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Lo sorprendente de la ciudad de London, es que aquí aún no hay nieve, estamos en otoño, las hojas caen... La ciudad se ve increíblemente colorida y con vida.

—¿Por qué se llama Cannabis? No me digas que.. —Frunzo el ceño, ellos dijeron que habían hoteles de la OMC en varios lugares.

No sé si este sea uno, pero si va a estar ahí a quien quieren matar y dijo que no es posible es por que ese hotel... Debe pertenecer a los de arriba.

Quizás por ello Kyler quiere que entre, consiga sacar al tipo, habrán cámaras, me verán y cuando sepan que está muerto, me van a tachar a mi, así es como conseguiré mi acceso.

—¿Que es un hotel de la OMC? —Él resopla. —Si y se llama Cannabis por la droga y los efectos que se tiene cuando uno se hospeda ahí. Creo que, en ese hotel se siente la euforia placentera y sensación de relajación. Ya te imaginarás por qué.

—¿Y, si está ahí es por qué es miembro? No pueden matar a los miembros de la OMC.

—Cuando están sentenciados o son el blanco de los de arriba, si. Los mandan a matar, será miembro por poco tiempo.

—¿Él rompió las reglas?

—Posiblemente, eso nos espera a los que rompemos las reglas de allá arriba.

—¿También pondrán un precio a tu cabeza?

—Quizá, pero no va sucederme nada.

Continuamos caminando, mantengo mis manos en mis bolsillos al igual que él, el otoño en una ciudad como esta es tan bonito.

—¿Donde consigo un arma?

—No, no puedes dispararle. Llama mucho la atención, te conseguiré Atropa belladonna en gotas para que se lo pongas en la bebida.

—¿Que efectos tendrá? Necesito estar preparada para eso.

—Le va a generar un paro cardíaco, tienes que tener mucho cuidado con las gotas que voy a darte, no puedes ingerirlas tú, solo él.

—Por su puesto.

Veo la pantalla de una tienda, está tiene la hora.

8:00 am.

—Kyler. —Enrrollo mi brazo con el suyo, él solo me mira de reojo. —¿Como me comunicaré contigo?

—Con un auricular inalámbrico, que llevarás en el oído, no lo va a notar, podré oír todo lo que suceda, si estás en peligro entraré.

—Bien. —Sonrío.

***

Llevamos 2 horas paseando de un lado a otro, ya compró unos guantes negros que irán de acuerdo a él vestido que iremos a ver después de que compre los auriculares pequeños.

Todo el tiempo solo nos la pasamos admirando el lugar, de verdad que nunca había estado aquí. Solo Frelighsburg, la ciudad donde estudie, me reencontré con Alexer y conocí a Kyler; Calgary. Y un poco de Montreal, dónde tomé el vuelo con Solange a Calgary.

Aprovecho a tirar el celular, le quito la batería, sin querer destrozo la pantalla hasta que está se vuelve negra, por suerte no hay muchas personas concurriendo donde me encuentro, tiro el celular en un tacho, mantengo las otras piezas del celular para botarlas en otros basureros.

Veo a Kyler salir con una pequeña caja.

—¿Vamos a por el vestido? —Sonrío como si hace unos instantes no hubiese estado tirando al suelo el celular que me dió Billie.

—Mhm, ¿Sucede algo? —Sus ojos verdes me examinan, como si supiera que estoy nerviosa, no quiero que se entere que vi el vídeo y acabo de destrozar un celular.

—No, nada, nada. —Muerdo mi labio inferior. —Solo tengo hambre, vamos por el vestido.

Empiezo a caminar, él toma lugar a mi lado, me echa miradas cada cierto tiempo.

—Te urge escoger el vestido o te urge que te lo quite? —Desvio la mirada.

Noté el tono pícaro de su voz, y su sonrisa burlona.

—Es la primera vez que voy a escoger mi ropa yo, así que no te burles. —Golpeo su hombro con suavidad.

Pero eso no logra borrar su sonrisa, busco con la mirada alguna boutique o lugar que vendan vestidos para la ocasión.

***

Por décima vez, salgo del vestidor, llevo puesta un vestido oro rosa, con algunos brillos.

—Me gusta tu cuerpo, tú, todo de ti. Pero los colores fresas no van conmigo. —Sonríe divertido. —Y a ti no te gusta.

—Así es. —Resoplo, regreso al vestuario, me apresuro en quitar el vestido, a decir verdad tampoco me gustó el color, siento que no combina conmigo.

Lo único que me incomoda es la chica al entregarme los vestidos, se me queda mirando a los ojos, me hace sentir como si fuese de otro mundo.

Entrego el vestido rosado y empiezo a ponerme el vestido verde oscuro, es simple pero me gusta. La tela es hermosa y delicada, de tirantes con una pequeña abertura en la pierna y escote de corazón.

Al terminar me miro en el espejo, este me encanta, no tengo pechos tan grandes, pero resaltan y el vestido se acentúa a mi figura.

Sin dudas, es el indicado.

Minutos después termino por vestirme con mi ropa, dejo los vestidos que no llevaré ahí, voy con el vestido verde.

—Por poco voy a buscarte al vestidor, te adelantaste. —Lo siento caminar detrás de mi, me dirijo a la caja.

—No te preocupes, ya elegí.

—¿Cual? No me digas que el rosadito. —Parecía espantado.

—No, otro. Lo verás más tarde. —Pasamos por un espejo, noto que Kyler a mi lado se ve como guardaespaldas, uno nada común, por su contextura semi delgado, alto, pálido y con ojeras oscureciendo sus ojos.

Su físico lo hace ver como un ser demoníaco.

—Es hora de regresar con los demás. —Murmuro mientras Kyler saca una tarjeta dorada.

Observo fijamente a la chica detrás de la caja, ve a Kyler de una manera que no me agrada y su mirada es como si lo conociera de toda la vida, por otro lado Kyler está fumando un cigarrillo de color azul.

—Me adelantaré para comprarle los pañales a nuestro bebé. —Hablo mirando a la chica, Kyler casi se asfixia con el humo del cigarrillo.

Evito reír, me apresuro a salir casi corriendo.

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KYLER. [AKDR #2]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora