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Desecho el resto de piezas del celular en el primer tacho que encuentro, continuo el camino mirando las tiendas de la fila.

Maldito impulso de celos. ¿Un bebé? Diablos.

No sabría cuidar uno, a penas puedo cuidarme a mi misma, no me imagino con un bebé.

Veo salir a Kyler, me busca con la mirada, no debo volver a actuar por impulso, pero esa chica estaba comiéndolo con la mirada, pero vamos, lo del bebé solo era para molestarlo.

Como Darwin tuvo que dejar el auto que había conseguido por qué era robado e iban a pedir papeles, ahora no tenemos auto, dejo de caminar, me quedo de pie en un paradero, Kyler no tarda en llegar a mi lado a la vez que detengo un taxi.

Evito mirarlo, subo en la parte de atrás y sorprendentemente Kyler se sienta a mi lado, le dice la dirección al taxista y su mirada cae sobre mi.

—Así que un bebé. —Murmura a mi lado. —¿Y los pañales para nuestro bebé?

—Vamos, solo bromeaba.

—Oh, en serio? Por que yo veo celos en el aire.

Tomo una bocanada de aire, antes de poder moverme siento su mano tomar la mía.

—Estoy demasiado ocupado teniendo mi atención sobre ti como para fijarme en alguien inferior. —Habla mirando al frente, sonríe de lado, sabe que lo estoy mirando.

Su confesión logró tranquilizarme, aunque lo que dije no lo había dicho por él, si no por ella, dios, es que siempre lo están mirando, no quiero imaginar cuántas mujeres con mejor cuerpo, más lindas pueden atravesar su camino.

—¿Que hacías antes de conocerme?

—Te imaginaba. —Confesó. —Ya que no podía acercarme a ti, te imaginaba, en el buen sentido, cuando supe de ti tenías 13 y yo 15 al igual que Alexer, así que no creas que...

—¿Alexer tenía 15? No, él era solo un año mayor que yo.

—Sage, él tenía 15, repitió el año por que quiso, tenía excelentes notas.

—Cuando yo cumplí 17, él...

—Ya tenía 18. Pensé que lo sabías.

No, no lo sabía.

—¿Por qué no podías acercarte a mi? —Me atrevo a preguntar, presiono suavemente su mano contra la mia.

—Es complicado...

—No, está bien, no me lo digas, ya no es importante. —Entonces Alexer ya tiene 19 años, supongo que nunca terminé de conocerlo.

Seguro nunca lo conocí.

Apoyo mi cabeza en su hombro y cierro los ojos.

***

—¿Todo bien? —Danielle es la primera en recibirnos, el departamento es acogedor, aunque está en una zona media muerta, no me quejo.

—No lo sé, pregúntale al bebé. —Kyler me regala una sonrisa, siento mi rostro arder en nervios, justo Darwin salía de la pequeña isla de la cocina.

Ambos quedaron de piedra al oír a Kyler.

—¿Bebé?

—¡¿Qué?! ¿Sage está en cinta? —Darwin parecía sorprendido pero tenía una sonrisa como si fuese algo que esperaba.

—¿Qué? No, no, no estoy...

—Doña celosa le dijo a la cajera de donde compré su vestido que teníamos un bebé. —Lo veo entrecerrando los ojos. —Vamos, ibas por los pañales.

—¡Solo era una broma!

—Pobre del bebé... —Darwin dirigió su mirada a mi. —Imaginario, no se merece a Kyler como padre.

—¿Qué? —Kyler lo mira fulminante.

—Vamos, que si el bebé dice primero mamá le llamarías traidor de por vida, lo digo por experiencia.

—Basta con lo del bebé, podemos.. ¿concentrarnos en el plan?

—Si, si.. tienes pocas horas para hacerlo, primero debes comer. —Danielle va a la cocina.

—Ya sabes, panza llena, corazón contento, cerebro feliz, listo para aniquilar. Hoy corre sangre, familia.

—Ya lo creo.

**

—¿No prefieres otro vestido? Este es hermoso, pero será mejor que lo uses mañana.

Mientras comíamos les conté el plan, ahora después de mentalizarme un bien rato en no actuar nerviosa e intentar tener el control en todo momento, quedamos en ocultar mi heterocromía.

—Atropa belladonna. —Veo a Kyler en la puerta, ha vuelto, tiene un pequeño frasco, las lentillas y algo en su otra mano hecha puño. —10 gotas serán suficientes, sabes lo que tienes que hacer, cuando caiga la noche debemos irnos.

Sale de la habitación.

—Sage, para poder sacar a uno de esos tipos que solo piensan con lo de abajo, tienes que mostrarte más, no me agrada la idea...

—Está bien, tú decide, eres la experta. ¿Eh? —Le sonrío, ese vestido verde merece otra ocasión, algo especial mucho mejor que esto.

La veo sacar de su bolsa dos prendas, una falda negra con pequeños diamantes incrustados tiene una abertura completa de la pierna izquierda, las partes están unidas y podrían cubrir todo con las tiras negras que las unen.

Por otro lado, la corta tela para cubrir los pechos, está abierta por la parte de adelante, las unen las tiras negras iguales a las de la falda, por último, Danielle deja sobre la cama un abrigo de peluche negro.

—Esto llamará la atención, el conjunto me lo regaló Aider Snow.

—Son... Diamantes de verdad?

—Si, increíble, ¿no?

Levanto ambas cejas y asiento.

***

—No puede ser. —Darwin hace que Kyler se gire a mi.

Ya llevo puesto el atuendo, entre mis senos va el escote de tiras, Danielle me colocó un labial vino mate, mi cabello naturalmente en ondas, las lentillas oscuras, unos aretes con diamantes diminutos.

Por último, sandalias con taco aguja plateadas.

—Lo sé, no parezco yo. —Dejo salir una bocanada de aire.

Kyler disimula su mirada puesta sobre mi, sinceramente no me siento muy cómoda vestida así, pero Danielle tiene razón, el tipo se acercará a mi, por los diamantes o por algo más, pero tiene que hacerlo.

—Me estoy arrepintiendo. —Murmura acercándose a mi. —Vamos antes de que lo haga.

—Suerte. —Danielle me abraza, seguido viene Darwin.

—Lo diré por Kyler, porque es un poco tímido. —Sonríe burlón. —Estas hermosa, que no te toquen mucho, ve con Dios.

Se contuvo en reír.

—Nadie va a tocarla, salvo yo. ¿Entendido?

—Lo que diga, jefe. —Darwin ríe.

—Ven. —Voy con él fuera del edificio, veo el auto.

Subimos al auto.

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KYLER. [AKDR #2]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora