KYLER. [AKDR #2]. ©

| Extra: Cap 52 | Parte 1.

KYLER DUST.

Desperté, con un horrible dolor de cabeza, quería arrancarmela, los recuerdos de ayer, buscando como un maldito loco alguna cosa que pueda calmar mi mente.

Y caí en las drogas, de nuevo.

Los sucesos atraviesan mi mente hasta que recuerdo que Sage estuvo aquí, si, mi pequeña Yellow vino, sabía que ella vendría, por que ella era mi luz.

La luz amarilla que me guía por el buen camino.

Pero... No sentí su muñeca como cada vez que ella dormía conmigo, no... No la sentí conmigo.

Tan pronto como lo noté, me levanto en la cama solo para ver su lado vacío, recuerdo la noche corta que compartimos íntimamente.

Recuerdo memorizar cada detalle de su rostro como si fuera la primera... O la última vez. Ella era un ángel para mí, pero vamos, ¿Por qué no estaba aquí?

—Sage. —Llamé, esperando oír su voz desde la puerta del baño, pero no la escuché, eso me alarmó. —¿Sage?

Me levanto casi como un resorte de la cama, no me importa estar desnudo, busco en el cuarto de baño y ella no está ahí.

Siento nuevamente ese presentimiento que sentí cuando nos cayeron en la casa de London, me sentí solo, vacío.

Perdido.

Una pequeña esperanza surgió de mi, empiezo a vestirme con lo primero que encuentro.

—Quizás le pedí que se vaya, no lo recuerdo, pero tal vez fue así. —Murmuro intentando tranquilizarme. —Debe estar en la otra habitación... ¡O con Danielle!

Si, eso es. Debe estarla consolando por lo sucedido, por mi mente cruzó las palabras del doctor ese, no podía seguir posponiendo la velada de... De mi hermano, el mismo traidor que inconscientemente ayudó a Lorie a intentar matarme.

Yo intenté perdonarlo, pero mi condición no me lo permitía del todo.

Salgo de la habitación con la camisa en mi mano, me la voy poniendo en el camino, abro la puerta de su habitación esperando verla, pero al hacerlo ella no está ahí.

—Sage, ¿estás aquí? —Nadie respondió.

Cierro y voy casi corriendo a la habitación de Danielle, definitivamente deben estar ahí. Abro la puerta de la habitación sin importarme tocar, ahí solo veo a Danielle de rodillas ante la cama, llora en silencio.

—¿Donde está? —Después de echar una rápida mirada dentro de la habitación y no ver ni rastro de ella, sentí por primera vez temor a oír ciertas palabras que...

—No pude detenerla. ¡No pude hacerlo! —Ella se levantó para acercarse a mi, su voz se escuchó lejana, también por primera vez, me sentí demasiado perdido. —Ella... Se fue, no pensé que se iría, yo... Creí que solo me hablaba para consolarme por eso me hice la dormida, pero..

—No... —Murmuro, retrocedo varios pasos.

¿Que había pasado? ¿Es que yo hice algo mal? Si lo hice... ¿Por qué no lo recuerdo?

¿Ella a donde iría? Conoce absolutamente nada.

No sé qué haré, pero debo encontrarla, tengo que hacerlo, de lo contrario, la encontrarán, no pienso llegar solo para verla morir o siendo utilizada por culpa de su familia.

—Él me dijo que cuide de ti, lo haré, lo prometo.

Su voz invade mi mente, no... No puede ser lo que estoy pensando, no puede... Simplemente no.