a besarte? Una vez te dije... Al dejarme probar de tus labios, no voy a dejarte ir.
—¿De que me estás hablando?
—Estabas rara. Y si, era yo. ¿Por que crees que cuando te besé en el campus no te alejaste? Sé que de alguna manera reconociste la sensación de haberlo hecho antes.
Y todo cuadró en mi mente.
—No... No sentí eso.
—¡Mientes! —Me soltó cuando estuve cerca del piso, caí sobre mis rodillas frente a él y mis manos sosteniendo mi peso.
—Pero me he dado cuenta, que arriesgar mi vida para protegerte no sirvió de nada, por que tú, eres tan estúpida que siempre creíste ciegamente sin importar que fuese. No sabías que tú madre te manipulaba, no sabías que Alexer era un...
Fue interrumpido al escuchar detrás de él la puerta ser abierta y ahí asomarse una mujer, regreso la vista a Kyler.
—Eres un cínico, mentiroso y malditamente imbécil. —Me levanto del suelo y lo encaro. —Veo que estabas ocupado, no tienes derecho a reclamarme nada.
—Sé buena y sal de aquí. —Susurró, sonreí y negué.
—¿Quien es ella?
—No te importa.
—Es cierto. —Reí por lo bajo. Lo abofetee tan fuerte como para que resuene en todo el pasillo y su mejilla se quede marcada y roja. —Tú querías que lo hiciera, pues lo hice.
Veo a la mujer detrás de él sorprendida, sin importarme qué, salgo del pasillo lo más rápido posible, subo las escaleras y voy hacia la habitación donde desperté
Quiero irme de aquí, tengo que buscar una forma de escaparme de este infierno. Será mejor que busque cómo comunicarme con Alexer e irme, dejar a todos los que me hicieron daño.
Alexer... ¿Donde estas?
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KYLER. [AKDR #2]. ©
Mystery / ThrillerEl renacer de la princesa. COPYRIGHT © 2020 Evadne Reed. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, tampoco se acepta copiar palabras o frases de este libro, sé original y creativ...