54.

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Lo único que puedo hacer es correr, tan rápido como mi cuerpo me lo permita, solo que no voy a la salida, no puedo salir.

No tengo esa tarjeta gris o lo que sea para poder hacerlo, estoy atrapada.

Cruzo por una puerta entreabierta, se escuchan ruidos dentro, ruidos como gemidos y súplicas en bajo.

—Por favor... —Un llanto desesperado escapa de la habitación, me detengo al instante, algo me llama a saber que está pasando dentro. —¡Por favor! Me haces daño...

Me atrevo a empujar la puerta, casi siento el dolor de la chica que se encuentra tendida sobre un colchón viejo en el suelo, ella está... Siendo violada por el padre del maldito de Aider.

—Gime para mi, Vienna. ¡Hazlo, maldita perra! —Quedé en medio de un trance, me asusté y temí por el impulso que sentí al verla llorando desconsoladamente y ese desgraciado golpeándola, abusando de ella.

Mis ojos divagan por la habitación hasta que veo una jeringa en una mesa de noche, sin dudarlo y tal como lo hice anteriormente tomo la jeringa llena de un líquido verde oscuro, sin temor a nada con todas mis fuerzas hundo la aguja en su cuello y empujo todo el líquido al interior de su cuerpo.

La chica debajo del maldito me miró, entre asustada y cabizbaja.

Pateo el cuerpo del maldito a un lado alejandolo de ella, veo sus ojos avellana completamente dilatados me observan, su nombre debe ser Vienna, trae un dije con forma de V en el cuello.

—Tranquila, Vienna, no volverá a tocarte. —Murmuro abrazando su cuerpo, está drogada, puedo verlo en sus ojos dilatados, me recuerdan a Kyler y Alexer.

Decido no mirar al tipo ni alrededor

—Ayúdame. —Murmura, no está del todo drogada al parecer, pero su estado es terrible, me duele verla así aunque no la conozca.

—Si no muero antes, te sacaré de aquí, lo prometo. —Ella mira el suelo, la obligo a mirarme. —Vienna, confía en mí, te sacaré de aquí, mi nombre es Sage.

Su rostro pareció tomar una pequeña luz brillosa. —Eres la princesa de la que hablaban... Los escuché, la hija de...

—¡Aqui estás! ¿No pudiste escapar, Sage? —Murmura detrás de mí, veo a Vienna articular palabras en silencio.

—Tú tienes el poder, aprovéchalo. —Su cuerpo empezó a temblar y ella se escondió en un rincón de la habitación cubriendo la mitad de su cuerpo desnudo.

Estoy perdida, van a matarme.

Espera, ellos quieren que abra una caja fuerte, ¿Como podría? No sé ninguna clave, tampoco un patrón, de que manera podrían abrir una caja fuerte?

Recuerdo la caja fuerte de la habitación de Solange, huella dactilar.

No veo otra opción para obtener tiempo a pensar como puedo amenazarlos, no solo para salvarme, si no también para salvar a Vienna.

Me levanto lentamente y me giro, lo siento Kyler, lo siento mucho, voy a fallarte.

—No pretendía hacerlo. —Relamo mis labios, siento el dolor que sentiría Kyler si viera lo que estoy a punto de hacer. —Soy tu prometida, no puedes ahorcarme. ¿Quieres que grite sin razón?

Me acerco a pasos lentos, él observa mis movimientos en silencio, parece desconcertado por mi repentino cambio.

—¿Por qué mejor no me das un motivo para hacerlo? —Pretendo apoyar mi mano con suavidad sobre su camisa con los primeros botones abiertos, él intenta mirar detrás de mí, llevo mi mano a su rostro y se lo impido. —No la mires, solo a mi.

KYLER. [AKDR #2]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora