El sábado por la mañana decidí salir de compras para la fiesta de cumpleaños de Dan: tenía que buscarle un regalo y de paso quería algo para estrenar esa noche.
Encontré una camisa muy colorinche estilo Ricciardo asique la compré sin dudarlo. Para mí, busqué un vestido suelto y una campera haciendo juego. Y para completar el outfit, unas zapatillas cómodas.
Compré el almuerzo de regreso a casa y lo comí mientras miraba una serie en la tele. Sin darme cuenta, me quedé dormida en el sillón.
Abrí los ojos gracias al sonido que venía de la película que se había puesto sola. ¿Cuánto tiempo había dormido? Miré la hora y eran casi las 5 de la tarde, por lo que decidí limpiar un poco el departamento para luego poder ir a bañarme y prepararme tranquila para la fiesta.
Pasadas las 8 de la noche, sonó mi celular. Miré el destinatario y sonreí.
- Hola lindo.
- Hola vos - ambos reímos - Sé que es un poco temprano, pero ya estoy acá.
- Subí, todavía me falta un poco - informé mientras apretaba el portero del edificio.
- Listo. Ahora entro al ascensor.
- Te espero - respondí y cortamos la llamada.
Minutos después, sentí que golpeaba la puerta y fui a abrirle.
- Woooow - dije bajito cuando lo tuve en frente y se puso colorado.
Estaba vestido con una camisa negra con detalles en gris claro, un jean clarito y unas zapatillas negras.
- Basta - contestó colorado y me abrazó.
- Estás muy lindo - besé su cachete.
- Al igual que vos en ese pijama - ambos reímos.
- Te dije que aún no estaba - dejé que pasara.
- Ya sé, Bonita - me robó un beso.
- Ponete cómodo, si querés ver la tv ahí está el control, o poner música...
- Vos tranquila. No tengo apuro y te espero acá - dijo sentándose en el sillón.
Lo miré y sonreí. Me acerqué hasta él y me senté sobre sus piernas abrazándolo por el cuello.
- Aunque esto es más tentador - murmuró sobre mis labios y colocando una mano en mi muslo.
Nos besamos mientras su otra mano se colaba debajo de mi remera para acariciar mi espalda. Atacó mi cuello con besos al mismo tiempo que yo tironeaba suave de su cabello. Encontró mi punto débil debajo del lóbulo de la oreja y se me escapó un gemido. Sentí su sonrisa sobre mi piel. Me levanté apenas para acomodarme a horcadas sobre él y volvimos a besarnos. Sus dedos fueron al borde de mi prenda superior y apenas se separó para mirarme como pidiendo permiso. Lo miré sonriendo al mismo tiempo que dejaba lugar para que pudiera sacar mi remera. Sentí sus besos sobre la tela de la ropa interior que cubría mis pechos, mientras yo había empezado a moverme suavemente sobre él. Mis manos fueron a los botones de su camisa y comencé a desprenderlos a su vez que lo acariciaba. Una de sus manos fue a mi espalda y justo que estaba desprendiendo el broche de mi corpiño, sonó su celular. Apoyó su frente en mi pecho y maldijo.

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No me sueltes
FanfictionSoy Lía y tengo... No, tachen eso. Puedo hacerlo mejor. Me llamo Lía, y tengo muchas cosas para decir. Al principio no sabía que pensar, pero luego, lo que empezó como un simple coqueteo terminó siendo algo más. Se ganó mi corazón, se ganó mi amor y...