Capítulo 3

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Charles terminó la carrera de Abu Dhabi en tercer lugar y el calendario 2019 llegó a su fin. Fue un buen fin de semana para el equipo Ferrari, por lo que decidimos hacer una cena de festejo en el hotel. Aunque habían dicho que era algo informal, eso no significaba de que nos íbamos a vestir así nomas. Como es una buena empresa italiana y la mayoría de sus empleados son de esa nacionalidad, tienen buen gusto a la hora de vestir. Así que tuve que ponerme lo mejor que tenía en la valija.

Una vez cambiada, maquillada y peinada, bajé hasta el salón donde iba a realizarse el evento. Al entrar al mismo, recorrí el lugar con mi vista admirando la sencilla decoración hasta que me topé con el dueño de unos hermosos ojos verdes que varias veces me robaron el aliento, quién me hizo señas para que me acercara donde estaba él. 

Tomé aire y ordené a mis piernas moverse procurando caminar con cuidado de no tropezarme. No estaba acostumbrada a usar zapatos altos.

Al llegar al lado del piloto, sentí como me escaneaba con su mirada.

- Estás muy linda - susurró Charles en mi oído mientras me abrazaba.

- Gracias. Vos también lo estás - le respondí sonrojada.

Él sonrió y me invitó a unirme a la charla que estaba teniendo con algunos miembros del equipo.

Luego de una hermosa velada, tuvimos un brindis en formato de despedida de año y entramos oficialmente de vacaciones.

A cierta altura de la noche ya me sentía muy agotada, por lo que me despedí de la gente que estaba cerca mío y me retiré hacia los ascensores.

- ¿Subís? - me preguntó Charles mientras entraba al cubículo.

- Si, estoy cansada y aún tengo que terminar de armar la valija - le respondí mientras estiraba mi cuello.

- Yo igual, tengo todo desparramado y no sé si llego a juntarlo antes de que salga el avión.

Ambos reímos y apretó el botón del piso donde estábamos hospedados. Me distraje mirando los números que iban anunciando por donde nos encontrábamos aunque sentía la mirada del piloto sobre mí. Un ruido de campanita anunció que habíamos llegado a destino y salimos caminando en silencio hasta llegar a nuestras respectivas habitaciones.

- Y pensar que habíamos hablado de pasar la última noche de la temporada los dos juntos en el mismo cuarto - Charles habló apoyado en su puerta cruzado de brazos.

- No te lo voy a negar. En éstos días estaba ilusionada pensando en eso. Sinceramente estaba aguardando por este momento - contesté mirándolo - Lástima que ahora no se puede. Porque si me lo propones, sabes que me voy a negar. No soy de esas chicas.

- Ya lo sé, Lía - suspiró y sonrió tristemente - Ahora es cuando me arrepiento de haber tomado la decisión de haberme puesto de novio. Tendría que haber esperado a que terminara la temporada.

- Es verdad. Pero bueno, así son las cosas ahora - traté de contestar sin que me temblara la voz.

Charles asintió y abrió la puerta de su cuarto.

- Hubiera sido una linda despedida - se mordió el labio inferior - Hasta mañana Lía, que descanses.

- Igualmente Charles.

Ambos entramos a nuestras habitaciones y me apoyé contra la pared. Cerré los ojos y suspiré. Lo que él había dicho me había afectado ya que realmente habíamos quedado en que ésta última noche la íbamos a pasar juntos, y no precisamente para hablar sobre la carrera, ya que luego no nos íbamos a ver por dos meses y medio.

~

Una vez que terminé de acomodar todas las cosas que tenía en el cuarto, me cambié con mi pijama y me acosté en la enorme cama. Había sido un día muy largo y lleno de emociones. Mañana tenía que madrugar para tomar mi vuelo a Mónaco. Enchufé el celular y la pantalla se iluminó con la llegada de un mensaje.

"Lamento la hora, espero que no te molestes. Creo que ya te dijeron que me dieron tu número y no quería dejar pasar el día sin escribirte. Te busqué después de la carrera para saludarte, pero no te encontré. Seguramente estabas bastante ocupada. Que tengas un lindo vuelo mañana, y un buen retorno a tu país."

Es claro que no tenía el número agendado, pero con lo que dijo fue suficiente para saber quién era el emisor del mismo. Este chico ya me había robado varias sonrisas en muy poco tiempo.

No me sueltesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora