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Empiezo a sentir la sensación de él sueño consumiendome, sin embargo presto atención a las palabras de Danielle.

¿Una mujer? ¿Que mujer?

—Una perra desgraciada llamada Lorie Confortt, ella quería tener a muchos hombres a sus pies, lamentablemente Kyler se enamoró y no me corresponde contarte absolutamente todo, me gustaría hacerlo pero... Temo que eso debe contártelo Kyler.

—¿Que? ¡Él nunca lo hará!

—¿Quien? —Escucho detrás de mí, me giro rápidamente para verlo de pie, serio pero tranquilo.

—No hablábamos de ti, no te ilusiones. —Interrumpe Danielle.

—Huh. —Le resta importancia, me hace a un lado y va hacia la silla de la isla. —Olviden lo que pasó. ¿Bien?

—Sigo queriendo unirme a la OMC. —Me siento en al silla de su lado y fijo mis ojos en los suyos.

—Ah, que bien.

—Kyler.

—No.

—Kyler, por favor. —Insisto.

—No.

Llevo mi mano a su pierna junto a la mía, al sentir mi toque su pierna se tensa y él dirige su mirada a la mía de nuevo.

—Aprenderé de ti. Solo.. deja que pueda tener una razón para continuar. —Danielle carraspea y se apresura a salir tirando del brazo de Darwin.

Regreso la mirada a Kyler.

—No necesitas ser una mercenaria para tener una razón para continuar, Sage. —Su tono fue un intento de suavidad, sin embargo sus palabras salieron roncas.

—¿Quien era Lorie? ¿Que era de ustedes que intentó matarme? —Alejo mi mano y me pongo de pie, esperando una explicación.

—No es nadie, debe estar muerta.

—Era ella, ¿No? Cuando te enojaste me comparaste con ella.

Él se quedó en silencio y cuando abrió la boca para hablar lo detuve.

—Creo que tú y Alexer no tienen nada de diferentes, ahora entiendo por qué fueron mejores amigos. —Hablo seria y me alejo de él, escucho sus pasos detrás de mí y no soy capaz de llegar a la salida por qué me detiene.

—No quiero que termines como ella, no quiero que seas una maldita mercenaria cuando deberías ser la que mande en esa maldita organización. —Su tono no fue agradable, pero pude notar la molestia en sus ojos.

—No te pido ser mercenaria, te pido que me enseñes todo lo que sabes.

—Y lo haré, pero no cuando no piensas con claridad, convénceme de que estás lista para que pueda soltar todo lo que sé.

Y se fue, sentí como los efectos de la pastilla se desvanecían, tan pronto como empecé a sentir un sueño abrumador, no me negué así que decidí regresar a la habitación.

***

DOS SEMANAS DESPUÉS.

Viernes 19 de octubre, 2018.

Su compañia se convirtió en una de las mejores, preferimos llevar la fiesta en paz, apesar de que solo sabía llorar como una pobre estúpida, pero realmente tenía a Alexer clavado en mi ser, y de alguna manera Kyler me hacía sentir bien.

Pasamos incontables horas hablando de cosas que nos distanciaron del mundo y del tiempo en absoluto, no volvió a gritarme, estaba dispuesto a mantener una buena relación. Danielle fue una gran consejera y amiga, ella experimenta nuevos looks conmigo, siento que... De alguna forma estos días han sido para mejorar y darme cuenta de que Danielle es muchísimo mejor y más noble que Nathalie o Thalie, Kyler y yo decidimos no hablar de los temas que nos mantenían en tensión.

Por el simple hecho de que quería que vea la vida de otra manera.

—El mundo es como una moneda, tiene dos caras, así como las personas y las situaciones. —Se dejó caer sobre la cama. —Solo te pido que me dejes enseñarte la otra cara de todo, ¿Bien? Luego será lo que tú quieras.

Y acepté.

KYLER DUST.

Me molestaba la sola idea de que él volviera como si nada, aunque yo ya no me sentía alejado de ella, este tiempo que le pedí para enseñarle que a diferencia de las personas del pasado ella puede confiar en Danielle, en mi. Todo este tiempo fue suficiente para llenar una parte de mi.

Verla reír a pesar de que se dormía luego de llorar o se dormía en medio del llanto, ella era fuerte y tuve que aguantarme las ganas de buscar a Alexer solo para golpearlo, no me importaba más que solo ella en este momento.

Después de observar cada paso de ella desde que se cruzó en el camino de todos nosotros, unos frutos podridos. Sabía que ella tenía algo especial, no por su belleza, si no por el brillo de sus ojos y la luz que reflejaba su mirada a pesar de tener triste el alma.

Y así como ahora soy el culpable de sus sonrisas, antes fui el culpable de sus tristezas...

—Si estuviese al borde de la muerte, ¿Serías capas de cantar para mí, Kyler?

No estaba enamorado, no sentía el amor correr por mis venas, pero sentía esa necesidad de mantenerla aquí, junto a mi por el simple hecho de que me acostumbré a ella.

SAGE THYSSEN.

Lo noto sumido en sus pensamientos, que no escuchó lo que le pregunté, tiene sus ojos en los míos mirándome como si me escuchase pero no lo hace.

—Kyler. —Lo llamo.

—No lo haría. —Su rostro obtuvo la seriedad de siempre, me limité a asentir.

—Bien. —Sonrio tristemente, estoy ebria.

Ebria de dolor y ebria de alcohol, cosa que a Kyler no le gustó, pero vamos.. Danielle y yo nos divertimos bebiendo, ahogando penas como le dicen los hombres.

Siento que todo a nuestro alrededor da vueltas y no sé en qué momento quedé con mi cabeza sobre el muslo de Kyler y mi cuerpo sobre el sillón.

Mi cabello cae como cascada por su pierna, él acaricia mi cabello con suavidad, estamos en silencio luego de hacerle preguntas sin sentido alguno.

—Me gusta este Kyler. —Hablo bajito cerrando los ojos por los raros efectos que vi en el techo.

—¿Ah, sí?

—Si.

—¿Por qué?

—Creo que... Debí enamorarme de ti y no de él. Me hubiese ahorrado todo esto.

—Aún estas a tiempo, fiera.

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KYLER. [AKDR #2]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora