La alarma sonó a las 8 de la mañana. La apagué y me estiré en la cama. Aunque tenía muchas ganas de quedarme en ella, me levanté para poder darme una ducha y bajar a desayunar en el comedor del hotel. Pronto tenía que tomar el taxi hacia el aeropuerto para poder volar a mi departamento en Mónaco. Había rechazado la invitación de irme con Charles en su avión privado porque sabía que no iba a poder soportar tenerlo tan cerca después de las últimas palabras que habíamos mantenido anoche. A pesar de todo, aún tenía sentimientos por él.
~
Me encontraba sentada esperando mi vuelo mientras estaba distraída con mi celular, cuando de repente sentí que alguien gritaba mi nombre. O eso había creído. Miré hacia los costados y no me encontré con nadie, por lo que seguí en mi mundo.
- ¡LÍA! - gritaron en mi oído y me sobresalté.
- Pero que carajos... - miré enojada hacia la persona que se encontraba a mi lado y le pegué en el brazo - ¡Te voy a matar Ricciardo! No era necesario que me asustaras así.
- Estabas muy concentrada en la pantalla, tenía que hacerlo - me respondió riendo - ¿A que hora sale tu avión?
- Dentro de... - miré la hora - 20 minutos, por suerte.
- ¿Volves a Mónaco? - consultó sentándose a mi lado y dejando su morral en el piso.
- Si, tengo que dejar todo listo para poder irme por 2 meses a mi pais.
- Aaahh, me parece bien - contestó mientras tomaba su café.
Sin darme cuenta, empecé a mirar a nuestro alrededor. En busca de...
- No está - dijo Dan mientras me miraba burlonamente - Su vuelo a Londres salió hace un rato.
- Yo no... - empecé a decir pero justo anunciaban que tenía que embarcar.
Agarré mi mochila y me puse de pie. Buen momento para escapar de este hombre, quien me miró con una sonrisa peligrosa.
- No sé que estarás pensando y tampoco sé si quiero saberlo - le dije señalándolo con el dedo índice.
- ¿Por? - me preguntó mientras imitaba mis movimientos.
- Oh, no - suspiré y miré al techo - No me digas que tenemos que compartir el avión.
- Así parece - rió Dan - Mejor, así puedo seguir hablándote sobre mi amigo. Voy a convencerte de que salgas con él.
- No creo que haga falta que me convenzas - empecé a caminar hacia la puerta al mismo tiempo que sacaba los papeles que necesitaba.
- ¿Puedo preguntar porque..?
- Si podés, pero no voy a responderte - contesté mientras me colocaba los auriculares dando por terminada la charla.
Ambos nos dirigimos hacia nuestros asientos dentro del avión. Por suerte nos tocó separados, porque sabía que Dan iba a insistir con su amigo y sinceramente estaba muy cansada para soportarlo. Ya sabemos la energía que tiene Daniel Ricciardo y lo pesado que puede llegar a ser cuando se lo propone.
No sé en que momento me quedé dormida, pero me despertó el anuncio de la tripulante de cabina de que ya habíamos aterrizado. Al pasar al lado del piloto de Renault, me hizo señas de que lo esperara para salir juntos.
- Que tengas unas lindas vacaciones - me dijo mientras me abrazaba.
- Igualmente, y que disfrutes de tu familia - le contesté.
- ¿Querés que te lleve?
- No te hagas problema, no quiero hacerte desviar un poco de tu ruta.
- Sabes que no es molestia, Lía. Bueno, lo último que ésta hermosa carita te va a decir es que vas a tener 11 horas de diferencia con Australia, para que tengas en cuenta a la hora de mandar los mensajes a ya sabemos quién - contestó mientras se alejaba a buscar su auto en la cochera.
- Ya lo había pensado, Ricciardo - respondí y escuché su carajada.
Le hice señas a un taxi y le dí mi dirección mientras me acomodaba en el asiento.
Minutos después, llegué al edificio donde se encontraba mi hogar. Saqué las llaves y arrastré mi maleta hacia el ascensor. Conté los pisos que faltaban y por fin entré a mi departamento.
- Caaaaaaasa - dije mientras tiraba todo sobre el sillón y cerraba la puerta.
Me asomé a la ventana y miré el paisaje que tenía ante mí. Mónaco era un lugar realmente precioso. ¿Cómo llegué a llamarlo mío? Bueno, nuevamente gracias a Charles que me había ayudado a mudarme allí, sabiendo que era un buen punto estratégico para todo.
Me dediqué unos minutos allí y decidí poner manos a la obra. Tenía que concentrarme en todo lo que debía hacer en el departamento para poder irme tranquila y relajarme con mi familia.
Vacaciones, ¡allá vamos!
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No me sueltes
FanfictionSoy Lía y tengo... No, tachen eso. Puedo hacerlo mejor. Me llamo Lía, y tengo muchas cosas para decir. Al principio no sabía que pensar, pero luego, lo que empezó como un simple coqueteo terminó siendo algo más. Se ganó mi corazón, se ganó mi amor y...