Capítulo 2

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Soojin era la hija de uno de los amigos de su mamá, también era una alfa y se habían separado cuando él se fue a estudiar de intercambio a Francia, de regreso a corea tuvo el placer de reencontrarla en el mismo vecindario donde sus madres le habían comprado una casa con el dinero que envió. Sin embargo, el placer que encontró cuando la vio se desvaneció en el momento en el que la chica y Jimin se hicieron cercanos.

- Jimin ten cuidado con la bebida... Soojin no empujes a Jimin... - Y sí, era como estar con dos cachorros.

- Soojin, ¿me pasas las palomitas? – el omega le preguntó a la chica, y esta tomó el bowl de la mesa ubicándolo entre ambos cuerpos – Jungkook ven a sentarte y deja de mirarnos como si quisieras golpearnos con la escoba – el alfa rodó los ojos y fue a llevar la dichosa escoba a su sitio antes de regresar a su sofá y ubicarse junto a Soojin.

- Oye... – la chica a su lado lo miró con la boca llena de palomitas y sus mejillas infladas – olvídalo – Soojin se encogió de hombros y se dispuso a ver la película romántica que Jimin había puesto. Se separó un poco de ella, el aroma de laurel y grosella de la chica siempre lo perturbaba un poco, tal vez era su instinto dominante al estar en su espacio, o el hecho de saber que ella estaba cortejando a su hermana. Cualquiera de las dos cosas lo impulsaba a tener cierto desapego hacia su aroma.

La escena en la televisión mostraba a la chica corriendo por los pasillos del hospital buscando a su pareja, y de alguna forma sus pensamientos lo llevaron de vuelta a dos noches anteriores y como había presenciado la imagen de un chico al borde de la muerte. El chillido bajo de Jimin ante la actriz presenciando la muerte de su novio, lo hizo enfocarse en ese rubio quien parecía haber superado la escena, contrario a él, quien tuvo una que otra pesadilla entorno al mismo hecho.

- Voy a dar una vuelta – se levantó de inmediato, con la necesidad de respirar aire fresco y dejar atrás el sofocante calor dentro de su casa.

- Pero es tarde.

- Déjalo Soo – Jimin tenía esa capacidad de saber lo que necesitaba, incluso antes de que el mismo lo notara. Tal vez por eso, esa tarde había insistido en que fueran a un árcade, pero él se había negado alegando que estaba cansado para salir. Y al final si terminó en la calle.

- No rompan nada.

El vecindario tenía un parque cercano, a Jungkook le gustaba la ubicación de su casa. Era estratégica, con un colegio a pocas cuadras, el centro médico a solo quince minutos en auto, un lindo parque y muchos restaurantes para los días donde la flojera le ganaba, su madre supo escogerlo, cuando le dijo que quería independizarse una vez regresara de Francia. A pesar de que su otra madre, la alfa, no quería que se mudara tan lejos, entendía que los gustos de su hijo contrastaban un poco a los lujos que ellas tenían. No era que no le gustaran, porque a quien no le agradaba tener comodidades y oportunidades que a otros se le privaban, era más bien el hecho de que odiaba las alturas y por consiguiente los apartamentos no eran una opción, y las casas que Seulgi escogía, eran demasiado grandes para él y su soledad. De ahí se desprendía el hecho, de que prefería su mediana y acogedora casa de dos pisos, porque insistieron en que tampoco podía vivir en una cajita de fósforos.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos, que no notó cuando llegó al parque sino hasta que el claxon de un auto en la otra esquina lo trajo de regresó a la realidad. El sitio estaba casi desolado, con solo personas regresando de sus trabajos o alguno que otro adolescente rebelde escapándose de su casa a las once de la noche, pero su atención fue capturada por el joven castaño sentado en un columpio.

Era el mismo chico que vivía en la casa enfrente a la del alfa, el mismo chico que era dueño de los ojos cafés que salieron en algunas de las pesadillas de Jungkook. Sus pies se perdían entre la arena, sin importarle ensuciar sus zapatos, su mirada perdida en el piso y su cuerpo cubierto nuevamente por ropas anchas y largas. El pelinegro dudó en acercarse, pero no pudo detener a su cuerpo caminando para ubicarse en el columpio continuo.

El misterio de Kim Taehyung  ♡ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora