conversación

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Las calles del centro de Gullyshore nunca estaban totalmente desiertas a esas horas, por lo que la idea de Jack había sido un acierto. Pasearse entre desconocidos haría que se olvidasen un poco de todo lo malo, cosa que era urgente ahora que sabían que Mario saldría pronto del hospital. Las cosas no iban bien para nadie y una tarde de compras se asemejaba bastante a la solución que buscaban, por eso estaban allí, paseando entre los comercios del centro de la ciudad. Inicialmente no habían tenido intención de comprar nada, pero sabiendo que durante la semana siguiente viviría uno de los momentos más especiales de su vida, Jack había aceptado el plan de Joane de hacerse con un estilismo especial para aquella ocasión. Abigail llevaba el móvil de su hermana en el bolsillo y se limitaba a seguirla con los auriculares en los oídos, sumergida en su música favorita, mientras Jack y Joane hablaban de sus cosas y ponían toda su atención en encontrar un estilismo perfecto. Los escaparates estaban decorados con carteles hechos a mano en cartulinas de colores chillones, anunciando descuentos que realmente nunca desaparecían, pues Gullyshore era una ciudad tan pequeña que los comercios tenían que idear mil estrategias para mantenerse a flote. 

Entrar en Eleanor's no estaba dentro de los planes del chico, pero Joane era mucho más decidida y sabía que era la mejor tienda de ropa de toda la ciudad. Nada más entrar, pudieron captar el ambiente elegante y sofisticado de la tienda, y Jack se sentó en cuanto visualizó el sofá. No había casi nadie allí, era demasiado lujosa y cara para la mayoría de ciudadanos de Gullyshore, incluidos Jack y Joane. Habían conseguido comprar la parte superior, cosa que no era complicada porque era de las pocas prendas que Jack podía comprar sin dificultad. Se trataba de una camisa al estilo corsé de color negro con pedrería azul, una prenda muy extravagante que él jamás habría vestido de no estar eufórico por lo que se avecinaba. Ahora venía lo difícil, la parte de abajo. Apenas tenía pantalones, era casi imposible que el chico encontrase algunos que le gustasen o con los que se sintiera cómodo y, por si eso fuera poco, tenían que ser compatibles con la prenda que ya tenían. 

— Jackie, tengo tres, ve al probador a ver qué tal.  

Su amigo obedeció y desapareció con los tres pantalones, pero su desgana se percibía a metros de distancia, por eso la dependienta de la tienda se acercó a Joane. Eleanor Turner era una mujer mayor, conocida por ser una de las celebridades de Gullyshore. Su tienda no sólo era la más exquisita boutique de ropa, también era una de las más antiguas, y de ella dependían otras tiendas de las que Eleanor era propietaria o benefactora. Joane la miró y se levantó del sofá cuando vio que la señora abrió la boca para hablarle. Le explicó qué hacían allí, cuál era el objetivo y Eleanor sonrió. A pesar de su aire sofisticado y altivo, era una mujer amante de la moda y aburrida de la poca clientela que había esos días, sobre todo a esas horas. Caminó hacia la puerta y le dio la vuelta al cartel que unos minutos antes indicaba que el comercio estaba abierto al público. 

— Encontremos el estilismo perfecto para esa criatura —dijo la mujer con una rígida sonrisa—. Niña, deja el teléfono y ponte a buscar prendas que te gusten. Somos tres mujeres muy distintas, quizá encontremos lo que ese bebé necesita. 

Incluso Abigail, que se había mantenido apartada hasta ese momento, se sintió contagiada por la energía que desprendía la señora Turner. Las tres recorrieron las estanterías y las barras en las que había colgadas diversas prendas sin mirar el precio, la señora Turner había dicho que no sería un problema. Abigail no tardó en tener el suyo, había optado por el tipo de ropa que solía ver en Jack, sudaderas anchas y tejanos básicos. Joane no estaba dispuesta a que Jack escogiese ese diseño, ni siquiera eran unos pantalones que encajasen con aquel corsé negro. Ella optó por unos shorts del mismo color que la camisa y que tenían pedrería brillante por todas las costuras. Eleanor tardó algo más, pero finalmente lo tuvo listo. Era un pantalón de cintura alta y ajustado, con unas cadenas colgando por algunas partes y un estilo moderno comparado con el resto de piezas de la tienda. 

JACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora