Capítulo 31

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El Gran Premio de Hungría pasó demasiado rápido y desgraciadamente no fue muy bueno para el equipo. Por suerte teníamos una semana de vacaciones antes de tener otros 3 agitados fines de semanas seguidos de carreras.

El lunes siguiente, entré a mi departamento en Mónaco y fui derecho al sillón. Había extrañado bastante mi lugar y sólo quería pasar el resto del día acá. Lo mejor de todo era que Michael estaba en la misma ciudad, según me había contado iban a grabar un video con Dan, asique íbamos a poder pasar más tiempo juntos.

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Estábamos en mi departamento viendo una peli en el sillón, cuando de repente Michael habló.

- Te tengo una invitación - me miró.

- ¿Para qué?

- ¿Querés ir a Londres este fin de semana conmigo?

- Me encantaría - sonreí - Esa ciudad es de mis preferidas y hace bastante que no voy.

- Buenísimo. El viernes a la tarde tenemos un vuelo. ¿Querés que lo reserve?

- Dale. Por mi está bien. Pero después de...

- ¿De qué? - cuestionó sin entender.

No le respondí y me subí a horcadas de él para besarlo. Esa tarde nos dedicamos a mimarnos y a unir nuestros cuerpos.

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Aprovechamos que Londres nos regalaba una mañana hermosa y decidimos salir a pasear.

Por supuesto que nos dedicamos a turistear por lugares claves como el London Eye, el Big Ben y el Palacio de Buckingham.

Almorzamos en un restaurant cerca del río Támesis. Y mi lado Potterhead pedía ir a gritos a King's Cross. Michael se burló un poco, pero accedió a mi pedido. Había que aprovechar que andábamos paseando por el centro.

Por la tarde volvimos al departamento del entrenador para descansar un poco.

Salimos riendo del ascensor y cuando nos dirigíamos hacia la puerta, había una chica apoyada en ella. Michael la miró y se le transformó la cara. Claramente sabía quien era. La había visto en el paddock y en algunas fotos viejas.

- Hola Mike - saludó ella con voz melosa - Tanto tiempo.

- ¿Qué haces acá Valerie? - preguntó duramente.

El entrenador apretó nuestra unión y los ojos de la chica fueron hasta ese punto.

- Wooow, no puedo creerlo. ¿Tan rápido me cambiaste?

Abrí los ojos como platos sorprendida. Él me soltó y rápidamente me abrazó por el hombro. Ante este gesto sentí que me estaba queriendo proteger de ésta situación.

- Te repito, ¿qué haces acá?

- Vine a buscar unos papeles y pensé en pasar a saludarte. Quería darte una sorpresa pero, cambiaste la cerradura.

- Si. Hace casi un año. ¿Acaso pretendías entrar así nomas?

- ¿Podemos hablar? - ella me miró - En privado.

No me sueltesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora