Tenía la vista en el celular mientras escuchaba de fondo el murmullo de los pasajeros en el aeropuerto de Imola, cuando un par de pies se pararon frente a mi. Busqué al dueño de esas zapatillas y me encontré con la cara de Charles.
- ¿Podemos hablar? - preguntó mirándome.
- Claro - guardé el aparato y se sentó a mi lado - ¿Qué pasó?
- Quería saber cómo estás.
- Muy bien - respondí - ¿Por qué lo preguntas?
- Después de lo que pasó el miércoles a la noche en tu habitación no hemos cruzado otras palabras que no fueran referido al trabajo.
- Es lo que nos corresponde, Charles - me encogí de hombros.
- ¿Qué pasó con...? - no llegó a formular la oración completa.
- ¿Qué pasó con quién? - insistí - ¿Con mi novio?
- Si. Con él.
- Perfectamente. ¿Por qué lo preguntas?
- Ah, es que dijiste que ibas a contarle y supuse que...
- ¿Qué nos íbamos a pelear? - reí.
El monegasco no respondió y me levanté del asiento. Inhalé antes de responder mientras mi cuerpo se empezaba a tensionar.
- Con Michael somos dos personas maduras. Y esto va más allá de la edad y del físico. Podemos hablar y entendernos perfectamente. Actuamos de forma segura, sin imponer el punto de vista del otro, mostrando en todo momento una actitud calmada, coherente y respetuosa. Ya no tenemos más secretos.
- ¿Entonces eso significa que también le contaste sobre nosotros?
Justo que estaba tomando aire para contestar, lo percibo antes de verlo.
Un perfume familiar invadió mis fosas nasales y sentí una mano en mi cintura. Sus labios besaron mi sien y luego apoyó su frente en ese lugar. Ante esto tuve la sensación de protección total, creando una fuerte coraza frente a todos.
- Buenos días, amor mío - murmuró en mi oído y mi piel se erizó.
- Hola Bonito - sonreí mirándolo.
- ¿Está todo bien? - cuestionó escaneando mis ojos.
- Perfectamente.
- Si, Charles - volvió su vista hacia el piloto para hablarle haciendo énfasis en las siguientes tres palabras - Mi hermosa novia me contó sobre lo que ustedes tuvieron. Y para que quede en claro, solamente lo que nos importa es el hoy y nuestro futuro.
Si no hubiera sido porque Michael me sostenía con su agarre, hubiera terminado despatarrada en el suelo porque ya no sentía mis piernas.
- Si. Entiendo perfectamente - murmuró el chico de Ferrari y se levantó.
- Sé cuál es el trabajo de Lía - le habló - Solamente te pido que la respetes.
- Siempre la respeté - contestó Charles - Y lo voy a seguir haciendo.
Sentí como el entrenador me acariciaba el brazo dándome calor ya que no sabía en que momento había empezado a temblar. Era una situación incómoda en un lugar bastante concurrido. No quería que se ellos se involucraran en alguna pelea donde pudieran salir perjudicados.
- Mike - la voz de Dan se escuchó a su espalda - Max me dijo que ya podemos abordar el avión.
- Ahí vamos, amigo. Gracias.
El australiano asintió y se alejó un poco de donde estábamos parados.
- Que tengan un buen vuelo - nos dijo Leclerc.
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No me sueltes
FanfictionSoy Lía y tengo... No, tachen eso. Puedo hacerlo mejor. Me llamo Lía, y tengo muchas cosas para decir. Al principio no sabía que pensar, pero luego, lo que empezó como un simple coqueteo terminó siendo algo más. Se ganó mi corazón, se ganó mi amor y...