Capítulo 33

1K 143 9
                                    

Jimin no conoce a profundidad la vida de todas las personas que lo rodean. Es que incluso nunca se termina por conocer por completo a alguna, ni siquiera a uno mismo.

La cuestión es que sus padres siempre le han dicho que su manera de juzgar a los demás es un tanto ingenua, y tal vez están en lo cierto, si se tiene en cuenta que sus parámetros se crean en base a las primeras impresiones que le dan a su lobo.

Park Jimin es solo un omega que se deja guiar por su instinto. Puede que debido a eso se haya enamorado de Namjoon incluso antes de que su lobo lo reconociera como su alfa.

Pero quién podría culpar al caprichoso niño de doce años que siempre había sido consentido por el mayor, y simplemente sus ilusiones volaron hasta el punto que cuando tuvo que aterrizar por el rechazo del hermano de su mejor amigo, no tuvo preparado el equipaje que amortiguara el golpe.

Igual tampoco es como que el rubio se lamente todos los años que ha estado detrás de Namjoon, porque él nunca nada contra la corriente, y si su lobo le dice que ese alfa es con quien quiere pasar el resto de su vida para hacerla menos miserable, sólo lo aceptará.

Pero contrario a lo que normalmente acostumbra, Jeon Namjoon no está ubicando cada rincón de su mente.

- Creí que trabajabas hasta tarde - Jungkook abrió la puerta de su casa al segundo toque encontrando al omega rubio con una bolsa en mano mientras se encogía de hombros antes de hacer una pequeña sonrisa.

- Quería ver como estaban - el alfa se sintió tan agradecido por tenerlo como amigo, porque nunca había dado un paso sin que él estuviera a su lado apoyándolo. Y sabía lo bien que su compañía podía hacerle a Taehyung, porque Jimin no buscaba una amistad con intereses de por medio, o lo hacía por compromiso para llevar una buena relación con el novio de su mejor amigo, o incluso por lastima ante su pérdida.

Jungkook conocía muy bien al chico, y no es del tipo hipócrita que crea lazos afectivos de amistad sin realmente considerar al contrario como tal.

El pelinegro dejó pasar al rubio, quien fue recibido por el aroma de la pareja mezclado con el toque amargo de la tristeza latente en el aire. El omega dejó los zapatos en la entrada caminando hasta la cocina para dejar la comida que había traído sobre la encimera.

- ¿Dónde está?

- En la habitación, no sale mucho de ahí - la mueca de resignación en el rostro del alfa no fue pasada por alto. Pero Jungkook ya no sabía qué más hacer para intentar animar a Taehyung.

Incluso después de aquella conversación en la que le suplicó que no se perdiera en su propio dolor y le dejara ayudarlo, su omega ha estado silencioso. Casi podía creer que vivía solo ante la falta de comunicación, pero de alguna forma era reconfortante saber que el castaño seguía necesitado de él.

Sin importar que el mayor contacto era cuando estaba dormido. Porque tal vez Taehyung no estaba consciente, pero el azabache sí, y se permitía poder admirar su rostro sereno mientras el delgado cuerpo se acurrucaba más a su costado y olfateaba entre sueños su aroma.

- Cuando murió mi abuelita también estuve así - Jimin mencionó recordando la época de sus dieciocho cuando la alfa partió y lo dejó en depresión durante mucho tiempo - Él me agrada mucho, Jungkook, y no quiero que le pase lo mismo que a mí - el más alto sonrió porque ese era el lado más dulce del rubio.

Dicen que los omegas, tienen por naturaleza, la sensibilidad y empatía más desarrollada que cualquier otra clase. Su instinto va más hacia la creación de armonía entre el grupo donde se desenvuelven.

Jimin lo siente cada vez que ve a Taehyung, una especie de instinto que lo impulsa a protegerlo. Tal vez no de la misma forma en la que Jungkook lo concibe, pero sigue queriendo cuidar de él a pesar de no conocerlo demasiado.

El misterio de Kim Taehyung  ♡ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora