- Con que Michael Italiano, eh...
Levanté la vista de mi almuerzo para ver a la persona que me había hablado.
- ¿Qué tiene? - pregunté mirándolo.
- Es raro verte con él - respondió Charles sentándose frente a mi.
-¿Raro? - lo miré arrugando la frente - ¿Acaso es raro que tenga más amigos en el paddock? Vos también los tenes.
- No, no es raro porque sé que tenes contacto con los de prensa de los otros equipos, pero con un entrenador... Igualmente no se veían en plan de amiguitos. Vi como te miraba.
- ¿Tenes algún problema con él? - reí - ¿Acaso estas celoso?
-¿Celoso, yo? Pppff. No. No. Nada que ver - expresó nervioso, mirando a nuestro alrededor.
De repente, se me prendió la lamparita.
- ¿Qué hiciste después de nuestra cena Leclerc? - enanqué una ceja.
- Me fui al hotel a dormir - respondió rápidamente.
- ¿Seguro? - cuestioné mirándolo con los brazos cruzados.
- Eh, si. Claro...
- Si te digo que vi a alguien muy parecido a vos en el bar al que fui con Michael, ¿Qué me contestarías? - me acerqué a él sobre la mesa.
- Eem, que, seguramente estás imaginando cosas que no son - dijo sin mirarme.
- No te creo Charles... - insistí.
De repente se hizo un silencio incómodo entre los dos.
- Está bien - susurró colorado - Fui para ver que era lo que estaban haciendo.
- ¿Por?
- No sé - contestó levantando los hombros - Tal vez porque quería saber si estabas bien.
- Puedo cuidarme sola - respondí poniéndome de pie con la bandeja del almuerzo en mis manos - Gracias igual por preocuparte, pero no hace falta que lo hagas.
Me alejé de la mesa para dejar las cosas en el mostrador de limpieza. Realmente me había sorprendido su respuesta. Y mis sospechas estaban en lo cierto: Charles nos había tirado la bebida justo en el preciso momento en que Michael iba a besarme. Estaba bastante enojada con el piloto, porque claramente no tiene ningún derecho sobre mí ni a seguirme para ver con quien estaba y que era lo que estaba haciendo.
Caminé hacia el box de Ferrari dispuesta a llevar a cabo mi trabajo. Lo mejor era que me concentrara en lo que tenía que hacer. Charles llegó minutos después y no cruzamos miradas ni nos dirigimos la palabra hasta que tuvo que subirse al auto. Esperé a su lado mientras terminaba de acomodarse el mono y le entregué su casco.
- Tene cuidado - le dije mientras se lo colocaba.
- Pensé que no me ibas a hablar más - contestó con su vista en mí.
- Es nuestra cábala - respondí sosteniéndole la mirada - No voy a dejar de hacerlo.
- Siempre - apenas sonrió y me guiñó el ojo antes de subirse al monoplaza.
Esto lo hacíamos siempre que tenía que salir a pista, ya sea a probar, clasificar o a correr. Puedo estar enojada o dolida con él, pero hay cosas que no van a cambiar.
Lo observé salir en la Ferrari y me dispuse a actualizar el contenido de las redes sociales para mantener informados a los fanáticos de todo lo que iba sucediendo en el segundo fin de semana de pruebas en el circuito de Barcelona. Ya faltaba poco para que empezara la temporada 2020 de la Fórmula 1.
De repente sentí vibrar mi celular personal. Lo saqué del bolsillo de mi pantalón y leí el mensaje.
"¿Estás bien?"
Decía el WhatsApp de Michael.
"Si, si. Estoy bien. ¿Por?"
Respondí y me quedé mirando la pantalla del aparato esperando su respuesta.
"Porque te acaban de enfocar en la tv y tu cara está transformada"
Tragué y miré a mi alrededor. Alcancé a ver que el equipo televisivo se estaba yendo del box.
"Nada de que preocuparse. Sólo que no entiendo de gráficos y de lo que hablan a mi alrededor. Recién empezamos y ya estoy cansada"
Contesté rápidamente y suspiré.
"Voy a hacer que te creo. Pero siento que ya te conozco lo suficiente para saber que algo te pasó"
"Tranquilo. Si algo me pasara, serías el primero a quien acudiría para contarle"
Respondí y seguidamente miré la pantalla de la tv que justo estaban en el box #3. De fondo se veía a Michael sonriendo mientras tecleaba en su teléfono y a los segundos vibró el mío.
"¿Siempre sos así de linda?"
Su mensaje me robó una sonrisa.
"No. Sólo con vos"
Guardé el móvil y me senté en las butacas que allí se encontraban. Definitivamente mi humor había cambiado.
Por suerte la tarde transcurrió rápidamente y las cosas mejoraron un poco con Charles. Ante los ojos de los demás, teníamos que ser profesionales y actuar como que todo estaba bien. Aunque realmente entre nosotros sólo nos limitamos a hacer y hablar sobre lo que teníamos planeado para la jornada.
~
Ya me encontraba muy cómodamente en la cama, luego de un largo y reparador baño cuando entró una videollamada al WhatsApp. Miré quien era y atendí.
- Buenas noches, señor Italiano - respondí mientras me sentaba contra el respaldar.
- ¡Hola Bonita! - dijo y sonreí - ¿Ya estabas durmiendo?
- No, sólo estaba acostada mirando un poco de televisión. ¿Y vos qué hacías?
- Esperando para hablar con vos - contestó mientras salía al balcón de su habitación - Hoy no pude verte en el paddock.
- Es que estuve la mayoría del tiempo dentro del box. Pero te vi por tv.
- Si, yo igual - rió - ¿Ahora estás bien?
- Si, ahora si - suspiré - Me enteré de que fue Charles quien nos tiró la bebida.
- ¿Qué? - preguntó sorprendido.
- Así es. Estaba almorzando y se acercó a charlar... - y le conté lo que había pasado.
- Yo te dije. A Charles no le gustó que haya ido a buscarte - dijo Michael colocando una mano detrás de su cabeza - Creo que les corté su cita.
- Eso no era ninguna cita. Y que se las aguante - susurré - Ahora estás en mi vida. No quiero que por culpa de él vos te alejes.
- No. Créeme que no lo voy a hacer - negó con la cabeza - Me importas mucho. Quiero que nos sigamos conociendo, compartiendo cosas y también saber hasta donde podemos llegar. Ojalá que a un futuro juntos...
- Yo también quiero lo mismo - respondí con el corazón latiendo a mil.
- Creo que hasta ahora vamos bien. ¿No?
- Si. Muy bien - y ambos sonreímos.
Nos quedamos charlando un rato más y luego nos despedimos para irnos a dormir.
Esa noche, Michael fue el protagonista de mis sueños.
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No me sueltes
FanfictionSoy Lía y tengo... No, tachen eso. Puedo hacerlo mejor. Me llamo Lía, y tengo muchas cosas para decir. Al principio no sabía que pensar, pero luego, lo que empezó como un simple coqueteo terminó siendo algo más. Se ganó mi corazón, se ganó mi amor y...