Gemí al sentir sus besos en mi cuello y lo miré a los ojos. Sus pupilas estaban dilatadas, casi no se podía ver el color verde que tanto me gustaba.
- Esto no está bien - susurré.
- No, no lo está. Pero se siente TAAAAN... - no completó la frase y pasó la lengua por sus labios.
Me aprisionó más contra la pared del ascensor sin dejar de mirarnos. El ruido del timbre anunció que habíamos llegado a nuestro piso y él tomó mi mano para caminar por el pasillo donde estaban nuestras habitaciones.
Se detuvo en la puerta y se paró frente a mí.
- Sabes que podemos dejarlo acá - murmuró con voz ronca - Pero...
- Callate y abrí, Charles.
El piloto sonrió ante mi pedido y pasó la tarjeta por el lector. Entramos al cuarto y reí al ver que tenía todo ordenado.
- ¿Qué te pasó? Este no sos vos.
El monegasco no respondió, solo se limitó a mirarme. Colocó su mano en mi mejilla y la acarició, mordí mi labio inferior y él sonrió. Apoyó su frente contra la mía al mismo tiempo que lo abrazaba por el cuello y colocaba una mano en su nuca, donde aproveché y tironeé suavemente de su cabello. Acarició mi nariz con la suya y se acercó para besarme.
Primero fue un beso tierno, tímido, nada que ver comparado al que habíamos compartido minutos atrás dentro del ascensor. Abrí mi boca para darle lugar a su lengua y comenzamos a caminar hasta la cama.
Sentí chocar el borde contra mis piernas y segundos después mi espalda descansaba sobre el colchón mientras que Charles se colocaba encima mío, sin hacerme demasiada presión. Me acomodé mejor sobre el acolchado y él me miró desde su posición sosteniéndose con sus antebrazos.
Mis manos fueron hasta su espalda para acariciarla lentamente al mismo tiempo que Leclerc atacaba mi cuello con besos húmedos. Ladeé mi cabeza para darle mejor acceso al mismo tiempo que sentí recorrer sus manos sobre la tela que cubría mi torso. Cuando la temperatura había comenzado a subir en el cuarto y nuestra ropa empezaba a incomodar aproveché para abrazarlo y apegarlo a mi cuerpo, .
Una de sus manos se coló debajo de mi remera y fue subiéndola lentamente hasta llegar a uno de mis pechos, el cual apretó dejándome escapar un gemido. Lo abracé con mis piernas para sentirlo mas cerca e involuntariamente se movió haciendo que nuestros puntos mas íntimos se rozaran sobre las telas que aún nos cubrían y se despertaran.
No resistí más, tomé del borde de su buzo y tironeé hasta sacárselo arrastrando consigo también la remera que tenía, dejando al fin su torso desnudo. Sus cabellos quedaron despeinados brindándome una imágen demasiado sexy sumado a la sonrisa que me estaba regalando en estos momentos. Me dediqué a acariciar desde sus hombros, bajando por su brazos y colocando mis manos sobre sus omóplatos para sentirlo más cerca.
De repente mi prenda superior estaba en el suelo, y aproveché para desprender el broche de mi corpiño y dejarlo en algún lugar de la habitación, a lo que el monegasco emitió un leve jadeo al verme así. No dudó un segundo más y atacó mis pezones con besos húmedos al mismo tiempo que los masajeaba suavemente.
Lo empujé en la cama hasta quedar sentada a horcadas encima de él y sonreí. Charles acomodó su cabeza sobre la almohada, colocó sus brazos detrás de su nuca y sentí como su mirada me quemaba.
Llevé mis manos hacia los botones de su pantalón y acaricié lentamente su bulto que ya se notaba aprisionado contra el cierre. Ante esto, el piloto cerró los ojos y siseó entre dientes. Tomé del borde de la prenda y tironeé hacia abajo para poder sacársela para así tenerlo solamente en sus bóxers negros.
Apoyé las palmas de mis manos a cada lado de su cabeza y me atacó con besos sobre mi pecho mientras acariciaba mi bajovientre y sentí como mi piel se erizaba contra su tacto.
- Acá hay algo que está molestando - murmuró contra mi piel.
Aprovechando que sus manos estaban en la zona, desprendió mi jean y metió sus manos dentro para agarrarme de los glúteos. Ayudé a que la tela se deslizara por mis piernas hasta terminar en el suelo junto con las demás.
Me tomó de la cintura y nos colocamos de costado, enfrentándonos. Puse una pierna sobre su cadera y Charles empezó a moverse contra mí haciendo que nuestras zonas más íntimas se friccionaran, pidiendo más.
El piloto enganchó un pulgar en el elástico de mi bombacha y miró en busca de mi permiso, a lo que respondí con un simple beso y fue suficiente para que me dejara totalmente desnuda frente a sus ojos.
Una de sus manos fue hacia mi pecho derecho mientras que la otra atacaba mi nudo de nervios. Nuevamente se colocó sobre mí y bajé su bóxer con la ayuda de mis talones.
Ambos ya estábamos completamente desnudos y nos cubría una capa de transpiración. Se estiró para buscar un paquetito en el bolsillo de su pantalón y se separó apenas para colocarse la protección.
Apoyó su frente sobre la mía al mismo tiempo que se alineaba con mi entrada.
- ¿Segura? - susurró mirándome a los ojos.
Abracé mejor su cadera con mis piernas y lo atraje contra mi. Entendió la señal y entró lentamente haciendo que ambos gimiéramos. Cuando me acostumbré a él, comenzó a moverse mientras nos besábamos. Íbamos conociendo nuestros cuerpos y lo que al otro le gustaba a medida que pasaban los minutos hasta que ambos llegamos al orgasmo al mismo tiempo.
Se escondió en el hueco de mi cuello mientras me abrazaba y nuestras respiraciones volvían a la normalidad.
- Lía - su voz salió ahogada desde el lugar que estaba.
- ¿Mmmmh? - respondí acariciando su espalda.
- ¿Me puedo quedar acá...
- Claro que sí - reí.
- ...para siempre?
.
Desperté agitada y toda sudada.
Mierda.
Ese sueño había sido tal cual a nuestra primera noche juntos.
Giré hacia mi derecha y me encontré con la imágen de Michael durmiendo plácidamente a mi lado. Sonreí al verlo. Acaricié su espalda y se removió en la cama. Deposité un beso en su omóplato y lo abracé por la cintura.
- ¿Qué pasa? - preguntó con voz ronca.
- Te quiero Bonito mío.
Se dió vuelta para apegarme a él y acomodarme en su pecho entre sus brazos. Mi lugar favorito.
- Te quiero mucho más, mi amor - contestó con una sonrisa en su cara adormilada.
Lo miré embobada y busqué sus labios.
Estoy agradecida de tener hoy día a este hombre en mi vida, conmigo.
Y, no.
No lo cambiaría por nada ni nadie.
Ni siquiera por el dueño de los ojos verdes con quien acababa de soñar.
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¡Feliz Navidad!
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No me sueltes
FanfictionSoy Lía y tengo... No, tachen eso. Puedo hacerlo mejor. Me llamo Lía, y tengo muchas cosas para decir. Al principio no sabía que pensar, pero luego, lo que empezó como un simple coqueteo terminó siendo algo más. Se ganó mi corazón, se ganó mi amor y...