*Diciembre 2020*
Abrí los ojos y sonreí embobado al verla dormida plácidamente sobre mi pecho con mechones rebeldes de su pelo esparcidos por su cara. Amaba tenerla entre mis brazos. Suspiré y mi corazón empezó a latir muy rápido porque hoy es el día.
Hoy es el día en que voy a pedirle casamiento.
Justo en la época y el lugar en que nos conocimos, o ella me conoció a mí, o yo a ella. Fuera como fuera, el destino lo quiso así. Porque sé y estoy muy seguro de que quiero darle todo: mi corazón, mi sonrisa y mi paz interior. Quiero regalarle mis sueños y que construyamos una vida juntos. Ella me enseñó a vivir cada día como si fuese el último y a no tenerle miedo al soñar con un futuro mejor. Mi Bonita me enamoró con pequeños detalles y me enseñó realmente lo que significaba amar.
Tengo tantas emociones intensas revoloteando en mi cabeza y en mi corazón que necesito ordenarlas y expresarlas. Y es que sigo sorprendido porque Lía no era lo que esperaba, si no que es mucho más desde que llegó a mi vida. Poco a poco recuperé a su lado las ganas de amar, de amar incondicionalmente y dejarme querer mientras ella me aseguraba que iríamos despacio, que nos tomaríamos nuestro tiempo.
Dicen que algo como esto sólo se siente una vez en la vida. Dicen que cuando llega el verdadero amor, se nota. Y sé perfectamente que mi destino es estar a su lado, porque definitivamente no puedo imaginarme mi vida sin ella, sin regalarle mi amor cada día.
Y con ella a mi lado no le tengo miedo al futuro.
Repaso mentalmente el plan para ésta tarde. Voy a sugerirle ir a dar un paseo, y terminar viendo el atardecer en la playa. Allí voy a arrodillarme frente a ella y a decirle las palabras que vengo pensando desde hace un tiempo para finalmente preguntarle si quiere ser mi esposa.
El anillo de compromiso que elegí está bien guardado en el fondo de mi valija y Lía no sospecha nada de nada.
Dejé mis labios sobre su frente y ante esto ella se movió.
- Buen día, mi amor - susurré.
- Mmmmdía - respondió escondiéndose en mi cuello.
- ¿Dormiste bien? - la acomodé mejor contra mi y acaricié su espalda.
- Ajam. ¿Y vos? - dejó un beso donde estaba y se me puso la piel de gallina.
- También. Me encanta despertarme con vos a mi lado.
- Mejor yo y no Dan, ¿verdad? - me miró divertida.
- Al menos vos no roncas fuerte - le contesté riendo.
- Me queda medio día de trabajo y termino - delineó mi perfil con su índice y cerré los ojos ante esto.
- Tal vez a la tarde podríamos salir a pasear, aprovechando las últimas horas acá - sugerí tratando de no sonar nervioso.
- Si, puede ser. Quiero comprar cosas para llevar de regalo.
- Ay amor, te dije que no hace falta - la miré serio.
- No voy a ir a Perth a conocer a tu familia así nomas, Italiano - me miró intentando parecer enojada.
- Está bien linda - puse los ojos en blanco - Vos ganas.
- Como siempre - me hizo ojitos y reí.
Me acerqué para darle un beso al mismo tiempo que se activaba la alarma en su celular.
- Hora de trabajar - murmuró contra mis labios.
- Te espero acá. Siempre - Lía sonrió y me miró embobada.
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No me sueltes
FanfictionSoy Lía y tengo... No, tachen eso. Puedo hacerlo mejor. Me llamo Lía, y tengo muchas cosas para decir. Al principio no sabía que pensar, pero luego, lo que empezó como un simple coqueteo terminó siendo algo más. Se ganó mi corazón, se ganó mi amor y...