55. Tres regalos

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Momentos, la vida es una recolección de momentos dulces y amargos. Los momentos más explosivos son los que serán más inolvidables, permanecerán en tus recuerdos y te harán sonreír o lamentarte dependiendo de en qué época de tu vida aparezcan.

A veces escogemos lo que pasará, porque es el resultado de nuestras acciones, de nuestras decisiones, otras veces somos meros espectadores que nos herimos por culpa de otros. La vida no es justa, y cuando lo es, es en momentos donde no debería serlo.

He pasado un fin de semana especial, espectacular debo decir, es más, decidí por primera vez a faltar a clases un lunes únicamente para evitar que la realidad arruinara mi fantasía, quería seguir sintiendo que volaba y no que me recordaran que estaba cayendo. Lo mensajes que aparecen en mi celular son parte de la realidad de la cual quería escapar.

Brandon: Hace un par de días quería hablar contigo, pero no tenía el coraje de hacerlo. ¿Me puedes explicar que sucede? ¿Me has mentido? Nena, si esta es una de tus estrategias para cautivar, creo que lo has logrado conmigo.

Odio que me digan nena, odio no poder dar la respuesta que tengo en mi cabeza, esto me enferma, no quiero continuar.

Yo: Tenía miedo... me habías herido una vez y temía que lo volvieras a hacer.

Voy a vomitar, no quiero parecer débil, y mucho menos recordar lo que repetí en numerosas ocasiones que no me importaba.

Yo: Desde que vi tus historias con esa chica no puedo dejar de pensar en eso, pero después de nuestra discusión me sentí terrible, me di cuenta de que no quería estar sin ti...

Jamás pensé que yo, una Kane, sería tan estúpidamente cursi de mentira, me da rabia porque ni siquiera puedo ser así con Damián y me toca esforzarme por serlo con este tremendo idiota.

Brandon: ¡Lo sabía! ¡Créeme que lo sabía! Jajajaj Nuestros padres tienen intención de iniciar negocios juntos ¿Lo sabías? Es una buena oportunidad para iniciar de nuevo, ellos querrán que nos llevemos de la mejor manera y la verdad es que yo sigo enamorado de ti.

Castañeo mis dientes, él está enamorado de lo que represento, no de lo que soy, no sé qué tanto esté enterado de que es nuestra salvación, pero según mi padre, no lo sabe, él dejó muy en claro que no quería meternos a Brandon y a mi en estos temas, únicamente para hacerme parecer ignorante de nuestra situación a los Tover.

Yo: La verdad no sé que tipo de negocios querrán iniciar, la verdad no me interesa mucho eso. Mi papá me dijo que me podía unir a su cena si deseaba, y quería aprovechar la situación para pasar tiempo contigo y dejar atrás mi tonto orgullo.

Por cierto, no quiero que nadie en la universidad se entere de esto, iniciemos de cero, pero no quiero que los ojos de todos estén sobre nosotros, es muy pronto para eso y me sentiría presionada.

Brandon: Lo haré como desees, te adoro nena.

Gruño para mis adentros, esto me va a terminar destruyendo porque solo puedo pensar en Damián, esto sería tan fácil si su imagen no apareciera en mi cabeza, no quiero ser yo quién lo haga sufrir. Agarro el celular con fuerza y prácticamente lo tiro en uno de los cajones de la mesita de noche, no quiero ver ese aparato por lo que queda de noche.

Solo tengo que convencerlo a él y a su padre, los Tover son una presa fácil si sé actuar, quizá pueda mantener todo en control y nadie nunca se tenga que enterar de esto, cuando tengamos la inversión puedo terminar con Brandon, quizá se enfade y se confunda, pero lo hecho, hecho estará.

Respingo cuando escuche unos golpes suaves en mi puerta. Empiezo a temblar con el presentimiento de que sé quién es.

—Adelante.

Las reglas del deseo | 1.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora