No.
Esto no puede estar pasando.
No.
Charles Leclerc de novio.
No.
No puede ser real.
No.
Pestañeé y lo miré de nuevo, aún sin entender lo que me estaba diciendo. Bueno, en realidad no quería creerlo. ¿Cómo puede decirme que se puso de novio si hasta ayer estábamos jugando y coqueteando? Algo que últimamente era habitual entre nosotros.
Tarde. Tendría que haberme acordado del dicho: no se come donde se trabaja. Y debería habérmelo repetido muchas veces. Menos si trabajaba directamente con él. No es que me arrepienta de lo que tuvimos pero tampoco me esperaba una noticia así.
- Lía, ¿te sentís bien? - me preguntó Charles.
- Eh, si, me distraje un minuto. Disculpa - aclaré mi garganta y lo miré - ¿Qué me decías..?
- Te estaba contando que hice formal mi relación con Charlotte. Tomé la decisión ésta semana y me pareció correcto contártelo. Ya sabes porqué...
- Ah, que bueno. Felicitaciones - mi respuesta no fue del todo entusiasta, pero tenía que decir algo.
- Si. Gracias... - susurró y desvió su mirada de la mía.
Un silencio incómodo se hizo presente en el cuarto donde estábamos. Los minutos que pasaron se nos hicieron eternos. La alarma de su reloj interrumpió el momento.
- Tengo que prepararme para las prácticas de hoy - dijo el piloto mientras se ponía de pie.
- Y yo tengo que preparar también unas cosas. Te alcanzo en un rato.
- Nos vemos enseguida - asintió y salió por la puerta de la habitación.
De repente, dejé salir todo el aire que estaba conteniendo. Me dejó con una sensación extraña. Por supuesto que tenía en claro que él era la persona que me había llevado hasta donde estaba en estos momentos. Charles confió en mí y en mi trabajo, ya que ambos nos habíamos conocido en Alfa Romeo en nuestro primer año dentro de la Fórmula 1. Él como piloto oficial, yo como encargada de prensa.
Aunque desde el principio congeniamos instantáneamente, en el equipo nos dejaron las cosas claras: nuestra labor tenía que ser netamente profesional y no podía haber sentimientos de por medio. Pero por más que lo intentara, no podía evitar de que sintiera mucho aprecio por él ya que es un chico bastante carismático y, por sobre todas las cosas, es una excelente persona, bello por dentro y por fuera.
Sin embargo, aún no podía olvidar lo que habíamos vivido hacía pocas semanas atrás rompiendo nuestro primer y único pacto: no involucrarnos sentimentalmente.
Esa primer noche que pasamos juntos fue inolvidable para los dos. Una cosa llevó a la otra y terminamos en la misma cama disfrutando de un momento de lujuria.
Y había otro pequeño detalle, teníamos una notable diferencia de edad: yo era mas grande que él por 9 años.
Suspiré y miré el techo. No importaba ni cómo, ni cuándo, ni dónde, de alguna forma u otra tenía que olvidarlo. Lo que sabía que iba a ser difícil ya que pasábamos 4 días enteros a la semana juntos, sin contar cuando nos tocaba trabajar fuera de las carreras yendo a la fábrica o en otros eventos de patrocinadores. Pero tenía en claro de que eso no iba a ser imposible de lograr.
Por suerte ésta era la última competencia del año 2019. No verlo seguido me iba a ayudar a no pensar en él. Sacudí la cabeza y agarré una botella de agua de la mesa, Abu Dhabi era muy caluroso, y me levanté del sillón para ir al box así podía ponerme a trabajar en lo que tenía que hacer.
Iba distraídamente caminando por las calles de boxes chequeando los mails en mi celular, cuando una carcajada me llamó la atención. Busqué de donde provenía ese sonido y ví a Aurélie, la encargada de prensa del equipo Renault, sentada en unas de las mesas ubicadas en el paddock haciendo una nota informal, o lo que parecía un vivo para alguna red social a alguien de su grupo. Levanté mi mano para saludarla y ella me devolvió el gesto con una sonrisa. La persona a quién estaba entrevistando se giró para ver que era lo que estaba pasando a sus espaldas.
Y entonces lo vi.
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Nota: Tengan paciencia con los primeros capítulos, son cortos.
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No me sueltes
FanfictionSoy Lía y tengo... No, tachen eso. Puedo hacerlo mejor. Me llamo Lía, y tengo muchas cosas para decir. Al principio no sabía que pensar, pero luego, lo que empezó como un simple coqueteo terminó siendo algo más. Se ganó mi corazón, se ganó mi amor y...