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El Hotel Cannabis no estaba lejos, por lo que no demoramos en llegar, Kyler parece ansioso, lo noto raro, me mantengo mirando por la ventana desde una distancia considerable.

—Lleva esto como collar, adentro hay 15 gotas de Atropa Belladonna. —Veo el collar con un pequeño envase colgante.

Asiento con la cabeza.

—¿Como se llama? ¿Tienes alguna foto? No puedo fallar en esto.

—Es un Cavalier.

Al oír la mención de ese apellido, mi piel se erizó, sentí como todo mi cuerpo fuese solo gelatina en el asiento. ¿Un Cavalier?

No. Puede. Ser.

¿Será Alexer? No es posible, él está muerto, por que su avión se estrelló, está muerto.

—Alexay Cavalier es la ficha. —Por una parte siento mucho tener que hacerlo, aunque por mí mente se cruza la idea de negarme a hacerlo, total... Todos los días deben haber blancos de la OMC, ¿Cierto?

—No puedo hacerlo. —Sin pensarlo la frase escapa de mi, mis músculos se tensan ante lo que Kyler pueda decir.

—¿Por qué? —Estuve mirando su perfecto perfil frente a mí, sostiene el volante con fuerza, sus ojos se dirigen a mi.

—Es... Él me conoce y... —Por mi mente se cruza la idea de poder preguntarle si Alexer realmente está muerto, ya sé que debería matarlo a penas lo tenga de frente, pero necesito quitarme esa maldita duda.

Por otra parte, Kyler escuchará todo, no puedo permitirme que lo escuche y no puedo matarlo sin antes saber lo que me come por dentro, realmente necesito saber si Alexer Cavalier está muerto.

—No me mientas, no quieres matarlo por qué te sentirías culpable por Alexer. —Veo la vena del cuello hacerse visible ante mi, niego con la cabeza. —Creo que después de todo tienes una rara debilidad por los Cavalier. ¿Me equivoco?

—No. Es más fácil deshacerse de una persona la cual no conoces a alguien que conoces.

—¿Tú conoces a Alexay Cavalier? Entonces sabes que él engañaba a la madre de Alexer con Solange Bronova.

—¿Qué? No, no, no... —Dejo salir una bocanada de aire y lo veo extrañada.

—Alexay es igual o peor psicópata que su hijo, ambos son unos malditos psicópatas.

—Si es así, puede descubrirme, me matará. —Antes se abstenía en sus miradas despreciables, sus gestos, no sé por qué me tenía pavor o lo que sea, pero como no estoy con su hijo ya tiene la libertad de matarme si así lo quiere.

—No, ellos nunca se manejan así. —Su tono fue cortante, como si hablarlo le trajera recuerdos. —¿Alguna vez has visto a Alexer disparar un arma? No, por qué ellos no lo hacen.

—Puede que si lo hagan, Alexer llevó una pistola y me la dio cuando unos policías...

—Saben manejarlas perfectamente, pero no las usan a menos que estén quizá completamente solos, en situación de peligro, pero no me interesa, ¿harás el trabajo o no?

—Kyler... —Suspiro. Él se endereza y procede a poner en marcha el auto, lo detengo tan rápido como avanza unos cuantos pasos. —Lo haré.

—No tienes que hacerlo si no quieres, buscaré otra ficha. —Coloca su mano en la palanca del auto, lo detengo de nuevo y lo atraigo a mi.

—Tu fierecilla puede con esto, Kyler. —Junto mis labios con los suyos en un beso necesitado, su mano acaricia mi mejilla, me separo de él y bajó del auto.

Inhalo profundamente y dejo ir todo el aire, acomodo el abrigo sobre mis hombros.

—No necesitas que te recuerde que eres hermosa, ni necesitas suerte, fiera. —Sonrío al escuchar su voz a través del pequeño auricular, lo ha encendido ya, veo por sobre mi hombro a él en el auto, mirándome.

Sigo mi camino hasta la entrada del Bar Cannabis, no dudó en entrar una vez que veo que no hay guardias, eso es extraño, pero da igual.

El interior tiene luces psicodélicas, el ambiente se tiñe de colores rojos, morados, colores oscuros, mis ojos se dirigen al bar, donde hay un hombre preparando bebidas, hay pocas personas, es un lugar completamente reservado y privado, no tiene gente bailando, solo chicas metidas en cilindros transparentes, la chica se desviste poco a poco para luego hacer movimientos contra el tubo transparente.

Desvío la vista de ella, mi cuerpo se tensa al ver de espaldas a alguien elegante, de melena rubia, sin duda Alexay Cavalier.

Alexay se gira para fijar sus ojos en la entrada, pero al estar yo en medio, me observa, ruego interiormente que no me reconozca, sus ojos parecen deleitarse con lo que ve.

Y no es por nada, pero Danielle no quería que me vea como una adolescente de 17 años, tenía que verme como alguien mayor, como una experimentada, como un trofeo para que el tipo se acerque a mi.

Ella mencionó que la mayoría de hombres de la OMC eran atraídos a las mujeres por sus cuerpos y forma de vestir.

Aunque la ropa de Danielle no da esa impresión de "500 dólares la hora" No, yo me veía como la dama de algún empresario.

Voy a la barra, tomo asiento y busco con la mirada algún letrero donde diga "bebidas sin alcohol" pero no encuentro ninguno.

—¿Que te apetece, belleza? —Escucho una voz gruesa y áspera detrás de mi. —Va por mi cuenta.

—Cualquier cosa que no tenga demasiado alcohol. —Murmuro sonriendo, como demonios voy a sacar a Alexay del maldito bar. —Solo vine a despejarme.

Toma asiento a mi lado.

—Piña colada. —Le indica al barman. —¿Te hospedas en el hotel?

—No, Mhm... Mi ex novio si, pero acabamos de... Romper y... Quería un respiro antes de ir a mi casa. —Intento no sonar nerviosa, pero realmente logra intimidarme.

—Si te toca lo mataré. —Escucho a Kyler.

Sage, tienes que ser más lanzada, no vas a conseguir sacarlo de aquí a este paso.

Muerdo el interior de mi mejilla.

—¿Eres nueva en la ciudad? —Inquiere.

—Llegué hace... 5 días, pero no tuve oportunidad de conocer la ciudad.

—London de noche es peligroso...

—Intenta persuadirte. —Interrumpe Kyler.

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KYLER. [AKDR #2]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora