Kyler no parece agradarle la idea.
—Seria fácil si ella ya tuviese el acceso, como tú lo tienes, primero tiene que ponerse en la mira, y le llegará un acceso, debe crear su perfil de asesina.
—Espera.. ¿Que quieres decir con eso de que yo tengo acceso?
—Es algo complicado, cuando estemos más tranquilos te hablaré de eso, primero debemos dejar a Darwin en el médico.
—Podemos quedarnos en mi casa, es decir... Ya nadie vive ahí, dudo que mi madre piense que podría regresar a ese lugar.
—Puede servir, está bien. —Asiento, llevo mi mano a su mejilla, él se concentra en conducir.
—Kyler.. ¿Tú... Tuviste padres adoptivos?
—Si.
—¿Donde están?
—Te llevaré a verlos en cuanto pueda. —Sonríe sin mostrar sus dientes, alejo mi mano de su rostro y me recuesto en el asiento, le devuelvo la sonrisa.
—¿Falta mucho para llegar?
—Una hora, llegaremos pronto. —Asiento suavemente, cierro los ojos e intento dormir como los demás, hasta que siento algo cubrir mis brazos, entre abro los ojos y veo que Kyler ha dejado su chaqueta negra, la del escorpión sobre mi.
No digo nada, respiro profundamente el aroma que desprende la gran prenda de cuero negro.
Tiene su olor, embriagador, elegante.
***
Recobro el sentido, el auto ya no se mueve, masajeo mis ojos con las yemas de mis dedos, me detengo en seco al notar que no hay nadie en el auto, me levanto sobre el asiento para ver hacia atrás, rápidamente me salgo del auto.
Empujo la puerta para cerrarla.
—Habla. —Me detengo al oír la voz de Kyler, dejo la puerta junta y escucho. —Si, lo tengo. Está guardado, ella es muy sensible, no creo que sea buena idea que tome su acceso.
¿Está hablando de mi?
Pero con quién habla, tengo que saberlo.
—En Frelighsburg. —Tan rápido como se gira me dejo caer e intento meterme en el auto sin que lo note.
No quiero que piense que quería espiar su conversación, puede creer que no confío en el o algo...
Aunque sinceramente no sé si confío del todo.
—Sage. —Escucho su voz, empiezo a actuar como si recién me levantase.
—¿Que pasó? ¿Donde está Darwin?
—Danielle, Pamela y Darwin se quedaron en el hospital, Pamela tenía que pasar a revisión y Danielle decidió cuidar a Darwin.
Asiento lentamente, cierro la puerta detrás de mí y me recargo en el auto.
—Asi que.. fuimos delatados por qué la rubia de anoche se enojó al ver que la dejaste plantada por salir a verme.
O quizás, por lo que le dije, por las indirectas que le mandé...
Se enfureció por que le dejé en claro que esa noche era mía y no de ella.—Nos vendió, por celos. —Susurra sonriendo, da un paso hacia mí, su mano llega a mi mentón y mueve mi rostro a un lado, quita el cabello que cubre mi cuello.
Admira sus marcas en mi piel.
—Kyler, como hiciste para quitarme la pistola y al tipo que casi me secuestra?
—Es un truco bastante fácil, ¿Te enseño? —Lo siento trazar las marcas en mi piel con su pulgar.
—Si, antes... Me gustaría saber dónde está mi celular, quiero hacerle una llamada a la señora Coraline Villeng.
Llevo mis manos y sostengo la suya, regreso mi rostro a mi postura inicial y lo miro con tranquilidad.
—¿Donde está? —Insisto, él desvía su mirada de la mía a la casa detrás de mí.
No me había dado el tiempo de admirar nuevamente la fachada de la casa en la que crecí.
—Está adentro, ¿verdad? —Asiente.
—Cuando te saqué de ahí, no lleve nada tuyo, por qué no me puse a buscar nada, adelante.
No parece seguro de sus palabras, me alejo de él y camino hasta llegar a las pequeñas escaleras que dan a la puerta principal, no sé por qué quiero llamarla.
Quizás para amenazarla o hacerle saber todo el odio y rencor que cargo contra ella.
Varios recuerdos pasan por mi cabeza nublando mis pensamientos, cada lágrima que derramé con ella se la cobraré, no sé cómo pero lo haré.
Me detengo frente a la puerta, inhalo profundamente antes de empujar la puerta, estaba abierta, pero nadie querría meterse a una casa vieja, donde todos creían que teníamos a nuestras víctimas.
A la hora de entrar siento la familiaridad que tengo con la casa, mis ojos se cristalizan y pican al instante en el que veo todo tal y como se dejó cuando nos fuimos.
¡Sage no vuelvas a husmear en mis cosas!
Deja de ser tan infantil, eres una vergüenza.
Solo le diste lástima a Alexer.
La voz de mi madre resuena en mi cabeza, una lagrima se resbala por mi mejilla izquierda, la borro tan rápido como siento las manos de Kyler sobre mi cintura.
Su mentón sobre mi hombro. —Tengo que enseñarte algo, ven.
Asiento lentamente. —Solo dejaré cargando el celular, ya vengo.
Me apresuro en ir al último lugar en el que estuve, el sótano.
Donde por primera vez pude ver a mi verdadero hermano, que comparte el mismo color de mis ojos en diferente orden, sus rasgos eran tan similares a los míos, que cualquiera se daría cuenta que somos hermanos.
Sin embargo no pude convivir con él, no sé que hacía aquí, pero lo averiguaría, lo que si tengo claro, es que él estuvo buscándome, mi hermano me buscó.
Llego al final de las escaleras, todo está tan cual, menos el armario que está cerrado con llave, no necesito buscar mucho, veo el celular metido en el cajón donde tiempo atrás me enteré que Solange había interrumpido en las llamadas de Alexer y mías.
Ella, siempre fue ella quién se encargo de alejarme del mundo, para mantenerme bajo su control.
Tomo ambos celulares y voy de regreso con Kyler, él tiene un cargador negro en sus manos, me lo entrega y prosigo a conectar el celular apagado.
—Recuerda que ya no eres una Bronova.
—Lo sé, soy Sage Thyssen. —Voy hacia él. —Vamos.
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KYLER. [AKDR #2]. ©
Mystery / ThrillerEl renacer de la princesa. COPYRIGHT © 2020 Evadne Reed. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o procedimiento, tampoco se acepta copiar palabras o frases de este libro, sé original y creativ...